Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!

Rehabilitación

Durante los primeros segundos, Victor permaneció inmóvil, con la mirada fija... "¿Hermano, eres tú?" pensaba, deseando poder decirlo, pero las palabras se negaban a salir.

Su hermano mayor estaba allí, de pie frente a él, arrastrando una maleta de ruedas agarrada por el asa. El chico soltó la maleta que quedó erguida como él y extendió sus manos hacia los lados.

—¿Qué, dos meses sin vernos y ni te dignas a darme un abrazo?

Dicho y hecho. Victor corrió hacia los brazos de su hermano mayor, y sin darse cuenta, comenzó a llorar como nunca antes lo había hecho. De vez en cuando, murmuraba "perdón", refiriéndose al día en que se cayó del árbol y perdió la capacidad de mover las piernas. Mientras lo hacía, su hermano le daba palmaditas reconfortantes en la espalda mientras murmuraba suavemente "Shh".

Un operario del avión volvió por última vez para avisarles que era su última oportunidad de subir a la aeronave.

Victor separó su cabeza del pecho de su hermano y se giró, dándose cuenta de que todos sus compañeros de equipo lo habían visto. Se sonrojó de vergüenza.

—¿Vosotros qué miráis? —Intentó parecer los más serio y borde posible, pero era un poco difícil que le tomaran en serio mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas enrojecidas.

omó su mochila y se dirigió hacia la entrada de la nave, esperando a su hermano para ir juntos. Después de tanto tiempo viéndolo sentado en una silla de ruedas, le resultaba extraño caminar junto a él, pero le encantaba.

Cuando subieron al avión, la gente los ovacionó, aunque Victor no pudo discernir si lo hacían porque eran el Inazuma Japón y estaban clasificados para el mundial, o si lo hacían simplemente porque finalmente habían abordado y podían despegar.

Había mucha gente sentada y quedaban huecos libres para todos, pero estaban dispersos. Arion fue el primero en sentarse, eligiendo un asiento al lado de un niño, pero una azafata lo hizo levantarse. Arion se sintió avergonzado, preguntándose si había hecho algo mal, pero no era así. La mujer les pidió que la siguieran a todos, y así lo hicieron. Los condujo a una especie de zona VIP que estaba vacía.

—Esta es la zona Inazuma, reservada para los miembros del equipo, tanto jugadores como entrenadores, y por supuesto, también para los gerentes. Pueden elegir los asientos que deseen.

La zona era bastante amplia, con más del doble de asientos de los necesarios, que, con seguridad, quedarían vacíos.

Estaba dividida en asientos dobles a cada lado y filas de cuatro en el centro, separadas por pasillos para permitir estirar las piernas con libertad.

Cada uno se sentó donde prefirió. Travis y Jude se sentaron juntos, en el lugar más apartado. iel y Lucian ocuparon otro par de asientos dobles y delante de ellos se sentaron Harrold y Wanli. En la fila de cuatro sillas de más atrás se sentaron Victor y su hermano y aunque quedaban dos espacios vacíos, nadie quiso ocuparlos, para dejarlos más tranquilos. Aun así, Arion se sentó en la fila de cuatro asientos delante de ellos, acompañado de JP y Skie, y el cuarto asiento quedó vacío. Delante de ellos se pusieron Jade, Samguk y Preston. La siguiente fila estaba formada por Sol, Njord, Iggie y Cronus, y la siguiente por Rosie, Riccardo y Bay. Rex Remington se sentó solo en una fila de dos, alejado de todos, más cerca de los entrenadores que de los jugadores.

Una vez que todos se acomodaron, la mujer explicó las normas habituales sobre qué hacer en caso de una emergencia en el avión. Cuando terminó de explicarlo todo, se preparó para irse, pero Cronus la detuvo.

—Señorita, si tuviésemos ganas de beber algo ¿Qué tenemos que hacer?

—Ah, cierto. Si en algún momento tienen sed o desean una bebida energética, solo tienen que llamarme y pedir lo que deseen. Sin embargo, solo tienen derecho a dos bebidas por persona durante este viaje, aunque debido a la duración del vuelo, pueden tomar una segunda. ¿Algo más? —Como nadie dijo nada, la empleada se retiró.