—Modales... ¿supongo?— abultó sus labios para luego soltar una risita— ¿Ya te vas?— se refería a Sicheng.

—Si, iré a ver si Yuta ya despertó— volteo hacia mi y me guiñó un ojo antes de retirarse por completo.

—Buenos días— me sonrió con las mejillas ligeramente teñidas de rosa— Te traje una píldora para el dolor y mucha agua.

—Gracias.

Me entrego aquel objeto diminuto que segundos después pase por mi garganta con ayuda del agua, la cual acabe toda.

—Preparé el desayuno, supongo que ahora que desper-

—Lo lamentó— interrumpí mirándolo a los ojos— Lamentó haber hecho un escándalo anoche y-y juro que pagaré por la comida. Como ya sabes trabajo y podría hacer unos pagos semanales...

—¿Que dices?— negó adorablemente mientras tomaba asiento al lado mío— Doyoung, no tienes porque disculparte ni mucho menos pagarme de vuelta. Me hiciste muy feliz al dejarme conocer esa faceta tan graciosa y linda.

—Ah...— rasque mi nuca en señal de nerviosismo— También lamentó el haberte besado, fue un impulso y estuvo mal.

Jungwoo se quedó pensado por un momento para luego pasar una de sus manos por su rubia cabellera, inflando su pecho.

—No te preocupes— alzo una ceja— Es todo mi culpa, ayer debí haber lucido tan hermoso que era imposible resistirse.

—Si, claro— lo empuje levemente a medida que mis mejillas comenzaban a aumentar de color.

—Oye...— Jungwoo tomó mi mano— Se que nunca podrás verme más que un amigo, pero quiero que sepas que esta bien. No voy a presionarte ni mucho menos, quiero que seas feliz ya sea solo o estando con alguien más.

Asentí.

Mierda, ¿porque mi corazón late desenfrenadamente?

Es por eso que he decidido enamorarte— me sonrió y alborotó mi cabello— ¿Bajamos a desayunar?— se puso de pie.

—U-umh— mis manos sudaban y comenzaba a sentir el calor en mis mejillas— Cla-claro...

¿Que me estás haciendo Jungwoo?



[...]



—¿No te parece que hoy vinieron bastantes chicos?— pregunto la nueva instructora.

—Lo sé, el local está adquiriendo el reconocimiento que se merece— sonreí— Nos beneficia a todos.

—Sin duda alguna— la mayor tomó su bolso— Creo que es hora de que me vaya, deberías hacer lo mismo.

—Si, solo tengo que terminar de ordenar esto— le mostré los materiales— Gracias por preocuparse, nos vemos mañana.

—Descansa— se despidió con una sonrisa para finalmente salir por la puerta principal.

La verdad es que la mayor era un encanto y se preocupaba por todos en la galería, era como una mamá. Cuando ingreso a trabajar me agradeció por haberle dado direcciones aquel día y no paraba de decir que gracias a mi consiguió el trabajo. Es más grande en cuestión de edad, es muy amigable y comprensiva.

(∂ + m) ψ = 0 • [JaeDo]Where stories live. Discover now