capítulo 22

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Planeta sagrado

El nerviosismo era visible en todos los presentes, el anillo del tiempo se resistía al fuego y a los golpes que se le daban, el supremo kaoisama temía que este artefacto volviera a fracturarse causando un nuevo embrollo que esta vez sería casi imposible de solucionar. El calor en la forja era insuficiente, al fin el tiempo empezaba a cobrar factura en los guerreros, el cansancio hacía más difícil el manejar los pesados instrumentos y el carbón traído comenzó a quedar escaso, con esto la temperatura disminuía minuto a minuto sin importar el esfuerzo de cada guerrero. Buscando una solución Goku sin pensarlo mucho decidió lanzar un ataque que aumentara la intensidad del fuego, el supremo le advirtió que era muy riesgoso, solo un poco más de la fuerza necesaria y todo podía estallar, pero en vista del peligro Goku decidió arriesgarse. En un inicio esta medida funcionó, pero mantener un ataque a un nivel constante sin disminuir ni aumentar la fuerza un minuto tras otro, comenzó a resultar estresante. Vegeta le sustituyó en cuanto vio que la estabilidad de Goku comenzaba a flaquear, mantuvo su ataque hasta ver que se logró garantizar el calor de la forja y mantener la integridad tambaleante del anillo. Todos los que se encontraban en el planeta sagrado suspiraron con alivio, pero su labor estaba en una etapa crítica, debía sellar de una vez toda grieta, si volvía a ocurrir una emergencia similar tal vez iban a ser incapaces de poder solucionarla. El tiempo estaba en su contra.

Planeta reconquistado

Era una terrible sinfonía de voces suplicantes las que podía escuchar la científica de la tierra, todas las voces le clamaban una sola cosa: clemencia. Piedad no para ellos sino para su infortunada raza. Bulma retrocedió sin percatarse hasta colisionar con algo que creyó era una muralla, la risa despiadada que escucho a sus espaldas le hizo sobresaltar, era Raditz:

– Supliquen todo lo que quieran, todos serán vendidos como esclavos!

Con desesperación Bulma volteo para afrontarlo: – no! No pueden hacerles esto, libérenlos!-

Raditz la observo de pies a cabeza como la primera vez que se encontraron, con la misma desaprobación y desdén – no te creas tanto, eres la mujer de Vegeta pero aquí no das ordenes

– Quien da órdenes? – el príncipe se acercaba cubierto en soberbia y exhibiendo una sonrisa llena de maldad.

– Al parecer es preciso que le ordenes a tu hembra– mientras decía esto Raditz se alejaba de Bulma dejando que Vegeta se encargue de la situación

– Es hora de irnos – el príncipe no iba dilatar su estancia en aquel lugar tan desagradable para su gusto

– No! No podemos! Es este su planeta?! No decías que eran ladrones?

– Para los nuevos dueños de este planeta lo son, ahora vámonos – y la sujeto por la cintura para llevársela, las fuerzas de la mujer eran nada y por más que se resistía no podía detener al saiyajin.

Planeta sagrado

No solo el cansancio físico hacía mella en el rendimiento de los guerreros, sino también el mental. A excepción de Ten Shin Han y Chaoz todos los demás tuvieron su propia historia en el viaje en el tiempo. No 18 ya no podía mantener su falsa serenidad, alejarse de Krilin no ayudaba pero él también huía de quedarse a solas con ella, intentar alguna conversación tampoco era provechoso, el trabajo acababa de hacerse más arduo y peligroso, nadie quería repetir un viaje en el tiempo a una época al azar. El supremo trató de subir los ánimos, ensalzó sus esfuerzos, les recordó sus triunfos y para terminar su arenga motivacional les señalo algo muy evidente, solo faltaban dos personas: Gohan y Picoro, pronto todo quedaría solucionado, el anillo volvería a la normalidad y después de eso la labor estaría concluida, podrían poner un punto final a este problema, podrían volver a sus hogares. Cada guerreo pensó para sí mismo que aunque el anillo iba a quedar restaurado, para ellos el asunto estaba lejos de concluir.

LA VERDAD DE MI PASADOWhere stories live. Discover now