capítulo 54

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El viaje de Vegeta se postergó por una sencilla razón: provisiones. Sus raciones de agua iban a ser insuficientes para una ausencia prolongada en el espacio. En cuanto el príncipe obtuvo cuanto le pareció necesario estaba listo para marcharse, pero una vez más el ki turbado de su hijo lo hizo retornar, pensó que el pequeño había ido a verlo contradiciendo sus peticiones y no podía dejarlo sin enviarlo otra vez a su hogar. Distraído como iba pensando en buenos argumentos para enviarlo de vuelta no advirtió el ki se su esposa hasta que fue demasiado tarde, habría preferido irse sin verla otra vez. La imagen de la mujer era tal y como la recordaba, sus ojos azules brillaban con fuerza, bella, con esa delicada figura que resaltaba aun en atuendos simples. Eso sólo le demostró lo mucho que difería de la Bulma que le pidió que se fuera, esa antigua Bulma estaba tan afectada, pero era necesario ver esta versión tan sana que le evidenciaba que la mejora sólo pudo hacerse realidad en su ausencia? Para el príncipe no era necesario, no necesitaba más pruebas de lo perjudicial que era su presencia para la humana, por eso se iba, por eso decidió partir sin verla otra vez, pero la razón máxima era que sus fuerzas no le alcanzarían para atestiguar si ella en verdad iba a comenzar una relación, eso sería demasiado para él. Bulma repuesta de su impresión inicial pudo volver a fruncir el ceño, para ese entonces su hijo estaba más animado dando vueltas alrededor ellos dos, sin reparos la ojiazul envío al niño lejos, necesitaba hablar con Vegeta a solas. Cabizbajo el pequeño obedeció. Pero Vegeta no pensaba en ninguna conversación, era innecesario otra vez, sin duda Bulma había ido a reclamarle por alguna cosa, tal vez porque Trunks hubo llorado, tal vez iba a hacer una de sus antiguas escenas señalándolo como un insensible por no pasar más tiempo con sus hijos. El saiyajin no estaba listo para tal regaño, necesitaba unos minutos para reunir fuerzas y tolerar los reclamos, se dirigió a otro sector despejado, caminó siendo seguido por la mujer ganando así los minutos que necesitaba. Luego volteó para enfrentarla, una vez más su figura tan sana le lastimaba, cuánto se esforzó para obtener ese resultado mientras residía en la corporación, con cuidado, paciencia y todo el afecto que pudo reunir, pero fue inútil, sus resultados fueron pesadillas, sus resultados fueron el rechazo. Este pensamiento le ensombreció la mirada. Bulma se detuvo decidida a un metro de él.

– Vegeta... – los ojos azules se clavaron en la figura del varón, demandaban su mirada y alzó un poco la voz – nunca pero nunca más vuelvas a referirte a ti mismo como un hombre malvado!! – esa voz obligó al saiyajin a mirarla– no lo eres, nunca lo fuiste!

Para Vegeta aunque inesperado, aquella amable afirmación era producto del espíritu benévolo de la humana, hasta eso había sido repuesto dejando de lado la desconfianza y la susceptibilidad, una vez más el peso de todo el mal que provocó en la mujer parece aplastar sus hombros. Reuniendo paciencia responde con fría calma – dices eso, pero es imposible, tú misma conociste de cerca mi maldad, la viviste en carne propia hasta consumir todas tus fuerzas.

Pero Bulma no iba a retroceder –todo lo que hiciste, toda la violencia que estuviste obligado a vivir desde niño no fue tu culpa, no escogiste ese camino por voluntad propia, esa senda fue impuesta y no tuviste más opción que mantenerla, forjando tu carácter con el mismo desdén que te mostraban e hiciste todo, todo lo necesario para protegerte a ti mismo de toda esa calamidad que te rodeaba, tuviste que actuar como un malvado, pero no lo eras.

Bondad pura, uno de los atributos más preciados de la mujer relucía otra vez, esa bondad le hizo recibirlo en su casa desde un inicio, alimentarlo y proveerle de tecnología, así como lo hizo con cuanto peleador y extraterrestre que necesitaba de su ayuda. Eso fue lo que pensaba el saiyajin, era la bondad lo que obligaba a la humana a dar sus discursos quizá impulsada por su instinto maternal, impedir que sus hijos se desarrollen ante una posible ausencia prolongada del padre podría ser perjudicial.

–Vegeta no te vayas, ahora la tierra también es tu hogar! El lugar donde tienes a tu familia...

Con esto las suposiciones parecían ciertas, ella lo buscaba para que cumpla con sus responsabilidades paternas – no tengo la menor intención de incumplir mi rol con los niños, si eso es lo que te preocupa...

