capítulo 25

446 44 6
                                    

Por lo general Vegeta disfrutaba el silencio que antecedía a una batalla, pero estos seres carecían de toda buena costumbre, voraces y pendencieros, guiados por sus instintos básicos más que por su inteligencia, llegaron causando un alboroto que lastimaba los oídos, luchando por ver quién era el más imponente o el más ruidoso o que grupo se llevaría la mejor tajada de la presa, esto provocó que el saiyajin descruzara sus brazos y moviera negativamente la cabeza. "Un buen guerrero hace que su adversario venga hacia él, no al contrario. Un adversario o adversarios permitirán que la idea de ganar los ciegue, correrán presurosos confiados en su falsa perspectiva" el saiyajin respiraba con calma mientras acumulaba su poder de una manera precisa, el estar rodeado y sin refuerzos no era nada nuevo para él, había sido instruido de miles de maneras de actuar según la situación lo amerite. La experiencia de tantos antecesores llegó a sus manos desde temprana edad y le iba a dar el mejor uso posible. Arrojó sin contemplaciones uno de sus mejores ataques contra el grupo más grande de enemigos "ataca a aquellos con la mejor posición, su cansancio se extenderá a los demás, un ataque inesperado a sus mejores filas lograra agotar a los enemigos de menor rango mientras corren por sus vidas" el caos se hizo presente en los cazadores que lo rodeaban, no les dio tiempo ni de permitirles declarar sus primeras amenazas. "Ataca en lugares críticos, ataca donde menos lo esperen, aparece donde no puedan ir, atraviesa el cielo, destroza la tierra y ponte en frente, ataca donde no haya defensa, pero nunca te dejes atacar como tu enemigo tenía planeado" Vegeta sonrió con toda seguridad, este campo de batalla era ideal para él.

Desde la pequeña nave esférica, Bulma contemplaba horrorizada todo el escenario de muerte que desfilaba ante sus ojos, uno tras otro los monstruos llegaban a atacar al saiyajin, la lucha era muy violenta pero Vegeta no daba signos de si quiera estar cansado, ya sea en tierra o en aire todos caían ante el autonombrado saiyajin numero uno. Por primera vez Bulma presencio una pelea de Vegeta en toda su magnitud, era impresionante y aterrador a la vez, ese hombre sin miedo peleaba y peleaba con gran maestría, atraía a sus enemigos, los eliminaba con estrategia, a algunos los lastimaba para que se volvieran más lentos, a otros los engañaba y hacía que sus propios compañeros los eliminen, golpeaba y no desperdiciaba ni un solo segundo, calculaba sus ataques y volvía a esquivar, sin titubear, sin compasión, todos cayeron, gritando e insultando mientras la risa cruel del príncipe resonaba con fuerza. Hubo algunos que intentaron cubrirse detrás de la nave esférica con la idea de que el saiyajin no atacaría en sus alrededores, una serie de esferas de energía los hicieron estallar, la nave en segundos quedó cubierta de restos y salpicaduras de sangre. El príncipe no tuvo compasión ni por aquellos que en vano trataban de huir o por los que suplicaban por sus vidas, los hacía volar en pedazos hasta que no quedaba nada de ellos. Al final solo quedaba un polvo rojizo convirtiendo el viento y la neblina en un tono carmesí, un montón de trozos esparcidos de aquí por allá enturbiando el agua y tiñendo las rocas. Cuando Vegeta se acercó a la nave y abrió la compuerta Bulma estaba estupefacta y asustada, el hombre en frente suyo estaba bañado en sangre pero no tenía una sola herida nueva, su mirada era feroz y su rostro era una poesía a la calamidad, levanto una mano en dirección a ella y la mujer no pudo evitar gritar cubriéndose con los brazos, Vegeta la observo tratar de protegerse y se detuvo, prefirió retroceder, cerrar la compuerta y dejar a la molesta mujer que se tranquilice sola en la nave, él tenía cosas por las que ocuparse.

En la oscuridad de la pequeña esfera, Bulma se abrazaba a sí misma, subió sus rodillas, las abrazó y se meció a sí misma en el asiento hasta al fin calmarse poco a poco, en todos sus años nunca se vio en medio de tanta violencia y tal destrucción de seres vivos, aunque fueran monstruos, eso era lo de menos, el que le daba miedo era Vegeta, era posible que ese hombre fuera el mismo con el que estaba casada? Su esposo, que le susurraba cuando estaban solos era el mismo que provoco toda esa escena de horror. Comparaba a ambos en su cabeza, el que estaba fuera de la nave y aquel que vivía en su casa, eran en verdad el mismo? Como podía ser? el Vegeta de sus recuerdos era un hombre misterioso, disciplinado, silencioso, que la estrechaba en sus brazos con delicadeza. Este otro Vegeta era un bárbaro, un sádico, un hombre violento sin corazón ni remordimientos, aun podía escuchar los gritos de los habitantes del planeta que ayudo a usurpar, en su mente ingenua ella había creído conocer el peor lado del príncipe, un ejemplo? Cuando mato a toda esa gente en el torneo de artes marciales, o su horrible carácter cuando decidía entrenar sin pausa en la cámara de gravedad, eso si descontaba la primera vez que llego a la tierra, mato a sus amigos e intento matar a Goku y a Gohan, a un niño pequeño por kami! Pero esto, todo lo que sucedió desde que llego a esta época, la forma en cómo la maltrató, la forma en cómo podía destruir todo a su paso, era más similar a un demonio que jugaba a matar, su risa cruel llena de desprecio, sus pocos escrúpulos, todo lo ocurrido le mostraba un hombre difícil de describir. Bulma se agarro la cabeza como si le doliera mucho, por primera vez se hizo una pregunta que se juro a sí misma nunca hacerse: con quien estaba casada? Ella lo sabía, en verdad ella lo supo alguna vez?

LA VERDAD DE MI PASADOWhere stories live. Discover now