Promesas Complicadas

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Njord y Sol acababan de hablar con Travis. El entrenador les negaba la posibilidad de jugar el partido contra el Improved Japan, alegando que entraba dentro del pacto que habían hecho. Njord no lo creía así. Según él, el pacto solo excluía los partidos del mundial, y este encuentro era más bien un entrenamiento o, como mucho, un amistoso. No veía normal que Travis les prohibiera jugar, como si los estuviera reprendiendo de algo que no entendía. Pero ni él ni su compañero Sol protestaron al seleccionador, ya que no iban a conseguir nada «Cuando se le mete una cosa entre ceja y ceja no hay manera de sacarlo de ahí» pensó el jugador afín al hielo. 

Percival les sugirió que aprovecharan para entrenar aquella cosa especial que querían hacer, dado seguirían sin participar en los partidos, tal como habían pactado. Al principio, los chicos se negaron por pura terquedad, pero a medida que se acercaba el inicio del partido entre Inazuma vs. Improved, más ganas les daba a los dos delanteros de poder jugar los próximos encuentros.

A unos minutos de que empezara el encuentro los dos chicos se acercaron a Travis y le dijeron que iban a entrenar y que necesitarían un balón.

—Ya sabéis, si necesitáis material, no me lo tenéis que decir a mí. Decírselo al de siempre.

Sol y Njord buscaron con la mirada a Jude y lo vieron dirigiéndose al almacén, donde guardaban todo lo necesario para jugar al fútbol en condiciones. Corrieron hasta él y le explicaron que se iban a entrenar. Él continuó su camino y ellos le siguieron hasta el cuartelillo. 

Dentro del pequeño cobertizo había bastantes cosas: un montón de balones dentro de una caja, un par de redes de portería colgadas por si se rompían las del campo, unos petos por si tenían que hacer un entrenamiento de un equipo contra otro, equipaciones del Inazuma de sobras por si se rompían o hacían agujeros. Incluso había postes de portería por si les pasaba algo a los otros.

Sol cogió un balón y Jude fue a coger un silbato. Se iban a marchar, pero Jude les llamó la atención.

—¿No queréis el vídeo?

—No hace falta, gracias a Bay lo hemos podido pasar aquí. —dijo Sol mientras sacaba su disco duro portable—. Jude les sonrió, les dejó salir primero del almacén y lo cerró con llave, luego les despidió con la mano y se fue hacia el campo.

Los dos chicos empezaron su caminata hasta la Ribera del Río, ya que era el sitio más cercano que tenían con porterías para poder practicar lo que querían hacer.

Al llegar, vieron a unos chicos jugando en el campo. Siempre estaban.

El primer día les pidieron medio campo para entrenar, pero ellos se negaron, ya que utilizaban todo el campo para hacer un partido. Eso molestó a los delanteros en su momento, pero entonces apareció una de las chicas que jugaba llamada Maddie Moonlight y acordaron que les dejaran hacer un "al mejor de tres", y que cuando acabasen podrían quedarse con la mitad del campo para entrenar. Ellos aceptaron y a partir de ese día era siempre así.

Mientras los chicos jugaban, Sol y Njord aprovechaban para calentar y estirar. A veces, notaban que los otros jugadores alargaban innecesariamente el partido para quedarse con el campo, pero nunca tardaban más de tres cuartos de hora en terminar. Cuando marcaban todos los goles, siempre cumplían su parte del trato y les dejaban la mitad del campo. A veces se marchaban y les dejaban todo el campo para ellos dos, aunque no les hacía falta. 

Esta vez acabaron los entrenamientos antes que la pachanga, así que decidieron ponerse a ver el partido de Inazuma Japón contra Orfeo para fijarse más en aquello que querían conseguir.

—Sigo sin saber por qué no nos sale... —dijo Sol—. Es que imitamos a la perfección sus movimientos, somos parecidos a ellos y aun así se nos sigue resistiendo.

Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!Where stories live. Discover now