"No me importa sí viene una persona o quinientas personas más intentando conquistarme, sí yo estoy contigo soy solo tuyo, no me importa quién venga o quién vaya intentando alejarme de ti, no me importa sí todo el mundo quiere qué nos alejemos, si yo...
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El tiempo pasa bastante rápido, la boda de Ben será mañana. Así que hoy tenemos que viajar a Londres y ayudar en lo que se pueda.
Después de lo que pasó en el hospital, William y yo hemos estado un poco distanciados. Rara vez me llama para acompañarlo en una cirugía o estar a cargo de un paciente. Está vez William no vendría a la boda, solo iremos Alec y yo.
Hace unos días mi hermana y yo fuimos por mi vestido que usaré mañana y la verdad es que las dos quedamos fascinadas ante dicho y majestuoso vestido. Ben cada noche me llama para saber cómo me encuentro y para decirme una que otra queja del equipo de Elena y cada vez que saca algo de su boda, dentro de mi sé que algo va a pasar.
—Perderemos el vuelo, Camila.— Alec me dice desde afuera del departamento.
—Espera, tengo que ver qué no esté nada conectado a la luz.— le digo mientras checo cada espacio de la casa.
Esto de salir de viaje nuevamente me pone muy nerviosa, siento que algo me hace falta pero no sé que sea.
Después de una hora de camino hacia el aeropuerto, Alec y yo fuimos hacer checking y asegurarnos de que todo estuviera en orden.
—Veremos a Mickey en la escala dónde pararemos.
—Claro, después de llegar a la escala solo tenemos 10 minutos para tomar el siguiente vuelvo.— le advierto sin dejar de mover mi pierna de arriba a abajo.
Alec me mira confundido y pone su mano arriba de mi pierna para que yo dejé de moverla.
—Camila, ¿Estás bien?
—Sí, ¿Por qué no lo estaría?— fruncí mi entrecejo.
—Pues, estás ansiosa.— me señala la pierna.— la mueves de arriba a abajo y tus uñas no son comida, querida.
—Sí Alec, estoy muy nerviosa. Ayer soñé el mismo maldito sueño que tengo desde hace años.
Comienzo a explicar cada uno de mis sueños a Alec, el siempre me escucha y aunque yo a veces no tome sus sugerencias, el siempre tiene buenos argumentos que darme para después yo abrir lo ojos.
En casi todo el vuelo le estuve contando los sueños y lo que yo sentía al tenerlos. Alec por ningún momento pestañeo. Siempre estuvo escuchando todo lo que le decía.
Cuando terminó el solo se queda callado, sin decirme ni una sola palabra. Yo lo miro confundida, ya que el en este momento me estuviera diciéndo todo lo que pensaba.
—¿Y bien?— le pregunto.
Alec voltea a verme y hace un gesto con su boca de cerrar un candadito y perderlo de vista. Se pone su antifaz y se dispone a dormir.
Rodeo mis ojos y hago lo mismo.
—pasajeros con destino a Londres, favor de bajar del avión con precaución.— escucho que la azafata dice desde el micrófono.
—¡Alec!— lo muevo de un lado a otro para que despierte.
—¿Mickey?
—No tonto, hemos llegado.— lo empujó y el despierta.— ¡muevete! Tenemos que ver a Miguel.
Alec da un gritito y sale del avión con mucho afán, dejándome sola con las mini maletas.
Bajo del avión y comienzo a buscar a mis amigos, hasta que los logro ver.
—¡Camila!— Mickey y Alexandra vienen hacia a mí.
—¡Mickey! ¡Alexandra! Me da gusto verlos de nuevo.
Mis amigos de la preparatoria habían cambiado bastante. Alexandra era otra, su cabello más rubio de como lo tenía antes, bonito cuerpo, toda una diosa.
Y Mickey, está muchísimo más guapo de lo que recordaba. Con razón le gustó a Alec.
—Y nosotros nos da gusto volver a verte.— me dice Alexandra.
—Me gusta tu nuevo look.— está vez dice Mickey.— pero ahora tenemos que tomar el siguiente vuelvo para londres.
—oh sí, vayamos.
Todos tomamos nuestras maletas y subimos al avión. Alec y yo teníamos los lugares juntos pero hicimos un cambio, para que los enamorados estuvieran juntos.
Este vuelvo duraría más o menos seis horas, así que teníamos que descansar lo suficientemente para no estar muy cansados.
