Déjà Vu

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Estaban entrando al estadio de fútbol. Quedaba poco tiempo para que comenzase el partido contra el Congo. Lo cierto es que la semana había sucedido bastante rápido para todos y no había pasado nada fuera de lo normal, a parte del día del hotel y de la escapada de Victor.

Era el último partido que tenían de la segunda fase ya que la quinta jornada les tocaría descansar a ellos. Dependiendo el papel que hicieran este partido pasarían o no, y aunque lograran hacerse con la victoria aún necesitarían tener suerte en el resultado de los otros partidos para pasar. Además el Congo no se lo pondría nada fácil, ellos tenían tres puntos y dos partidos de menos (Uno de ellos el que iban a jugar inmediatamente).

El partido de la misma jornada había tenido lugar hacía una hora y había acabado con un uno a tres a favor de Grecia sobre Chile, lo que dejaba a la selección griega con seis puntos a falta de un partido y al equipo de Joaquín y Matías con cuatro puntos con un encuentro por delante. Como a Uruguay le tocaba descansar esta jornada no sumaría puntos dejando intactos los tres que había conseguido contra Japón, a decir verdad eran los que lo tenían más difícil para pasar, ya que eran los que menos sumaban convirtiéndolos en los colistas del grupo.

Llegaron al estadio bastante antes del partido. Habían llegado tan pronto porque siempre les había tocado jugar el primer partido del día y como esta vez era el segundo no tenían bien calculado cuando tendrían que estar presentes así que decidieron llegar mucho antes y evitar problemas.

Se encontraron a los jugadores de la selección congoleña que también se habían adelantado para llegar.

Estuvieron el rato de cháchara con ellos, todos eran bastante toscos. A Arion eso le pareció raro, ya que el día que estuvieron en el hotel Continental fueron muy simpáticos y alegres y se lo pasaron bien jugando al vóley. Aunque para ser justos sus compañeros de selección también estaban algo tensos, «Debe ser porque este partido es muy importante. Quien gane tendrá posibilidades de continuar y quien pierda quedará prácticamente eliminado...». De todos los que habían presentes solo hubo dos chicos del Congo que se comportaron amablemente, charlaron y no pararon de sonreír, por su estatura e inocencia Arion estaba seguro que aún no habían llegado a la secundaria e incluso les faltaría un par de años.

Pasaron los minutos y cuando faltaba un cuarto de hora para empezar el encuentro se fueron como siempre al vestuario, allí Travis avisó de cuál sería el once inicial: Preston en portería, Iggie, Wanli y Biel en la línea defensiva de tres, el centro del campo serían Arion, Riccardo, Bay y Cronus. Por último el entrenador pondría a Sol, Victor y Lucian en la delantera. «Otra vez no nos ponen juntos.» pensaron al mismo tiempo Victor y Njord, el primero refiriéndose a su hermano y el otro aludiendo a Sol.

Salieron al campo y se posicionaron para dar comienzo el partido, Bay se pudo fijar en que las habían algunos asientos de la grada japonesa que estaban vacías cosa que no había pasado en ninguno de los otros partidos, «No todo el mundo tiene esperanza en nosotros» eso desanimó un poco al jugador del Kirkwood, aunque su parte más positiva le obligó a fijarse en toda esa gente que estaban ahí, apoyándolos a pesar de todo. 

Chester Horse, avisó de las alineaciones de los dos equipos: el equipo rival se hacían llamar "Los Zaires" y la jugaban con una formación un tanto peculiar, una 3-6-1. El portero se llamaba Mivek Loemba, los tres defensas eran Koffi Nwadike que también era el capitán, Akem Mabiala, Gourane Knounkou. El medio congoleño estaba ocupado por Wamba Malonga, Bakary Ngoma, Moka Elenga, Daye Pambou, Ndongo Itoua, Molaye Ndinga y por último el delantero solitario era Oudoa Bula.

El partido lo empezaron los rivales de Japón. Nada más empezar sorprendieron a los japoneses porque aunque tuvieran una formación nadie la respetaba, cada jugador fue adonde quiso en todo momento. Eso pilló desprevenido a todos, pero aún así no se amedrentaron y se lanzaron a buscar el balón, cosa que les fue imposible ya que los congoleños alzaron la pelota por los aires y como ya demostraron el día que jugaron al vóley, tenían un mejor juego aéreo. Gracias a un seguido de cabezazos, voleas y saltos consiguieron mantener el balón suspendido en el aire un minuto.

Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!Where stories live. Discover now