Aquel que ama, pierde y sufre

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Colocó sobre su frente aquell paño humedo. La fiebre bajaba lentamente, muy lentamente para su gusto. Había descubierto que el calor y la lava ayudaban a mantenerlo estable.

Observo al rubio cenizo para luego tocar aquellas hebras rubias cenizas deseando ver aquellos ojos rojos que poseía su rey.

—Iré por más agua— informó sabiendo que no obtendría respuesta del otro —Volveré enseguida—

A paso rápido se dirigió a aquel río cerca de aquella cueva. Lavó su rostro y manos para luego llenar de agua aquel cuenco que habia obtenido. Observo su reflejo en aquella agua cristalina. Suspiro con fuerza, no sabia que debia de hacer si aquel rubio cenizo no llegaba a despertar.

—Qué debo de hacer?— preguntó preocupado —A este paso... — negó en silencio.

No podía ser negativo, no en ese momento. Tomó el cuenco y camino nuevamente hacia la cueva. El calor se incrementaba con cada paso que daba, asombrosamente se habia adaptado a esa temperatura. Con su vista hacia bajo siguió caminando hasta estar a unos pasos del rey. Levantó su mirada y con asombro abrio grandemente sus ojos. El cuenco cayó al suelo rompiéndose al impactar.

—...Bakugou— susurro el nombre del otro viendo a aquel levantarse para permanecer sentado —Bakugou!—

El rubio cenizo centro su mirada en el peliverde. Su cuerpo dolía, su estómago exigía comida, estaba cansado... muy cansado. No ubico donde se encontraba, sus recuerdos eran un lio, no sabia en que vida estaba.

—Bakugou! Haz despertado— dijo el peliverde asombrado acercandose al otro —...d-debes de reposar, aun sigues mal—

Bakugou llevo sus ojos a los contrarios, su cabeza daba vueltas. Nada tenia sentido.

—Qué haces aqui?— preguntó con dificultad el rubio cenizo —No debiste venir—

Deku lo observo con detenimiento, debería de estar enojado o tal vez triste por las palabras del otro pero... estaba tan feliz de escucharle hablar. Tanto que, solo asintió para luego ayudar al otro a volver a recostarse. Bakugou lo miró por unos segundos para luego volver a cerrar los ojos.

Debía de estar muy cansado de seguro, agradecía a los dioses por ver mejoria en aquel rubio cenizo. Tomando el paño que ahora reposaba en el suelo junto a los pedazos del cuenco, se encamino nuevamente hacia aquel río para seguir con su labor.

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Sonrió al notar que la temperatura de Bakugou se regulaba. Habían pasado algunas horas. El sol habia caido dejando a la luna elevarse.

—...Mhm—

La mirada ojiverde se posó sobre aquel rubio cenizo. Se removia levemente parecia que despertaría.

—..Ah...— pronunció el peliverde al ver la mirada rojiza presentarse.

Observó como Bakugou llevaba una de sus manos a sus ojos. Parecía desorientado, tal vez debido a la fiebre. Se acerco a su lado para intentar que se recostara nuevamente pero la reacción del otro fue inesperada.

—....!?...pero qué?— preguntó Bakugou alejándose rapidamente del peliverde —Qué mierdas haces aqui? —

Deku observo como Bakugou retrocedía rápidamente hasta crear distancia entre ambos. No entendía el actuar del otro, si bien no tenían la mejor relación pero no era para generar dicha reacción.

Por un reencuentroWhere stories live. Discover now