Deseo

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El bosque siempre lo relajaba, siempre lo distraía, siempre lo asombrada. Y es que ser aquella persona que todos esperan que sea es agotador y abrumador, siendo sincero, no quería ser el siguiente líder de la aldea. No! Por favor, el quería salir de aquel bosque, quería ver y descubrir nuevos lugares, conocer a otras tribus o aldeas. Conocer la capital! por todos los dioses, quería poder ver aquellas calles concurridas, serian como se las imaginaba o serian mejor que sus intentos por imaginar como serian realmente? Tenían que ser mejores, sin duda alguna. Tenia tiempo, aun tenia tiempo para planear algo para no ser el siguiente líder. A sus quince años el heredaría el puesto, actualmente tenia ocho años. Si, ochos años y ya sabia a lo que se enfrentaba mas adelante. Es un chico listo de eso no hay duda.

Dejo aquel tema de lado, tenia tiempo para pensar, se encontraba en los limites de aquel gran y hermoso bosque. siempre se escabullía para ir a explorar manteniéndose siempre donde terminaban aquellos enormes y frondosos arboles. Con suerte podría ver algún grifo por los cielos u algún duende pasar a lo lejos, siempre encontraba algo nuevo que ver y ese día no seria la acepción.

Busco un lugar en donde sentarse y no ser visto por nadie, sabia que podía llegar a ser peligroso si alguien lo mirara tan cerca de los limites de aquel bosque. El joven peliverde se quedo ahí por unos minutos que luego de un tiempo se volvieron en horas, había podido ver algunas aves pasar, un grifo, y si no se equivocaba y sabia que no lo hacia, vio a un gigante a lo lejos. El sol empezaba a ocultarse y el debía de irse ya, no quería pero debía de hacerlo. Estaba por levantarse cuando noto algo o mejor dicho a alguien acercándose hacia el bosque.

Un hombre joven de cabellos negros, se notaba algo cansado y con sueño pero viéndolo mejor concluyo que así era su rostro, tenia alrededor de su cuello una, bufanda? no sabia si eso era pero lo asemejaba. Traia una enorme mochila en su espalda.

—Demonios... a dónde habra ido ese chico?— pregunto cansado el azabche —Solo lo deje de ver unos segundos y.... —

El azabache miró los arboles a lo lejos. Era raro ver arboles en en esta zona y mas de ese tamaño. Saco el mapa de su bolsillo y observo nuevamente el lugar.

—.....quién lo diría, hemos llegado al gran bosque de Teramedius— expreso alegre sin demostrarlo realmente —Estamos cerca de Lukresta... —

El peliverde escuchaba levemente lo que decía el azabache, estaban a una distancia aceptable, no lo descubriría si era sigiloso. Concluyo que aquel tipo debía de ser alhin viajero, había mencionado a donde se dirigia "Lukresta" esa era la capital, lugar que moria por conocer.

Dejo de divagar y se dispuso a retornar a su hogar, aquel hombre no se atrevería a pasar por el bosque, nadie lo hacia y desconocía el motivo. Sin hacer ruído alguno se alejo de los limites. Seguía escuchando la voz del hombre pero cada paso que daba hacia que se desvaneciera, antes de dejar de escucharlo noto que alguién mas habia llegado, tal vez algun compañero. No importaba, dejo de escuchar sus voces.

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—Por favor Izuku, No te acerques a los limites del bosque!— angustiada y alarmada preparaba la cena para ambos —Toshinori-sama regresara mañana y debes de estudiar— reprendió enojada y angustiada.

—Mamá, no paso nada. Eh estudiado lo que All Might me ordeno, por favor calmate— pidió al ver a la peliverde angustiada —No salgo de los límites, me cuido de no ser visto y regreso antes del ocaso—

La peliverde solo asintió para luego sonreír, sabía que se preocupaba mucho pero debia de entenderla, su chico era listo sí pero a su corta edad habia sufrido de muchas lesiones solo por andar explorando.

