capítulo 38

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En el pasado

Llegar a la tierra fue un viaje largo, como el príncipe lo había descrito fue una larga siesta. Encontró que los habitantes del planeta que le servía de tumba a Raditz eran patéticamente débiles, también encontró guerreros dispuestos a enfrentarlo, un pequeño grupo bastante surtido los esperaba, entre ellos un namekusei, pero ninguno dio una batalla digna y fueron cayendo como moscas, hasta que llegó aquel al que conocían como Kakaroto, el famoso hermanito menor de Raditz. Este derrotó a Napa y Vegeta harto de los fracasos del sujeto enorme lo mató sin compasión, pero matar a kakaroto le fue imposible, los ni a los otros humanos sobrevivientes, el príncipe sufrió un golpe muy duro en su orgullo viéndose en la penosa necesidad de escapar. Viajo muy herido al planeta más cercano, una vez allí se recuperó en una de las cámaras de sanación, pero al salir recibió una noticia terrible, los esferas que buscaba ahora también las buscaba Freezer en el planeta Namekusei, sin importarle nada fue a dicho planeta, no iba a permitir que su venganza terminara antes de comenzar, aunque estaba él solo, esta vez no iba a recibir apoyo de nadie. Ya no estaba Napa, ni Raditz, de pronto había mucho silencio a su alrededor, el rastreador estaba mudo, y aunque lo hubiera querido no había nadie quien le iba a contestar. Se dijo a sí mismo que él no necesitaba a nadie de su lado, iría por las famosas esferas y cumpliría su deseo de ser inmortal, pero lo que no sabía era que en Namekusei encontraría a una mujer de ojos azules.

Planeta tierra, en el presente

Hasta hace unas horas Bulma le gritaba frenética clamando con los jirones de su ropa en las manos. Hasta hace unos días estaba viéndolo cometer homicidio en masa, para después cobijarla bajo su cuidado. Hasta hace unas semanas se sentía la mujer más deseable y provocadora al mismo tiempo que la más humillada. Hasta hace unos pocos meses ella se quejaba de los pocos hábitos humanos que él se dignaba en compartir con su familia. Y ahora estaba allí, viéndolo deshacerse en dolor culposo. Bulma se sujetó la cabeza apoyándose en una mano, cuantas emociones contradictorias iba a darle este hombre? Sus ojos azules se entrecerraron conteniendo las lágrimas, no quería volver a llorar, no ahora. Corazón y razón, memoria y perdón, todo estaba en conflicto, como amarlo sabiendo todo cuanto hizo? O cuanto no hizo? Como no amarlo conociendo sus vicisitudes y tantas odiseas vividas y aún así él pudiera manifestar y corresponder a sus sentimientos? Lo había escogido hace tiempo como su gran compañero de por vida ignorando su pasado, ahora podía juzgarlo por su historia o debía olvidar al ser que ya no era, al soldado agresivo inmisericorde. Tal vez había cosas que era bueno ignorar. Ella también debía aceptar su cuota de culpa, ella siempre quiso saber más sobre él, "la curiosidad mata al gato" y pago el precio por saber. Fue ella quien se arrimó al viaje al planeta sagrado, nadie la instó ni sugirió, todo el mundo le dijo de buena y mala manera que se fuera a casa, pero no lo hizo. Debía aceptar su cuota de culpa. El hombre sentado en frente suyo aceptaba todo el peso de ese embrollo en sus hombros, eso no era correcto. Nada fue correcto desde hace tiempo, ella quejándose y censurándolo, él inmerso en su preparación física sin permitirse una tregua persiguiendo sus metas calladamente, separándose de su entorno familiar. No era correcto, era hora de decirlo.

– Vegeta, basta, cálmate por favor. Los dos hemos fallado, son nuestros errores como pareja los que nos a traído a este momento. Yo no tuve la suficiente confianza para dejarte partir a un planeta distante, tú no tuviste la simple disposición de hacérmelo saber. Ahora estamos aquí, cada uno alimentando un fuego amargo con trozos de recuerdos de los últimos días, porque Vegeta tú no fuiste el único perjudicado – Bulma trató de sonar lo más clara posible para atraer la mirada del varón –aunque es tan grato escuchar en tus propias palabras que me tuviste en tus pensamientos y que mi integridad te era tan importante. Pero eso no cambia el por qué yo te perseguí hasta el planeta sagrado, y lo sé, es también mi culpa por haberme metido en un problema que no me correspondía solucionar, pero el hecho es que no fuimos francos. Lo que yo quería gritarte en esa ocasión , en ese día cuando te regañe junto a Goku, quería que pasaras más tiempo con tu familia, pero no lo hice, deje que mi enfado ganara y te dijera muchas cosas, menos la que en verdad me importaba. Que te quería al lado mío, para amarte, así de sencillo. No fui franca Vegeta pero ahora quiero serlo, no quiero perderme en reproches, ni tampoco quiero que tú te reproches, por favor tranquilízate y escúchame.

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