Capítulo 23

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Narra Bulma: Vegeta sale de la nave a penas se abre la compuerta, el agua fría me golpea, voy a ahogarme si no salgo de aquí, pero mi ropa no me permite moverme y no puedo quitármela mientras la nave se hunde de prisa, creo que hay algo atorado porque no logro moverme a pesar que he intentado salir con todas mis fuerzas, mis intentos no tienen éxito, el aire me comienza a hacer falta y el frío me hace cada vez más lenta. Sin previo aviso la nave se eleva y sale del agua, agradezco el hecho de poder respirar otra vez a pesar que me duelen los pulmones, mi visión se aclara para ver a Vegeta en plena batalla con un ser de enorme tamaño que trata de atacarlo, en su mano aun sujeta el control remoto de la nave, bajo la mirada mientras voy tosiendo agua, tratando de no pensar que él se preocupo lo suficiente para no permitir que me ahogue.

El horrible ser que luchaba con el príncipe imponía no solo por su tamaño sino también por sus muchos tentáculos, Bulma nunca vio criatura semejante, abrió los ojos asombrada y espantada por la forma grotesca del monstruo que se encontraba a unos metros de ella. Estas criaturas eran bien conocidas por los viajeros espaciales, el terror de lugares acuáticos, con muchas formas de atacar y dotados de habla, era bastante peligroso aunque se encuentre uno solo

– Que paso saiyajin! Te distrajiste y eso te costara caro! – antes que terminara de hablar un tentáculo atrapó en el brazo del príncipe, lo zarandeaba y estrujaba con fuerza al tiempo que el guerrero trataba de librarse del ataque – mi veneno es muy doloroso, no te parece? – alzo en alto todos sus otros tentáculos mostrando pequeños aguijones dispuestos en como hileras dientes – aún tengo mucho, ven para que pueda matarte y comerte! – luego voltea y ve a la humana, se relame los labios para sonreírle – que amable eres hasta me trajiste un postre!

Vegeta sabía desde el inicio que sería una misión complicada, aquel planeta estaba repleto de criaturas muy peligrosas, ya sea en tierra o en agua el peligro era igual aunque el lugar estaba en su mayoría cubierto de agua. Muy aparte de que los habitantes del planeta eran hostiles, la mayoría estaban dotados de inteligencia, podían crear trampas o miles de situaciones ventajosas para procurarse una buena comida. Ellos sabían con exactitud la razón por la que el ejército de Freezer iba a llegar a su planeta: una nave extraviada tuvo la poca fortuna de ir a estrellarse en ese lugar hostil. Cada ser de ese lugar esperó con ansias la oportunidad de variar su menú, el ejército de Freezer estaba bien surtido de seres de muchas razas y un escuadrón de incautos ya había sido devorado en su totalidad. El encuentro con un saiyajin no los iba a disuadir tan fácilmente, estaban provistos de inteligencia, sí, de sentido común e instinto de preservación, no tanto, en esos casos ganaba su lado salvaje que les imponía la necesidad de alimentarse de una presa rara, cuanto más extraña fuera la carne, mejor. Existía otra desventaja en la misión: no tenían ninguna información que aproximara el sitio donde cayó la nave y después de algunos días era lo más obvio que toda la tripulación estuviera muerta, en ese caso el rastreador era inservible, solo iba amostrarles la ubicación de los miles de seres que habitaban en el planeta y era un mundo de una extensión muy considerable. No era el único inconveniente, también existía la posibilidad que la nave hubiera descendido en una luna cercana extendiendo la zona de búsqueda. Para agravar la situación la nave extraviada podía encontrarse bajo agua o los habitantes podían haberla sumergido adrede o la nave podía ser un montón de chatarra inservible en ruinas, pero ellos debían encontrarla. Esta misión podía durar días y hasta semanas enteras. El saiyajin y el terror de las aguas conocían muy bien estos hechos, descontando algunos detalles contaban con información similar. Por eso la abominable criatura se relamió viendo a Bulma en la nave, al aparecer su espera había concluido y su cena iba a ser una experiencia inolvidable. Derrotar al saiyajin podía proporcionarle otro surtido de extranjeros deliciosos.

