veintinueve

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Paulina

[Martes, 19:45 p.m.]

Recién me despierto, seguía acostada encima de Ecko, me levanté despacito para no despertarlo.

Fui al baño, hice mis necesidades, me lavé los dientes y la cara.

Volví a la cocina, tenía hambre, así que, me hice salchichas, con savora,  mayonesa y queso rallado encima.

Mientras comía, miraba un poco mis redes sociales, entre a WhatsApp, y tenía algunos mensajes de Martina, con muchísimo coraje los abrí.

WhatsApp

Martina

Martina

Hola Pau, estas en tu casa? -19:43 p.m. ✔

Necesito que hablemos... -19:44 p.m. ✔

Me arrepiento de haberte tratado como te trae, perdón. -19:45 p.m. ✔

Si, a las 20, te quiero acá. -19:50 p.m.

Martina

Bueno, en 5 estoy. -19:55 p.m. ✔

Cerré WhatsApp, bloquee el celular, y seguí comiendo.

–Amor, ahora las ocho, viene mi hermana hablar conmigo, ¿vos que hacer?– pregunté mirándolo.

–Me invito tu primo a tomar una cerveza, asique capaz que vamos algún bar– respondió mirando su celular.

–¿Otra vez? Viven tomando cerveza– dije riéndome.

–Literal– sonrió.

Estaba por decir algo pero me interrumpió el timbre.

Fui abrir. Martina.

–Hola– dijo cabizbaja.

–Hola, pasa– dije corriendome para que pase.

–¿Estas ocupada?– preguntó mirando a Ecko.

–No, ya sé va–respondí seria.

Ecko se levantó del sillón, se guardó el celular en el bolsillo, se puso la campera, agarró las llaves del auto, lo acompañé a la puerta, le di un beso, y se fue.

Martina ya se había sentado en la mesa, estaba cabizbaja.

–Ahora así, hablemos– dije rompiendo el silencio.

Me senté en la silla, quedando de frente con ella.

–Venía a, pedirte disculpas, que tenes razón en lo que me dijiste, yo no soy tu mamá, me encantaría, pero no lo soy, soy tu hermana, pero Paulina, entendeme, yo siento que tengo la necesidad de cuidarte, ya que mamá no lo hizo...– dijo triste.

–Mira Marti, yo entiendo que vos me quieras cuidar, y demás, pero vos podes entender que estuve sola 16 años, siempre me las arreglé así, muchos me catalogan como negra de mierda, y tienen razón, siempre me defendí así, si no era a las puteadas, era a las trompadas, y no puedo cambiar eso, ¿lo comprendes?– pregunté atenta.

Ella asintió cabizbaja.

–Si, Pau, lo entiendo, y una vez más te pido disculpas por eso, a partir de ahora voy a empezar a comportarme como una hermana, y no como una madre– sonrió sonriendo y guiñando un ojo.

Sonreí.

–Gracias...– dije en un suspiro.

–¿Me perdonas?– preguntó sonriendo.

Mᴏʀᴏᴄʜᴀ ➞ Eᴄᴋᴏ [ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ]Where stories live. Discover now