"No me importa sí viene una persona o quinientas personas más intentando conquistarme, sí yo estoy contigo soy solo tuyo, no me importa quién venga o quién vaya intentando alejarme de ti, no me importa sí todo el mundo quiere qué nos alejemos, si yo...
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Ya había pasado un semana del accidente de la madre de Ben, y hoy por fin la darían de alta ya no tenía ningún malestar alguno.
En unos días será mi cumpleaños número dieciocho y estoy muy feliz por qué ya seré mayor de edad, pero también estoy que los nervios me consumen lentamente ya que en menos de un mes haré mi examen de admisión para la Universidad. He estado estudiando día y noche para lograr mi meta.
Por otra parte mamá y Katt están emocionadas por el baile de graduación, el cual no me apetece ir.
-Hija, es grandioso que la escuela quiera hacer un baile con temática de la era medieval.- suspiró.
-Camila, he visto demasiados vestidos que te quedaran perfectos.- habla mi hermana con un catálogo en la manos.
Yo solo escuchaban y asentía cada vez que me preguntaban alguna tontería acerca del baile, mientras que comía mi plato de cereal.
-Buenos días a las mujeres más bellas del mundo.-
dijo mi padre entrando a la cocina mientras nos llenaba de besos a mi, a mi madre y hermana.
-Ayudame.- le susurré en el oído.
-Camila, ¿Quieres acompañarme a comprar una batería nueva?.- dijo mi padre tomando un vaso con jugo.
Mi madre y Katt voltearon a verme esperando mi respuesta, no lo pensé dos veces y asentí.
-Ire por mi teléfono.- Katt me fulminó con la mirada.
Al bajar, me despedí de mi madre, salí de casa y subí al carro junto con mi padre.
-Haz salvado mi vida.- suspiré con gran alivio - ellas solo se la pasan hablando del baile y vestidos, ya estoy harta.- tome mi cabeza en forma de frustración y el río.
-Grita.- dijo y yo lo mire con confusión.- Anda hija, hazlo.
Me dejé llevar y di un grito ahogado, volteé a ver a mi padre el cual me miraba con una expresión de confusión.
-¿Eso es todo?.- asentí.- Hija, vamos desahogate.
Volví a tomar aire, y solté un grito fuerte. Todas las personas que iban pasando por la calle se me quedaron viendo.
-¿Ya estás mejor?.- pregunto y yo asentí.- bueno ahora si vamos por mi batería.
Papá arrancó el auto y prendió la radio y al momento iba a sonando I was made for lovin' you de Kiss. Mi padre y yo cantábamos y movíamos nuestras melenas al compás de la canción.
No sé que haría yo sin mi papá, aunque sea un poco raro pero lo amo.
Llegamos a la tienda donde papá compraría su batería, bajamos del auto y adentramos en ella. Conociendo lo tardaría varias horas eligiendo la mejor batería, pero no me disgustaba en lo absoluto, podría pasar horas viendo instrumentos y escuchando viejos vinilos y yo era feliz.
