nueve

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Ecko

Al llegar a casa, me encontré una sorpresa bastante grande, que carajo hacía ella acá, y así vestida.

Suspire frustrado y me dirigí a ella.

–¿Que haces acá?– pregunté fríamente, mirando esos ojos verdosos que me llegaron a gustar alguna vez.

Ella me miro, sonrió, y me agarró de la mano, hasta sentarme en el sillón, para decirme:

–¿Que? ¿Esta mal? Te extraño– respondió Olivia, sonríendo.

–¿Perdón?– pregunté, ya un poco enojado– Pensé que te había dejado claro que lo único que quiero es estar con Paulina. ¿Podes retirarte de mi casa?–  me paré y me dirigí a la puerta.

–Si, me voy a ir, pero...– dijo riendo– No sin antes hacer esto.

Me besó.

Yo la empuje, despacio, pero la empuje.

–Flaca, ¿estas loca?– pregunté limpiandome la boca– Te dije que quiero a una sola persona, respetalo nena.

Me volvió a besar y la puerta de abrió de repente.

Dejando a ver a una Paulina totalmente confundida, que al ver esa escena se le llenaron los ojos de lágrimas y salió corriendo.

–Nena córtala, me acabas de cagar la vida. Deja de joder enserio, andate de mi casa, y de mi vida.
No te cansas de ser tan pesada. Enserio– dije apuntando la puerta con el dedo– Andate.

Olivia, se fue, riéndose como la mala persona que es.

Me quería morir, justo Paulina tenía que ser la que abrió esa puta puerta.

De todo me pasa a mi, de todo.

Agarré las llaves de mi casa, y baje a dar una vuelta, pase por la plaza y vi a Paulina en un banco, abrazando sus piernas, probablemente llorando.

Me acerqué, y me senté al lado de ella.

Ella me miro, y se paró, ligeramente, cuando se estaba por ir, le agarré la mano y la senté de nuevo.

–¿Que querés?– me preguntó seca.

Me dio miedo.

–Explicarte la situaci...– me interrumpió.

–¿Que queres explicarme? ¿Como es esto Ignacio? Me decís que gustas de mi, que me queres, y todo lo demás, pero llego a tu casa, y te encuentro chapando con una mina que jamás en tu vida nombraste, encima, venís y me decís que me queres explicar, ¿Esto es a propósito o que?– preguntó un tanto furiosa.

–Esa chica es mi ex-novia– dije bajando la cabeza–  Y, te quiero explicar, que... cuando llegue de mi casa, estaba en el sillón sentada, con esa misma ropa que la viste, y si, me sorprendió verla, ni siquiera se como carajo entro, cambié 3 veces la cerradura, y siempre consigue la llave y no se como hace para conseguirla, bueno... me estoy yendo de tema, sigo, entre y la vi así, cuando la eche, porque si, la empuje un poco más a la puerta, le dije, que solo me importas vos, Paulina, pensás que si no me importaras, si pensás que no me importas, enserio, estas muy mal. Si no me importaras, literalmente, a cualquier flaca que vea, me la hubiese cogido probablemente. Si bien, no tenes una idea de como era yo antes de conocerte, me cambiaste, pero, veo que no confías en mi, y esta bien, tampoco creería en una persona como yo.

Me levanté para irme yo, pero ahora fue ella quien me agarro la mano.

–Te creo, y te quiero demasiado como para perderte, esta bien, vine acá con la idea de pedirte un tiempo– la mire fijo– Pero no puedo, no puedo tenerte lejos, no puedo verte con otra persona que no sea yo. Te quiero, y mucho, y esto me da miedo, porque con cualquier actitud, con cualquier acción, me podes destrozar en cuestión de segundos, y... me hace sentir tan, pero tan débil, con Joaquín sufrí tanto, que lo único que quiero es una persona que me quiera solo a mi. Pero, esta bien– dijo suspirando– Estoy mal yo, te estoy haciendo una escena de celos, y no somos nada.

Mᴏʀᴏᴄʜᴀ ➞ Eᴄᴋᴏ [ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora