Capítulo 7: Fuera de juego

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El hecho de que Allison dejará de tocar el piano, había suponido algo difícil de asimilar para mí.

Me gustaba escucharla tocar el piano. Escucharla tocar el piano era como si todos mis problemas se terminarán, sentía que algo nuevo empezaba en mi misma. No me alcanzan las palabras suficientes para describir lo mucho que siento cuando ella toca el piano. Pero ahora que lo ha dejado, me pone mal la situación. No entiendo porque Allison lo dejó, algunas teorías que tengo, son que quizás descubrieron que ella es la chica que toca el piano... Pero aún así. Necesito llegar al fondo de esto.

Martes.

El segundo día de la semana es el día menos laburioso por muy raro que parezca. La profesora Julieth hace su clase más divertida y dinámica, sin entrar en lo repetitivo. Haciendo que las horas sean como segundos. Pero eso se termina cuando entra la profesora Avilés a impartir su clase.

La profesora Avilés es la que nos da educación física. No puede ser.

Soy pésima en deporte. Basta con decir las calificaciones que llevo en su materia. Sólo en lo teórico me va bien.

-Buenos días muchachos -dijo tras entrar al salón. Un momento después dejó su mochila abajo del escritorio-. Salgan a la cancha. Y den tres vueltas para calentar.

Ella nos da deporte este año, ya que el anterior lo impartía otro profesor que se fue -no se saben los motivos-. Y desde entonces, ella es nuestra profesora de física. Pero es muy estricta, tanto que parece la doble de Tronchatoro.

-¡Hasta que por fin algo bueno! -celebra Lucía pero yo no comparto su misma emoción.

-No creo que correr tres veces sea algo bueno -dije yo cansada. Apenas corró un poco y ya siento que me muero.

-¡Pero venga! ¡Sube esos ánimos! -continúa Lucía.

-¡Che, siento que me muero! -dijo Camila igual de cansada que yo.

-¡Yo también! -respondí.

Más adelante ví a Allison Rodríguez correr en compañía de Kyle, a pesar de que ella se veía risueña, yo sabía en el fondo que Allison estaba pasando por algo.

-¿En qué piensas? -me preguntó Lucía.

-En Allison -respondí sin pensarlo. -¡Ah, no! ¡Quise decir...!

-Pero madre mía -dijo Lucía-. Si que te gusta bastante, eh.

-¡No es eso! -respondí totalmente roja. El ejercicio no me ayudaba en mucho-. Es solo que... Es como si algo le pasará a Allison.

-¿Cómo qué? -inquirió Lucía.

-Eso es lo que no sé. Pero sé que algo le pasa -respondí.

Justo cuando terminamos de correr, a la profesora se le ocurrió la maravillosa idea de que jugarámos voleibol. No es por ser pesimista, pero, ¿no podría habernos dejado sentar en las gradas? Mientras tanto, los chicos juegan fútbol, y es ahí cuando miré a algunos chicos sentados descansando con envidia.

-Las chicas formen equipos de seis -dijo la profesora.

-Es mi oportunidad de hacer equipo con Allison -les dije a mis amigas.

-¡Así es! ¡Ve por ella tía! -dijo Lucía.

Caminando con pena, fuí hacia con Allison y le dije que seamos equipo. Ella aceptó, pero ví que su ánimo había bajado continuamente, quisiera preguntarle qué es lo que sucede. Pero sé que no es de mi incumbencia...

-¿Está todo bien? -tenía que preguntar.

-Sí, todo bien -dijo Allison-. Ya va a empezar el partido.

Dos Corazones, Una Apuesta Where stories live. Discover now