"No me importa sí viene una persona o quinientas personas más intentando conquistarme, sí yo estoy contigo soy solo tuyo, no me importa quién venga o quién vaya intentando alejarme de ti, no me importa sí todo el mundo quiere qué nos alejemos, si yo...
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Hoy sería el último campamento escolar, dejé mi orgullo y le pedí perdón a Camila por ser un idiota con ella, y no la culpo de nada, tal vez si yo hubiera preguntado acerca del baile ella podría haber dicho un sí, pero por miedo al rechazo jamás le pude preguntar.
El baile sería en tres días, y ese mismo le darían los resultados a Camila de la Universidad. Por mi lado yo estaba feliz por haber sido seleccionado en la escuela de artes en Londres. Mi madre y hermana estaban tristes porque no me verían por un largo tiempo, pero prometí en venir a visitarlas junto con Camila, porque muy dentro de mí sé que ella se quedaría en una de las Universidades de Londres y así estar juntos como lo prometimos.
—¿Ya tienes todo?— Camila me pregunta y yo asiento.
—Llevo cinco cambios de ropa, mis tenis, comida.— le digo ella ríe.
—Ben solo serán dos días los que estaremos acampando.— exclama.— no es necesario que lleves cinco cambios de ropa.
—Hombre precavido vale por dos.— le guiñó el ojo.
—Camila.— la señora Meredith la llama.— Lucy y Víctor ya estan aquí, si no se apuran los dejara el autobús.
—Ya vamos.— Cam grita.
Los dos tomamos nuestras mochilas y bajamos a la sala principal donde se encontraban Victor, Lucy y ¿Elena?
—Benibu.— la chica corre hacia mí y se lanza a mis brazos.
—¿Que hace aquí?— le susurro a Victor.
—Se entero que ibas a ir.— me devuelve el susurro.
—Estoy contenta de ir por primera vez al campamento escolar.— exclama muy efusiva y no tan convencida.
—Creí que no te gustaba acampar.— le dice Camila.— en los campamentos con la familia, tu siempre te quedas con la abuela.
—Bueno pues, hoy será la primera vez.— le sonríe y Camila me mira con el ceño fruncido.
—No es necesario que vayas.— le digo y ella niega rotundamente.
—Estas tontito, es mi último año aquí. Mis amigas también irán.
—Si porque las convenciste.— suelta Victor y Elena lo fulmina con la mirada.
—Oigan, creo que debemos irnos.
—Sí, Lucy tiene razón debemos irnos.
Salimos de la casa de Camila después de despedirnos de su familia, Katt nos hizo el favor de llevarnos a la escuela y no perder el autobús.
Al llegar nos topamos con Mickey y Alexandra, lo cuales se miraban muy emocionados por el campamento.
—Dicen que en la noche la neblina baja.— comenta Mickey.— y se mira como una película de terror.
