07;La victoria

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Camila

Salgo rápidamente de la ducha ya que era un poco tarde y los chicos ya casi llegaban.

Opte por ponerme un vestido blanco que llegaba arriba de mis rodillas, un suéter azul claro con unos flatt's del mismo color. Me maquille natural como siempre y levante mi cabello en una coleta. 

Escuché el timbre de mi casa y los latidos de mi corazón cada vez se escuchaban más y más fuerte. Mi corazón se saldría de mi pecho si no me tranquilizó.

—¿Camila? Tus primos han llegado.—grito mamá desde abajo y solté un suspiro.

Bajo las escaleras y me encuentro con mis primos los gemelos junto con Mary y Ashley.

—Dereck, Jonh.— corro hacia dónde están y me lanzo en sus brazos.

—Pequeña Mila, ¿Cómo has estado?.—pregunta John.

—Muy bien gracias.

Saludo a Mary y Ashley, las cuales me responden con un fuerte abrazo.

—Vamos chicos siéntense.—dice mi madre.— Gwilym fue con su padre a comprar un vino. 

Nos sentamos en la sala mientras que los demás llegaban, mientras platicábamos de la vida que cada uno tenía. En ese momento se escuchó el timbre, talvez sea Simón, corrí abrir la puerta y al abrir visualice a tres chicos con una sonrisa de oreja a oreja junto con mi hermano y mi padre.

—Hola Camilita.— dijo Rami envolviendo me en sus brazos, Joe lo imitó.

Los dos chicos adentraron a mi hogar al igual que mi hermano y mi  querido padre. Dejándome frente a frente con Ben, el cual me regalaba  una sonrisa cínica. ¿Que carajos está tramando?.

Me hice a un lado para que pasara mientras que yo lo asesinaba con la mirada. Pero ninguno de los dos dijo ni una sola palabra.

—La cena está lista.—grito mi madre saliendo de la cocina y todos corrieron a tomar asiento.

—Huele delicioso Querida.— dijo mi padre dándole un beso a mi madre en el cachete.

Donde diablos estará Simón, ¿Por qué no ha llegado? Pensé.

—Opino lo mismo tío.—añadio Dereck.— huele delicioso tía Meredith.

Volvió a sonar el timbre y mi cara de felicidad no la podía ocultar.

—Yo abro.— dije para después levantarme de mi asiento.

Al abrir la puerta mi campo de visión se encontró con Simón junto con un ramo de rosas rojas. Que gesto tan más lindo.

—H-hola Mila.—dijo con cierta tartamudez.—Perdón por llegar un poco tarde pero pasé por estas rosas para ti.

Me estiró el ramo y yo lo tome.

—Que lindo gesto Simón gracias, pasa.

Toda mi familia lo miraba con sorpresa, excepto Ben. Si las miradas de este fueran balas, Simón ya estaría muerto.

—Simón, toma asiento.—mamá hablo para borrar la tención que mi invitado había generado.

Simón tomo asiento y todos comenzaron a degustar de la deliciosa lasagña que había preparado mi querida madre.

JUST FRIENDS? | ben hardy Where stories live. Discover now