Por un reencuentro

Amarga e inevitable realidad

No quise retrasarme más, me tarde mucho en traer el capítulo anterior, por eso trato de traer rapido los próximos capítulos.

Espero que disfruten de la nueva actualización. Realmente agradezco su apoyo a la historia. Espero y lo disfruten.

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Recordaba levemente sus familias, aquellos que fueron sus padres. Recordaba poco, sus rostros eran difíciles de recordar pero el como le criaron y como crecio en el tiempo que se le permitio a su lado.

Lo recordaba perfectamente.

Siempre trataba de visualizar como sería su vida si desde un principio hubiera sido solo una persona más. Una existencia sin valor y sin deberes que cargar. Solo una vida más, solo eso...    

—Bakugou!—

Abrió sus ojos para luego tomar con fuerza el mango de su espada. Dirigió la filosa hoja de acero directo a la garganta de aquel sujeto con mascara. Saco sin dificultades la hoja para luego tomar al sujeto y tirar de su cabeza hasta desmembrarla del cuerpo.

—Bakugou, estas bien?— preguntó el pelirojo verificando a la vez con su vista si tuviera alguna herida —Los chicos estan ganando terreno, Sero ha mandado un mensaje—

El rubio cenizo solto la cabeza para dirigir su mirada a Kirishima dándole a entender que prosiguiera.

—Ya vienen, las tropas llegaran pronto. Tenías razón al decir que habian muchos más escondidos. Chisaki guardo lo mejor, esta esperando en la costa de Crostran—

El rubio observo el campo sin decir nada. Aquel olor, ese olor lo habia acompañado siempre, qué era? Parecia algo que le seguia. No lo queria, sin embargo, al final aparecia para recordarle lo que era y debia de hacer.

—...Bakugou— susurro el pelirojo sujetándolo del brazo.

Bakugou lo observo detenidamente. Sonrio con soberbia al descubrir lo que sentia el pelirojo.

Miedo

Pero a qué? Él sobreviviría verdad? Estaba seguro que asi seria, entonces?....  Por qué sentia aquel sentimiento?

—No te volveras a ir, verdad?— preguntó con angustia al ver al rubio cenizo en aquel estado.

Entonces recordo, aquel olor. La sangre derramada en la tierra siempre le perseguía, llegaba en algun momento de su vida, ese olor el cual sabia lo que significaba.

Muerte

La muerte siempre le acompañaba, la guerra era su vida, la espada llegaba a su mano de algun modo. Su fin seria siempre el mismo, lo sabia, lo habia aceptado, vivía con ello, en el pasado, en ese momento y estaba seguro que en su futuro también seria igual.

—Protege...— exclamó el rubio cenizo en voz baja y calma.

El pelirojo cerro sus ojos con fuerza al saber lo que el otro pedía.

—Protege, vela y cuida. Porque el rey... — no podía terminar la frase. No queria aceptarlo, no, no queria pero debia, verdad? —El rey vive en cada uno de nosotros, por eso... —