La Niña

35 5 0
                                    

—¿Estás segura de esto?

—Abrelo ya.—le respondí—.

Rían comenzó a mover su mano y poco a poco, el agujero se fue formando lentamente.

—Debemos ser sigilosos, no pueden descubrirnos antes de tiempo.

Cuando por fin el agujero estaba terminado, me posicione debajo de él, el bloque de tierra en el que estaba de pie fue elevándose hasta que pude ver los tronos de espaldas frente a mi.

No parecía haber nadie, todo se veía vacío, no se escuchan pasos ni voces.

—Suban—dijo Mia casi susurrando—. Está vacío.

Salí del agujero y fui rápidamente a ocultarme detrás de el trono izquierdo mientras los demás salían.

Rían salió inmediatamente después de mi.

—No hay nadie ¿Por que no hay nadie?

—No lo sé.—respondí—.

—Quizá estén buscándonos.—dijo Rian mirando al rededor—.

—Ojalá sea aso.

Todos los que iban saliendo miraban el lugar extrañados.

—¿Dónde están los Crecens?—preguntó Miriam—.

—Silencio—dije—. no sabemos nada, no parece haber nadie. Busquen una salida, rápido, debemos encontrar la forma de escapar en caso de ser necesario.

—Conozco el lugar.—dijo Ros—. Las ventanas no pueden abrirse, no hay otra salida que esa puerta.—apuntó a la entrada principal—.

—Necesitamos que algún pequeño Globy salga a mirar.—dijo Lina—.

El hombre de la Mantis Religiosa del cual nunca supe su nombre, se acercó a la puerta y dejó a su Globy en el suelo, éste se metió por debajo de la puerta.

—Va a asegurar el camino.—dijo el hombre—.

—Bien, todos—dije—. debemos estar atentos a cualquier ruido, pasos, movimiento, esto huele muy mal.

Al poco tiempo el insecto volvió a asomarse por debajo de la puerta, movía sus patitas delanteras mientras hablaba con su dueño.

—Dice que no hay nadie en el castillo. Esta vacío.

—Salgamos.—dijo Ros—.

Uno a uno fuimos saliendo, procurando no hacer ruido, caminábamos en cuclillas haciéndonos señales entre nosotros, recorrimos varios pasillos hasta llegar a la entrada del palacio.

—¿Salimos?—pregunté—.

—¿Que otra cosa podríamos hacer?—respondió Rian—. El plan era atacarlos desde adentro, pero no hay nadie.

Abrí un poco la puerta para ver hacia afuera, tampoco parecía haber nadie en las calles.

—No entiendo por qué no hay absolutamente nadie.

Salimos, temblando, sin saber que esperar, las desoladas calles no hacían mas que generar mil preguntas.

Bajaron por las grandes escaleras despacio, listos para atacar a cualquiera que aparezca en ese tenso momento.

Caminamos entre las calles vacías, las casas se veían cerradas, no había witos envadiendo el barrio principal, todo parecía haber sido abandonado recientemente.

—No entiendo—dijo Ros—.¿Qué sucedió aquí?¿Se han ido todos?

—Eso parece.—respondí—.

Eternal Fire [Completa/En Corrección]Where stories live. Discover now