Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!

La Defensa Perfecta

Todos se fueron poco a poco a los vestuarios, Iggie por el camino se cruzó con Joaquín que le dedicó unas palabras.

El que más tardó en salir del campo fue Bay, que estaba pensando en aquellas palabras que le había dicho Riccardo «He estado investigando algún punto débil, pero no he encontrado nada. Seguro que tu eres capaz de encontrar alguna debilidad, confío en ti», pero sobretodo retumbaba en su cabeza la frase «Eres tu el capitán intenta creértelo más». ¿Cómo tenía que creérselo más sin tan siquiera se sentía el verdadero capitán?

Al final comenzó su camino a los vestuarios mientras intentaba buscar el punto débil de aquella rocosa defensa. Recordó la frase de uno de los jugadores chilenos donde explicaba que habían analizado cada jugador para saber quien podía llegar a ser una amenaza. El capitán se preguntó de dónde habían sacado toda esa información y lo único con sentido que le vino a la mente fue que hubieran estudiado sus partidos anteriores. «Esto nos complica las cosas, ya saben cómo pararnos de manera perfecta, lo único que nos podría salir bien tendría que ser inventarnos cosas en mitad del partido...» Recordó por un momento su propia supertécnica, esa supertécnica no debían conocerla aún, también recordó que Preston había detenido el disparo de Matías «Eso no lo debían tener previsto, estoy seguro que esperaban marcar. Pero no sabían que la había mejorado unos días antes. Esa podría ser la solución».

—Ey Bay, te noto embobado. —Bay Laurel salió de sus pensamientos, se dio cuenta que ya había entrado en los vestuarios y se había sentado en un banco. El que le hablaba era Arion.

—Ah, hola Arion. Estaba... pensando. —Sin darse cuenta estaba reviviendo el partido en su mente de nuevo, buscando como de bien funcionaría el método que había encontrado.

—¿Pensando en como ganar a Chile? —Bay asintió absorto—. En la segunda parte haré algo que podría ayudar.

—¡¿Enserio, el qué?! —dijo despertando de repente.

—Me he fijado en que lo quería hacer todo yo, como si quisiera demostrar que soy mejor que Matías. Pero me he dado cuenta que no puedo hacerlo todo, nadie es perfecto y lo mejor que puedo hacer es potenciar mis virtudes y dejar a los demás todo aquello que no puedo hacer o que me cuesta más.

—¿Eso es todo? —dijo desilusionado Laurel.

—Sí, ahora ya no voy a hacer tanto el tonto y confiaré en que los demás también pueden hacer todo bien. Jugaré más en equipo que es lo que somos —explicó Arion, entonces le vino una cosa a la cabeza y quiso compartirlo con el capitán—. Una cosa ¿Tú no piensas que su forma de jugar es anti-fútbol?

—¿Anti-fútbol? —repitió con lentitud Bay.

—Sí, quiero decir, no hacen nada más que defender todo el rato, impidiendo que nuestros mejores jugadores se puedan mover y cuando recuperan el balón se lo entregan a Matías para que lo haga todo y una vez pierde el balón vuelven a empezar. ¿Dónde a quedado el jugar con los compañeros, confiar en los demás y realizar un juego divertido?

—No lo sé Arion. —Bay lo dijo en un tono donde se notaba que no le interesaba nada aquello que le decía su compañero. Miró un momento el reloj, quedaban cinco minutos para volver al partido, pensó en una jugada que le llamó la atención y le asaltó una duda—. Oye Arion ¿Has visto a Riccardo?

—Me parece haber visto hace un par de minutos que él y Wanli se habían ido a aquella habitación. —respondió señalando una puerta, Bay se levantó sin ni siquiera dar las gracias y se fue hacia allí. Arion no quiso molestarlo más.

Bay iba a abrir la puerta, pero escuchó las voces que hablaban con un tono un poco subidito.

—¡Ya está bien, tú! Hace ya varias semanas que eres el único que no se digna a jugar con él. Si fuera algo que tan solo pasase fuera del campo aún lo dejaría pasar, pero no es así tú. No eres capaz de darle un pase, ni tan siquiera si el equipo lo necesita, como el partido contra Uruguay, que se iba a quedar solo y tú te negaste a darle una asistencia.