Capítulo 4: Apuesta

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Sábado.

Aunque hoy es sábado, no es día de mirar series hasta que anochezca por más que quiera. Hoy es día de recoger la casa y dejarla limpia si o si, y cuidado con hacer las cosas mal, pues mamá, o como he notado que dicen en México, jefa, se enojará y bueno... Nadie quiere que se enoje su mamá. Y menos si es latinoamericana. Lo digo por experiencia.

Soy mitad mexicana y mitad estadounidense. Aunque nací en Portland, mi mamá es mexicana y se apedilla Hernández. Mientras que mi papá es estadounidese y nació en Chicago. Se conocieron en el bachillerato y se enamoraron a la edad de diescisiete años y desde entonces, están juntos y crían a dos hijos. Yo, la aplicada, obediente y perfecta hija. (Nótese el sarcasmo) Y por el otro lado está... mi hermano. Christian Dashton Hernández. Bobo, desastroso y adoptado.

Les juro que no sé cómo mis papás no se dan cuenta del desastroso hijo que tienen.

A sus ojos, es el perfecto niño de siete años que no hace nada malo. Estudia y ayuda en casa. Pero en realidad es todo lo contrario. Me hace bromas infantiles y siempre que necesito de él algo, nunca pero nunca, me lo da gratis. Tengo que dar algo a cambio. Siempre.

-¡Melanie! ¡Ven! -me grita mi mamá mientras yo me encuentro en el baño con mi celular.

Estoy leyendo Fanfics de Teen Wolf en Wattpad.

Y lo peor es que estoy en la mejor parte. ¿Por qué mi ama no me habla en otro momento?

-¡Melanie!

-¡Ya voy! -grité en respuesta.

Le bajé a la palanca y salí del baño azotando la puerta.

Bajé las escaleras rápidamente y llegué con mi mamá que estaba en la cocina.

-¿Qué pasó? -pregunté.

-Ayudame a mover ese mueble -contestó señalando el refrigerador. Qué flojera.

-Está bien -respondí con flojera.

Agarré con fuerza el refrigerador de la parte superior, mientras que mi mamá lo agarraba del otro lado. Empujamos hacia la derecha y lo colocamos cerca de la alacena.

-Tú barre para que Chris trapeé -dijo mi mamá cuando pensaba en subirme a mi cuarto.

-Okey...

Busqué la escoba y comencé a barrer con flojera.

***

Justo cuando terminamos de recoger la casa mi mamá y yo, me avisaron Lucía y Camila por medio de WhatsApp que venían a mi casa a las tres en punto a comer.

Así que por eso me metí a bañar enseguida y salí en veinte minutos aproximadamente del baño evaporado y caluroso. Con mi bata azul, me encaminé hacia mi cuarto tras abrir la puerta del baño y comencé a cambiarme. Pasaron cinco minutos más o menos hasta que termine de cambiarme. Me puse una blusa blanca con una chaqueta azul y unos jeans azules con mis Converse negros y un instante después miré mi celular.

Son las 2:45 PM.

Ya no falta mucho para que vengan. 

-Qué bonito eres Cosita -le dije a mi Hamster que se dedicaba a correr en su rueda.

Tengo un Hamster desde hace siete meses y es el mejor amigo que tengo desde entonces.

-Ya el próximo mes cumples ocho meses -agregué mientras abría su casita que le compré con mis ahorros. Lo cogí y lo acaricié mientras le decía miles de cumplidos, asemejandome a las madres cuando ven a un bebé.

-¡Melanie! ¡Tienes visitas! -gritó mi mamá.

¡Oh, ya llegaron!

Corrí apresurada hacia el piso de abajo y abrí la puerta. Ahí estaban mis amigas de toda la vida. Lucía vestía una blusa negra con unos vaqueros azules y botas negras, mientras que Camila una camisa de cuadros azulada y unos jeans rasgados con unos Converse blancos. Las invite a pasar y fuimos hacia mi cuarto, pero antes saludaron a mi mamá y a mi hermano.

-Ya tenía tiempo que no venían a mi casa -les dije cuando cerré la puerta de mi cuarto.

-No había tenido tiempo boluda -contestó Camila.

-Ni yo -dijo Lucía mirando a Cosita.

-Deberíamos salir más seguido -sugerí.

-Sip -dijo Camila.

-Eh, ¿escuchaste a la pianista? -cuestionó Lucía sentándose por completo en mi cama.

-Sí -contesté ampliamente nerviosa-. ¡Y no saben quién es!

-¿Quién es? -preguntaron con interés.

-¡Antier descubrí que la chica que toca el piano es Allison Rodríguez! -conté sorprendida. Mis amigas se mostraron igual de sorprendidas con mi declaración-. ¡Allison Rodríguez! ¡La rompecorazones del bachillerato es... La pianista! 

-Te has pillado fuerte -dijo Lucía.

-Pero es una mala idea -dije-. Allison es amable, pero sigue siendo una rompecorazones...

-¡Pero madre mía! -dijo Lucía-. ¿Entonces si te has pillado de Allison Rodríguez?

-Algo así... -contesté apenada-. ¡Pero es una mala idea! Allison es una rompecorazones... Es amable... Pero de todas maneras, no quiero que me vuelvan a romper el corazón. ¿Qué es lo que debería hacer en esta situación?

-Fácil tía -habló Lucía incorporándose en mi cama. -Sólo debes ser honesta con tus sentimientos. ¿Qué tiene de malo que te guste ella? Venga, acéptalo.

-Sí, pero... -dije antes de ser interrumpida por Camila.

-¿Y qué me decís de una apuesta? -dijo Camila.

-¿Una apuesta? -repetí yo.

-Sí, la que consiga enamorar a Allison Rodríguez antes de que finalice el semestre se ganará diez mil dólares -continuó Camila. Yo miré hacia el suelo pensando en sus palabras.

-No tenemos tanto dinero -dijo Lucía.

-Es para darle emoción boluda -dijo Camila.

Solté una carcajada.

-¿Están seguras de que no es una mala idea? -pregunté yo.

-¿Qué podés perder? -dijo Camila. -Dale, anímate.

-Pues yo no voy a entrar -dijo Lucía.

-Yo si acepto la apuesta... -dije antes de poder arrepentirme.

-¡Eso es! -expresó Camila-. Tenemos una apuesta, che.

¿Esto es una mala idea?

Es en lo único que puedo pensar desde que acepté la apuesta. ¿No me equivoqué? ¿No debería cambiar de opinión?

Pero ya es muy tarde para arrepentirme.

Conquistaré a Allison Rodríguez.

Ya lo verán.

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Dos Corazones, Una Apuesta Where stories live. Discover now