—....Gran Torino quiere hablar— solto colocando ambos platos en la mesa —No me a dada un día ni hora—

El peliverde asintió, sabía que debia de recordar esas palabras ya que, dentro de 7 años esa plática se llevaría a cabo. Cuando tomara el liderazgo de su gente. Suspiro con pesar, era aun demasiado joven para pensar en esas cosas.

—Gracias por la comida— dijeron ambos peliverdes.

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Se levantó de su cama temprano, se limpio y vistió para el dia. Salió de su hogar con el alba. Camino por un par de minutos viendo la vegetación, deseaba ver vida en sus tierras. Anhelaba ver algun ser vivo en ese inmenso bosque.

Recorrió el mismo camino de todas sus mañanas hasta llegar a una cascada. Tomó asiento en pastizal humedo y miro atentamente la cascada. Gran torino una vez le dijo que las cascadas eran clave en su vida. A que se refería? Ni idea, seguia sin comprender aquel enigma. Cómo una cascada podría ser importante en su vida? Suspiro para luego sonreir, no entendía pero luego de escuchar aquello, busco por todo el bosque hasta encontrar alguna cascada. La encontró si pero no sabia como aquello podría ser clave en su vida.

"Tal vez, tenga que pedir algo?"

Penso luego de vários minutos, podría intentar aquello. No perdía nada, ya había intentado caminar sobre el agua que caia de la cascada, habia bañado su cuerpo con esas mismas aguas, hasta bebía solo de aquellas aguas, tenía que intentar todo lo que se le viniera a la mente, no creía que pasara algo si solo esperara.

—.....deseó que habite vida en el.... — "bosque" fue lo que penso —Suena como si no fuera de aquí— admitió desanimado.

Este era su hogar, habia nacido y se criaba en ese desolado bosque. Apesar de no tener nada mas que su pueblo, apesar de que le mostraba hermosos espectaculos naturales, él lo rechazaba. Se sintió mal al reconocer lo que hacia, debía de empezar a ver aquel bosque por lo que era, su hogar. Con o sin fauna ese era su hogar.

—....eh hecho mal en desear irme de aqui, mi hogar siempre sera este bosque— dijo al reflexionar sobre sus pensamientos —Gran bosque Taramedius, espero que me perdone.... no iré a ningun sitio por eso... —

Cerro sus ojos y levanto el rostro al cielo. Espero algunos segundos para abrir nuevamente sus ojos. "Todo igual" penso al ver a su alrededor. Suspiro derrotado, obvio que su deseo no se cumpliría pero con intentarlo no perdía nada. Se levanto dispuesto a regresar a la aldea pero algo llamo su atención.

—...imp... imposible.. — camino persiguiendo aquello jamas antes visto en aquel bosque —....acos... acaso puede s.. ser—

El asombro estaba impreso en su rostro, notó que aquello se dirigía a un campo cercano. Dejo de perseguir a aquel ser para ir a una zona donde se miraría por completo el lugar a donde se dirigía.

—....como es... posible?... — ante sus ojos se exponía aquel gran campo que siempre estaba desolado. Sin embargo, ahora era habitado por un sin numero de animales y aves —Mi deseo.... se cumplio?—

Asombrado, con la piel erizada y con sus ojos humedos, corrió directo a aquel campo. Maravillado ante la gama de criaturas y seres que estaban ahi reunidos, paso su vista por cada uno de ellos, algunos conocidos otros nuevos ante sus ojos. Aquello en serio era algo espectacular para el peliverde. Los animales y seres que se encontraban ahi parecia no atacarlo y aquello era bueno ya que el peliverde se encontraba tan conmocionado que no se puso a pensar en que alguno podria ser peligroso.

Maravillado ante el milagro corrio directo a la aldea a avisar a todos. Aquello marco al Gran Bosque Taramedius, desde aquel día, albergaría a casi todas las espécies del continente.

A excepción de una.....















Los dragones.

Por un reencuentroWhere stories live. Discover now