Capítulo 39

827 48 6
                                    

Dasha

Me desperté en mi cama, la habitación me daba vueltas y la cabeza me dolía horrores.

Los recuerdos de la noche anterior pasaron en ráfaga por mi mente. El pub, el acantilado...Un escalofrío me recorrió de arriba abajo al recordar todo lo que Damien me había contado.

«La dejé embarazada». «No supe hacer otra cosa que montar en cólera y ebrio, romper todo a mi paso».

Me tumbé boca arriba y me llevé las manos a la cara, intentando aclararme.

«Ese no era yo, era un Damien consumido por el rencor y los recuerdos».

¿Era verdad? ¿Debía creerle?

Estaba claro que había tenido un pasado oscuro y que había sufrido tanto como yo. Siempre iba con su expresión seria y antipática que inquietaba e imponía cada vez que entraba en una habitación, pero conforme lo había conocido o por lo que quería creeer, mi cerebro no se imaginaba algo así, a un Damien capaz de hacer eso.

Sin quererlo, lo había comprendido, yo tambien me había transformado en una Dasha completamente diferente tras el secuestro, las torturas, el asesinato de mi madre...Otra parte de mí había tomado el control y aunque, poco a poco intentaba volver a recuperarme, la sed de venganza no había desaparecido, al contrario había aumentado.

Ahora sabía porque había estado guardándose todo aquello, y por su expresión al habermelo contado sabía que era real y que le dolía volver a sacar aquellos recuerdos a la luz, como si se avergonzase.

Una parte de mí lo comprendía, pero otra, ahora estaba asustada al saber lo que Damien había sido en un pasado.

Necesitaba aire fresco.

Salí de mi habitación con la intención de ir al jardín. Cuando abrí la pequeña puerta que daba afuera me encontré a Damien de espaldas, mirando hacia el mar. Llevaba la misma ropa de ayer, como si no hubiera dormido.

Oscilé, abrí la boca y la volví a cerrar sin saber que decir.

Mis ojos se quedaron quietos, escrutándolo.

Quizás se hubiera convertido en una mala persona tras todo aquello y quizás se arrepintía y de verdad había cambiado. Si no hubera sido así ¿Qué hacía entonces conmigo?

«Mi vida estaba desestructurada hasta que tu padre me ofreció el trabajo».

Todos tenemos un pasado oscuro y cada uno intenta superarlo como puede. Claro que, aquello no cambiaba el hecho de que hubiese utilizado a aquella chica y que tras dejarla embarazada se hubiese comportado de aquella manera, siendo tan egoísta y cruel. Aunque aquello no iba conmigo, yo no había estado cuando habían pasado todas esas cosas, no sabía como había sido todo de verdad y no podía juzgarlo.

Me di cuenta de que ambos cargábamos con recuerdos que nos habían marcado, ambos luchábamos contra nuestros propios demonios en un infierno no muy distinto.

Me acerqué a él, me coloqué delante acaparando su campo de visión. Al mirarlo a los ojos la sensación de rechazo que pensaba que pasaría por mi cuerpo no apareció, pensaba que me costaría volver a verlo, pensaba que lo vería de una forma completamemte diferente, pero no fue así. Sentí que lo conocía, sentí que conocía su dolor y que lo conocía a él, y por más que me hubiera gustado desestimarlo para evitar volverme vulnerable, no pude hacerlo. Supe que ya me lo había vuelto cuando un pinchazo me llenó el corazón haciéndome sentir extraña, por más que quisiera odiarlo, no podía. 

—Entiendo que quieras alejarte—dijo sin mirarme.

La oscuridad de sus iris se aclaró al fijarse en los míos, apoyé mi mano derecha en su mejilla viendo como su rostro se contraía con remordimiento.

La Rusalka RojaWhere stories live. Discover now