El lazo que prevalece

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Desde ahora lo digo, lo siento.

Me duele más a mi que a ustds, soy quien escribe esto y créanme cuando les digo que me cuesta hacer estas partes. Pero tengo una historia que seguir y bueno...   me gusta el drama.

Hola a todos (tarde para decirlo lo sé)  espero que les guste el nuevo capítulo!

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Se apoyo con sus manos para sostenerse mientras vomitaba sin cesar. Dio unas cuantas arcadas antes de caer de rodillas al suelo.

Respiró lentamente para recuperarse mientras que con el dorso de su mano quitaba el rastro de saliva de su boca. El cuerpo le pesaba, la fiebre solo incrementaba, el frio que sentia a pesar de estar hirviendo no ayudaba tampoco. Necesitaba comer, le vendría bien para reponer fuerzas pero su estomago se negaba a aceptar lo que ingería, todo lo que comía era devuelto por completo. Si seguía asi, sabia como terminaría.

—A este paso... — se arrastró hasta llegar a una cama de roca volcánica —...no lo... lograre— dijo con dificultad mientras se acostaba en aquella improvisada cama.

La lava ayudaba a alivianar el dolor pero debido a su ausencia los dragones tenían la obligación de proteger y custodiar las tierras del rubio cenizo. Había animales que proteger, personas inocentes esperando por él, no podía dejarlos solos. Por eso los dragones permanecían atentos a cualquier posible ataque. Ellos protegerían a aquellos que estaban bajo su cuidado pero el costo era alto...  estaba a su suerte en aquel lugar.

Volvió a toser agrabando su maltratada y adolorida garganta —...no puedo con esto— admitió al ver un poco de sangre sobre su palma —A este paso... —

Sabía lo que pasaría, Igar habia ganado la batalla en esa vida. Pero se aseguraría de extinguir a esa plaga en su próxima vida. Lo haría.

—...Deku...— susurro débilmente antes de cerrar sus ojos y con ellos, un suspiro.

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Detuvo su andar observando su alrededor. Había sentido una sensación rara, podrían decirle loco si querían pero sentío que alguien le llamaba.

—No me agrada esto— aceptó retomando el paso para acelerarlo —Por favor, espérame— pidió al viento aquel peliverde.

Debía de apresurarse, necesitaba llegar a su destino.

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—Los preparativos estan listos señor— afirmó un encapuchados con una mascara de pico —Esperamos sus ordenes.

Un castaño que portaba una mascara parecida, la cual solo tapaba su naríz hasta la barbilla lo observaba en silencio. Miró por la ventana encontrando a muchas personas pasar a lo lejos. Cumpliría su deber, lo que se le fue encomendado.

—Tiene que morir— aseguró con una espeluznante tranquilidad —Él va a morir— aquello más que palabras, fue una afirmación —Qué todos se preparen, nos moveremos— anunció aquel castaño.

Acabaría con aquel ser que tantas vidas le estorbo. Si aquella maldición no le mataba, se aseguraría de hacerlo en el campo de batalla.

Por un reencuentroWhere stories live. Discover now