⚡ Dos razones para vivir

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Ginny parecía muerta en vida esperando que Harry apareciera y le dijera que todo era una pesadilla, que se equivocaba alevosamente en su decisión que se equivocaba al estar sin ella, pero eso jamás ocurrió. Cada poro de su piel le recordaba cruelmente que perdió al único hombre que amó desde que era pequeña. No tenía ánimos para nada y sabía que en cuestión de minutos sus hijos se levantarían e irrumpirían en su habitación para dar a cabo a una tradición familiar que nunca más se llevaría a la realidad, ya no estando los cuatro juntos.


Rompió en llantos nuevamente como toda la noche ¿cómo iba a explicarles a sus hijos que su padre ya no estaba a gusto en casa y se había marchado? que la abandonó por una mujer mayor dos años que ella, una mujer mucho más interesante que interesante ¿en qué minuto se cruzó en la vida de Harry que ni él estaba seguro de lo que sentía por su esposa? Esa mujer era inteligente y mucho más divertida que ella, de seguro. No recordaba mucho de esa mujer más que ella misma estaba celosa porque Harry solo tenía ojos para ella cuando tenía quince años y al parecer seguía seguía siendo así ¿qué hizo mal? Sollozó. Se sentía vieja, tonta, aburrida, la mujer más fea del mundo sentenciada por el mismo Harry y a las fotografías colgadas en la pared que solo mostraban felicidad, o eso sentía ella cuando él estaba cerca ¿su esposo habría fingido durante doce años felicidad junto a ella?

Lo peor de todo era que no sentía odio o rabia hacia él, no podía en ese momento, estaba tan enamorada que solo le deseaba felicidad en su nueva vida mientras ella se consumía en ese dolor que le quemaba el corazón pero no sería así para siempre. Ella lucharía por levantarse, por seguir adelante, por continuar su vida. Aunque en ese momento se reprochaba al pasar inadvertidas tantas cosas que quizás hubiesen salvado su matrimonio jamás vio una mirada confusa en él algún atisbo que le indicara que su vida estaba cayendo a un precipicio junto con los mejores recuerdos que atesoraba de Harry.

Entonces comprendió que si bien ella había perdido a su esposo quién más perdió fue él. Ella tenía a sus hijos, las ganas de querer seguir adelante y ya no debía seguir reprochándose absolutamente nada, aunque costara asimilar ese infierno fue él quién la engañó. Ella debía seguir adelante por sus hijos y por ella misma. Aún no podía digerir el proceso hacia esa paz consigo misma, pero la conseguiría aún se preguntaba muchas cosas lo cuál era lógico... solo hace unas horas su vida había sufrido un cambio radical indeseado.

Escuchó ruidos en la habitación contigua, se secó rápidamente las lágrimas del rostro e intentó parecer feliz, segundos después Albus corría por la habitación para llegar hasta los brazos de su madre y estrecharla fuertemente más atrás aun refregándose los ojos venía James, Ginny lo miró y ambos sonrieron, pero James vio algo más en los ojos de su madre y sorprendido entendió que eran lágrimas nunca vio llorar a su madre era bastante extraño, se preguntó si algo ocurría con los abuelos Weasley.


― ¿Dónde está papá héroe? ― Preguntó Albus, Ginny intentó controlarse y decidió ser honesta con ellos no había otra salida más que la verdad ante esa situación, resopló angustiada y le pidió a James que se sentara al lado de su hermano.

― Niños ustedes deben saber algo que ocurrió ― Murmuró Ginny con voz suave pero clara. Albus se limitó a mirar los ojos de su madre y ella deseó que no lo hiciera, sonrió dulcemente, era igual al Harry que recordaba de once años parado en la plataforma pidiendo ayuda a su madre para encontrar el expreso de Hogwarts. Los mismos ojos verdes brillantes, el cabello alborotado, las mismas facciones, hasta las rodillas nudosas. Solo faltaban los anteojos y la cicatriz para ser la perfecta fotocopia de su padre hasta en el carácter distraído y discutidor. Miró a James quien intentaba escrutarle el triste rostro de ella tenía. James era idéntico al padre de Harry, salvo por unas pecas alrededor de la nariz y los ojos eran tan castaños como los de su madre. El carácter de James Potter era orgulloso, impetuoso como Ginny y fuerte como Harry, no se dejaba amedrentar por nadie algo de lo cual sus padres estaban orgullosos. Era tan perspicaz que nada se le escapaba. Hermione decía que eso era solamente gracias a ella y todos sonreían. James Potter era un niño demasiado maduro para sus cortos trece años como aplicado en la escuela, a diferencia de su hermano. Que en ese aspecto Albus se parecía bastante a su padre y a su tío Ronald.

― Mamá ¿sucede algo grave? ― James estaba inquieto de ver a su madre así y preguntándose dónde demonios estaba su padre.

― James, Albus, antes que sepan todo quiero que entiendan las decisiones que su padre y yo hemos tomado y absolutamente nada cambiará con respecto a la relación que ustedes tienen con su padre ― Suspiró Ginny destrozada y James frunció el ceño.

― ¿Dónde está él? ― Insistió él, Ginny exhaló un profundo suspiro y miró los inquietantes rostros de sus hijos.

― El...― Carraspeó nerviosa, que difícil era decir la verdad mirando los inocentes ojos de sus hijos ― El papá ya no vivirá más en esta casa... él y yo nos divorciaremos ― Finalizó ella con la voz quebrada.

Comenzar de Nuevo (HxG)✔Where stories live. Discover now