capítulo 50

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Corporación cápsula en el pasado

Para Bulma los días previos al doce de mayo fueron demasiado cortos, pasó cada minuto que pudo con su saiyajin e intentó que el guerrero conviviera el mayor tiempo posible con su hijo, pero los días fueron tan escasos que no tomó importancia de la manera poco cortés que el príncipe se dirigía a todos, tampoco hizo caso al ego descontrolado que el hombre ostentaba desde su llegada, había un peligro próximo y ella no quería discutir, con su niño en brazos perseguía cada minuto que pudieran compartir los tres, el saiyajin buscaba en cambio los momentos para compartir a solas con la humana . Pero los acontecimientos iban a ser por completo diferentes a como ella había supuesto, primero tuvo que soportar los desplantes de Vegeta al afirmar que ella ni su hijo le interesaban, luego se llevó una enorme sorpresa al enterarse que su hijo era ese joven misterioso del futuro. Pero le dolió ver la derrota en todos los semblantes de guerreros que le rodeaban. Todos se habían esforzado mucho esperando ese día, todos sin excepción y su pareja ni qué decir, él casi se mató entrenando y sus esfuerzos fueron inútiles. Tantos peleadores y ni uno solo se salvó del fracaso, Goku tan ingenuo como siempre descuido su salud viéndose perjudicado por esto, preocupando a los demás. Pero las circunstancias trajeron muchos imprevistos, una nueva máquina del tiempo, desapariciones masivas de personas, un horrible nuevo enemigo, Bulma en medio de todo ese desorden trató de convivir lo más que pudo con la versión del futuro de su hijo, era un joven tan valiente que ella estaba orgullosa y quería brindarle todo el apoyo que pudiera, tanto científico como moral. Pero también estuvo detrás de Vegeta apoyándolo con lo que necesitara, trajes de batalla, provisiones para sus largos entrenamientos, ofreciéndole todo cuanto estaba a su disposición para hacerle saber que sin importar lo tontas que fueran sus palabras o sus acciones, ella siempre iba a estar con él. Pero nuevamente su guerrero tuvo que enfrentar la derrota, en un lapso de tiempo bastante corto vio el orgullo del príncipe hecho añicos más de una vez, pero la última fue de lejos la peor de todas. Acabada la pelea habiendo ganado paz para la tierra entera, los peleadores por fin pudieron tener reposo, pero el retorno del saiyajin fue de lo más indescriptible, su rutina cambio tan radicalmente que ya no pasaba ni un minuto entrenando, ni un solo día meditando, parecía que su vida tal y como la había llevado hasta ese entonces había finalizado. Bulma en toda su ingenuidad había creído que el peor de los escenarios se pudo evitar, había perdido a un amigo valioso a cambio de la vida en la tierra y un futuro para la humanidad, el mañana no sería aquel terrible apocalipsis que vinieron temiendo por años y debía estar agradecida. Pero ante sus ojos estaba un presente que no sabía cómo iba a afrontar, día a día desconocía al hombre que vivía junto a ella resultando que todo su apoyo, todo su afecto e incluso ofreciéndole una familia nada de eso le era suficiente para poder continuar. Cada día su corazón se iba rompiendo viendo la apatía total del saiyajin provocando un disgusto cada vez más intenso en ella, qué más debía darle que él no había tomado ya? Le entregó todo, su intelecto, su casa, su fortuna, su sexo, su vida pero nada era suficiente, ella debía enfrentar la realidad, tenía un hijo por el cual luchar, una familia a la que amaba con locura y una carrera exitosa, sus razones para avanzar eran muchas así decidió permitirle al hombre sumirse en su inactividad y en su abandono hasta que decidiera levantarse por su propia fuerza.

De esa manera pasaron semanas enteras. Los proyectos de Bulma muchas veces eran del tipo experimental, con las medidas de seguridad apropiadas su padre le iba asistiendo e iban avanzando. Su nuevo modelo de satélite para el espacio estaba listo para sus últimas revisiones y lo activaron, este era un proyecto en conjunto, científicos de varias corporaciones unieron sus esfuerzos en un cometido en común, luego de la amenaza de Cell las naciones del mundo entero querían estar más preparadas ante una posible emergencia. El equipo científico trabajaba con optimismo, con la aprobación de este prototipo iban a comenzar una nueva línea completamente diferente a las demás que les brindaría no solo un gran avance tecnológico, sino también una alianza para la humanidad. El personal se situó en sus lugares, con todo listo encendieron la máquina, el encendido fue correcto, los propulsores sostuvieron toda la maquinaria unos metros sobre el suelo justo como se planeaba, en la sala los aplausos ya sonaban pero uno de los propulsores mostró problemas, luego otro, la señal de alarma mostró un desperfecto en la estructura y el combustible se filtró en cuestión de segundos. La explosión dejó a todos los científicos dispersos en el piso cubriéndose la cabeza, el apagado de emergencia y los cristales de seguridad evitaron una tragedia. Asustados y despeinados los involucrados se levantaron y comenzaron la lenta tarea de ordenar todo ese desbarajuste. Bulma volvió a la corporación junto a su padre luciendo un vendaje, un corte en la mano era todo lo que obtuvo después de varios días de trabajo. Con hastío por el día tan malo que le toco vivir la ojiazul trató de distraerse de varias maneras, incluso trató de jugar con el pequeño Trunks, pero el niño estaba mucho más ocupado en dormir en el regazo de su abuela. Cansada la científica anunció que daba por finalizado el día y se retiraba a dormir, mientras se cambiaba notó que su herida necesitaba nuevos vendajes al estar manchando toda su ropa de cama. Con disgusto fue al baño y sacó todo lo pertinente, vendajes y desinfectante, lo último que esperaba ver era la figura del saiyajin en el reflejo del espejo.

LA VERDAD DE MI PASADOWhere stories live. Discover now