–NO es eso! – la científica había ido corriendo buscando ese instante y por fin iba a expresar, juntando toda la alegría y firmeza que podía reunir en su cuerpo – yo quiero que regreses a la corporación! Conmigo, con los niños – lo dijo con una mano en el corazón, lo dijo con sus esperanzas para el presente.

Con la calma usual Vegeta respondió sin demora – No.

Aquella simple palabra tomo por sorpresa a la ojiazul, nunca se le pasó por la cabeza que él rechazara el retorno, pero el príncipe de los saiyajin tenía tomada una decisión – Bulma no sé si tu memoria falla o es un intento desesperado de tu parte por retenerme en este planeta, pero no puedo retornar contigo a la corporación.

Perdiendo su postura decidida la humana trató de acercarse –Pero Vegeta, por qué dices eso?

Cruzando los brazos el príncipe sí se mantuvo firme – Cuando estuve contigo, rogué por ver una mejoría, una señal, algo que me indicara que mi presencia era buena para ti. Te abracé Bulma, cada vez que te estrechaba tenía la esperanza de tu restablecimiento. Busqué tu felicidad, te di cientos de abrazos pero te basto uno solo, uno de un sujeto extraño para volver a ser tú misma –Bulma lo sabía, Vegeta había presenciado ese momento de debilidad – no me necesitas Bulma, no tanto como yo a ti, tu vida ya esta colmada de bondades como siempre las tuvo y lo que no necesitas es un ser violento a tu lado que perjudique tu estabilidad, tu confianza, ni mucho menos tu afecto por la vida.

Un tanto alejado de ese lugar Trunks aguardaba en silencio. Le tomo por sorpresa la presencia cercana de su gran amigo Goten, ver su semblante feliz y despreocupado volando hacia él le dio un instante de envidia. Cuando ambos niños se reunieron, el pelinegro se mostró confundido por el semblante decaído de su compañero, pero la breve explicación del ojiazul puso a Goten al corriente de lo sucedido. Los dos se sentaron viendo el paisaje rocoso, con el viento desordenando sus ropas, Goten conocía bien la sensación que su mejor amigo estaba padeciendo: la nostalgia, su padre aun no había partido y ya lo extrañaba. Con su infaltable simplicidad Goten le habló al ojiazul – desde que tengo memoria he extrañado mucho a papá, cuando nací él ya estaba muerto. Y todavía cuando volvió a la vida siguió yéndose lejos, por mucho tiempo, aunque no hubieran enemigos que amenacen a la tierra él podía irse en cualquier momento. A veces me preguntaba que tenía de bueno el planeta de kaiosama que mi papá prefería pasar ahí varios días, pero mamá siempre me impidió ir, también lo hizo Gohan y si te soy honesto no me costaba hacerles caso, desde siempre ellos dos cuidaron mucho de mí, sobre todo mamá, ella siempre estuvo ahí para todo, hasta para darme mis primeras lecciones de artes marciales aún cuando estaba en contra de que yo fuera un peleador, mamá siempre fue mi apoyo, para regañarme o para impulsarme. Además ella me lo explicó, que papá me quería mucho aunque le gustara irse, porque cuando papá está con nosotros es muy divertido, no sería tan divertido si no nos quisiera tanto.

A unos pocos metros Goku escuchaba todo. La situación en su casa era incómoda después del almuerzo al quedarse a solas con su esposa y lo resolvió anunciando que iría a buscar a su hijo menor, usando su teletransportación apareció cerca en unos segundos, pero el discurso de su pequeño lo dejó asombrado, su familia lo extrañaba constantemente, ahí estaba el problema, Goten había sobrellevado la ausencia de su propio padre por años y años hasta al fin conocerlo, gracias al apoyo constante de su hermano y su madre esa ausencia no causo mella.

Para Bulma la situación salía por completo de sus manos mientras Vegeta continuaba hablando – desde que te conocí en el planeta Freezer sentí a un tercero entre nosotros, podías asegurarme que no existía nadie más aunque mostrabas nostalgia a cada paso, esa nostalgia dejaba huella que podía seguir, perseguir y nunca disolver, pero cómo podía suponer que tenía celos de mi propia memoria, que el tercero era yo mismo, un saiyajin idéntico al que te tenía atrapada, pero este hombre que vez delante tuyo te considera demasiado importante para continuar enturbiando tu vida con mi egoísta deseo de tenerte a mi lado – descruzó los brazos y se acercó a la mujer – debí saberlo desde hace mucho, me criaron para ser inamovible como una roca y una roca nunca podrá albergar una flor como tú, en las rocas nada crece Bulma – dice mirando a su alrededor, la naturaleza le daba la razón en ese lugar tan estéril – eres vida Bulma, prometes vida y das vida.

La humana siguió al varón con la mirada mientras él se alejaba, él estaba decidido, se mostró enteramente firme cuando enfrentó sus ojos negros a los azules 

– Bulma esto es el adiós.

LA VERDAD DE MI PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora