"No me importa sí viene una persona o quinientas personas más intentando conquistarme, sí yo estoy contigo soy solo tuyo, no me importa quién venga o quién vaya intentando alejarme de ti, no me importa sí todo el mundo quiere qué nos alejemos, si yo...
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Al llegar al comedor nos encontramos con nuestros amigos los cuales ya estaban devorándose sus alimentos. Fuimos a sentarnos con ellos.
—¿Donde estuviste?—me pregunta Lucy con la boca llena.
—Fui con Simón a trotar, te dejé una nota en la cabecera de tu cama.— tomo un sorbo de jugo.— ¿Has visto a Ben?
—Sí, está sentado por allá.— me señala la mesa que estaba del otro lado, donde estaban los amigos de Elena y Ben. Yo volteó a mirar— ¿Ya se lo dijiste?
—No.
—¿Qué?— se sobre salta.— Camila debes decírselo ahora, si no lo haces el se sentirá mal.
—tatre de decírselo.—exclamo mientras tomaba un plato de fruta.— pero Elena nos interrumpió porque tenía frío. Aún así se sentirá mal cuando se lo diga.
—Pues nosé como lo harás, pero tienes que decirle hoy mismo. Aunque se sienta mal.
—¿Decir qué Camila?.— Elena interrumpe.
—Buenos días Elena.— le digo y ella espera una respuesta.— lo que tenía que decir es que esta fruta es demasiado deliciosa.
—Oh sí, es muy fresca.— toma un pedazo de sandía y lo lleva a su boca.— Tengo que irme, Ben y yo haremos pareja para la actividades, ¿Te molesta?
—No, de hecho Simón y yo haremos parejas.
—Bien, pues entonces nos vemos en un rato.— comenzó alejarse, pero algo la detuvo.— Se me olvida algo. Felicidades por tu selección en una de las mejores universidades de New York serás una excelente cirujana.
¡Que mierda!
—¿Cómo lo supiste?
—La tía Meredith llamo a mi mamá cuando recién reciviste el mail.— sin más que decir se fue.
—¿Que mierda acaba de pasar?— exclama mi muy efusiva amiga.
—No lo sé, pero eso no es bueno.
—No lo es Camila, sabes cómo es tú prima.— me toma de los hombros.— le dirá a Ben.
—Tengo que apresurarme a decirle, ahora mismo!!!
—No ahora... él ya se fue.— volteo a mirar y era cierto, el ya no estaba ahí.
Si no le decía a Ben que fui aceptada en New York y no en Londres, Elena se lo diría y por ende el se enojaría conmigo por no decirle antes. Aparte de que sentirá mal por romper nuestra promesa de irnos a vivir juntos a Londres.
Después de terminar de comer, fuimos a cambiarnos para los juegos que se harían. Al llegar al campo donde se realizarían todos se pusieron en lugar para que el profesor nos explicara lo que consistía la actividad.