Narra Vegeta: tal y como esperaba me atacaron en cuanto llegamos, pero no pensé que la mujer no podría salir de la nave, pasaron varios segundos pero ella no emergía, la distracción constante de esperar a que ella apareciera me hizo considerar que se encontrara bajo ataque, por un momento creí que otro de muchos peligros pudo haberla atrapado, mis pensamientos se extraviaron y casi sin pensar actué, los segundos para activar el control remoto y ascender la nave fueron aprovechados por el terror de las aguas que sin dudar se atrevió a lastimarme con sus múltiples aguijones, siento que el brazo se va a partir en dos, pero me resisto al dolor, debo enfrentarlo con inteligencia, sus ataques son certeros, me libero del agarre arrancando el tentáculo, debo ser precavido, dos ataques más y es seguro que seré su cena, su piel extra gruesa solo dificulta las cosas, debo acercarme lo sufriente para romper su cuello, su único punto vulnerable pero no sé si podre hacerlo con una sola mano, esquivo, ataco y destruyo sus tentáculos, espero el momento preciso hasta que puedo burlar su defensa y rodeo su cuello con el brazo, estoy demasiado cerca y una larga hilera de aguijones laceran mi espalda, la criatura se retuerce intentando alejarme, antes que se quede sin fuerzas logra lesionar mi pierna y por fin escucho el sonido de su huesos romperse, está muerto, su cuerpo aún se mueve en espasmos hasta que queda inerte, estoy consciente de mi victoria pero al mismo tiempo estoy muy agotado, no voy a poder mantener el vuelo por más tiempo, lo único que atino a hacer es buscar un lugar casi sin agua para caer.

Narra Bulma: al ver a ese monstruo relamerse los labios haciendo contacto visual conmigo me provocó un escalofrío que recorrió toda mi columna vertebral, las nauseas me invadieron no solo por la monstruosidad en frente mío sino por el agua que he tragado a la fuerza. Vegeta esta herido, no puede disimular su estado y aun sigue luchando, el agua salta con brusquedad mientras la batalla entre ambos continúa y trato de cubrirme dentro de la nave hasta que escucho un bramido del monstruo, me obligo a mirar y Vegeta esta sujetándolo mientras en monstruo se retuerce con toda rabia, pero después se queda quieto y cae con todo su peso, mientras se hunde busco a Vegeta con la mirada, está muy mal, vuela con dificultad hasta que se desploma. Yo me quedo petrificada, el espanto me mantiene quieta por unos segundos que se sienten como un par de horas, luego me quito la capa y salto al agua sin dudar, nado hasta llegar a él, el agua esta tan fría que en una situación normal hubiera desistido por temor a un calambre pero ahora eso es lo de menos. Aunque todo ese sitio está cubierto por agua esa zona donde cayó mi saiyajin apenas está sumergida unos centímetros, es claro porque Vegeta decidió ir ahí, pero esto también significa que el agua no amortiguo su caída, al alcanzarlo puedo ponerme de rodillas para examinarlo, sus heridas resaltan y no hay absolutamente nadie cerca. Tengo una esperanza, las otras naves deben estar cerca, espero ver en cualquier momento otras naves esféricas cayendo, espero contando los segundos que amenazan con volverse minutos, pero nada de lo que espero ocurre, nadie llega, con algo de temor considero que nadie vaya a venir. No tengo ningún medicamento ni instrumentos, solo tengo una opción: tratar de succionar el veneno, con mis manos trato de abrir un poco más la herida del brazo y luego acerco mis labios, sé que esto puede matarme pero no tengo opción, el sabor de la sangre caliente inunda mi boca, escupo tratando de no tragar, una y otra vez lo repito intentando sacar todo el veneno que puedo, luego repito todo en su espalda, cuando me acerco a su pierna herida siento un mareo, es una pena me digo pero el veneno debe estar haciendo sus estragos en mí, al ser una humana débil seguro me matara más rápido, pero puedo intentar ayudarlo, coloco los labios en su herida y trato de quitar el veneno, lo hago hasta que me desplomo sobre el cuerpo de Vegeta, tal vez él se salve, tal vez así debían ser las cosas, debía conocerlo más antes de morir, que pena que sea en un lugar tan alejado de mi hogar. Al menos puedo ver su rostro cerca al mío, dormido se ve tan pacifico, antes de perder toda noción puedo oír su corazón, late con fuerza, él puede lograrlo.

Los pensamientos de Bulma cesan después de tener una breve imagen de la tierra y toda su familia, el silencio queda después de la batalla, las aguas calman su fluir sin tener ya nada que las perturbe. Vegeta se mueve incomodo, el agua entra a sus oídos y eso le obliga a despertar, al tratar de levantarse ve el cuerpo de Bulma sobre él, tiene sangre en la boca que se escure bajando por su mentón.

Por más que lo intenta no logra despertarla.

LA VERDAD DE MI PASADOWhere stories live. Discover now