Capítulo 2

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Dasha

Me desperté en la camilla del hospital, miré a mi izquierda y allí estaba mi hermana, sentada en un sillón leyendo mientras esperaba a que despertase.

—¡Dasha!—gritó al verme—. Por fin despiertas, me estaba empezando a preocupar.

Se bajó del sillón a velocidad luz y se abalanzó sobre mí dándome un abrazo.

—Ya veo que me has echado de menos—le dije envolviéndola con mis brazos y acariciando su hermoso pelo rubio.

—Tengo que avisar al doctor.—Se levantó de la cama y no pude evitar hacer una mueca de dolor al sentir su codo en mi pierna—. Me han pedido que les avisara cuando despertaras.

—¿Está papá aquí?—pregunté incorporándome.

—Sí, está abajo, voy a avisarlos.—Salió a paso ligero por la puerta de la habitación y apenas tardó en volver con un médico.

—Buenas tardes, señorita Vólkova.—El médico era un señor de mediana edad con una barba que ya comenzaba a ser teñida por canas. Después entró mi padre por la puerta y una expresión de alivio recorrió su rostro al ver que estaba bien.

—La operación ha salido correctamente, por suerte la herida de bala solo fue superficial, así que no tocó ningún hueso ni músculo importante, a partir de ahora debe descansar, sin hacer mucho esfuerzo y limpiarse la herida para evitar infecciones—le informó a mi padre y tras darle la mano salió de la habitación.

—¿Qué ha pasado?—le pregunté.

—Perdiste mucha sangre y cuando llegamos a por ti te habías desmayado—dijo sentándose en el sillón.

—Papá—dije tras recordar todo lo que había pasado—. ¿Qué le has hecho a Mason?

Se quedó pensativo dudando en si contestar o no, después de un rato suspiró.

—Irina por favor, déjanos a solas.—Mi hermana obedeció ante la seriedad que tenía mi padre en ese momento.

—¿Te acuerdas que te comenté que quería expandirme hacia Estados Unidos?

—Sí.—Se pasó una mano por su pelo rubio platino desalborotándoselo.

—Hace unos meses me hice con una de las rutas más importantes del país.—Se levantó del sillón y comenzó a andar por la habitación—. El caso es que esa ruta era de Mason. No se como pero burló nuestro sistema de identidad al venderle los misiles y te atrajo hacia él buscando venganza.

Lo escuché en silencio, sabía que esos negocios traían situaciones como estas, mi padre simplemente estaba haciendo su trabajo, en el que yo participaba y había aceptado todas las consecuencias.

Asentí en silencio, era lo único que podía hacer, aunque me inquietaba la idea de que ese tipo hubiese entrado en nuestro sistema, no sabíamos cuanto había podido ver, pero estaba segura que lo suficiente para haber sido capaz de adentrarse.

Mi padre me explicó que ahora debíamos llevar más cuidado que nunca, Mason no se había andado con rodeos y había intentado cogerme o matarme, nos enfrentábamos a una nueva amenaza. Había dejado clara su intención de venganza y era cuestión de tiempo que volviese a hacer otro movimiento para arrebatarnos la ruta que habíamos tomado...





Después de que me dieran el alta recogí todas mis cosas, me puse un vestido azul cielo de manga larga que Irina me había llevado. Junto con mi padre y mi hermana subí al coche para volver a casa.

—Dasha—dijo mi padre que iba conduciendo a mi lado e Irina en la parte de atrás—. He estado pensando, y con esto que te ha pasado...—Suspiró—. Podrías haber muerto y...—lo corté inmediatamente porque ya sabía por donde iban los tiros.

La Rusalka RojaWhere stories live. Discover now