Eternal Fire [Completa/En Corrección]

El plan continúa

—No estamos listos ahora.—dijo Ros—.

—No me importa, no me importa si ustedes no están listos, iré con o sin su ayuda.

—Mia, yo iré contigo.—dijo Khris—.

—No, tú no irás, debes quedarte con Paz, no puedes venir. No debemos dejarla sola. Abre el portal Ros, ábrelo lejos de la cueva, si la madre tierra está con nosotros, entonces el plan será el mismo—.

Todos se miraron sin saber que responder.

—Siempre hacen eso, se quedan mirando entre sí, buscando una respuesta en el otro, no reaccionan. Entrenamos durante tanto tiempo, con tanto esfuerzo ¿Se van a acobardar ahora?

—No se trata de eso Mia—dijo Madamme Rodwell—.

—¿Entonces de que?—pregunté—. estamos listos, lo estamos ahora, abre el portal, y que venga quien quiera venir.

Ros aceptó con un gesto de cabeza y abrió el portal.

—¿Quiénes vendrán?—preguntó—.

—Yo iré—dijo Lina—. esos malditos merecen sufrir.

—¡Yo iré también!—dijo Rodwell—.

—No tú no puedes ir—respondí—.debes quedarte con Khris y mi padre.

—¡¿Por qué?!

—No quiero perder a nadie más, quédate aquí, el rey te necesita.

Me miró con una profunda tristeza y entró en la casa.

Todos vamos a ir—dijo Miriam con autoridad—no te dejaremos sola ahora ¿Está claro no es cierto?

El resto de Ferrers comenzó a afirmar con la cabeza, algunos hasta llegaron a decir que si con la boca.

—Estamos de acuerdo.—terminó Miriam—.

—Entonces los veré allá, vamos Rubí.

Crucé el portal justo con Rubí y comencé a distinguir un precioso prado de flores de todos los colores.

—"Que bello lugar".—dijo Rubí—.

—Es muy hermoso.

Comenzamos a oír los pasos detrás de nosotras de nuestros compañeros.

—¡Oh que bello lugar Ros!¿En dónde nos encontramos?

—Aquí—comenzó a decir Rían—se encuentra la tierra más pura, más fértil, la más antigua, la mejor de todas, porque debajo de este prado de flores, vive la gran madre tierra. Muy por debajo.

—¿Estamos muy lejos de Baj Terra?—pregunté—.

—Muy lejos.—respondió Ros—.

—Ahora presten atención, todos.—dijo Rian en voz alta—. deben acostarse en la tierra, todos háganlo, deben estar relajados, cómodos, busquen una buena posición, intenten relajar el cuerpo completamente. Escuchen los sonidos de la naturaleza, el viento, el canto de las aves, huelan el olor de las flores, de la tierra, de el césped, sientan el calor del sol, deben conectarse, perderse, no olviden no perder la calma.

Rían se acostó en el césped junto a los demás.

—Conéctense con la naturaleza, abandonen su cerebro pensante, déjenlo de lado.

Pasaron quizá unos minutos antes de que el césped y las raíces de las flores comenzaran a intentar hundirme en la tierra. Lentamente cubrían cada parte de mi cuerpo con un gran cuidado. Los sentía mover por mi piel, atrapando cada parte de mi. La tierra sobre la que estaba recostada se ablandó y empezó a llevarme hacía abajo.

Baje rápidamente y caí, se notaba que me estaban ayudando, porque la última vez tarde horas en llegar.

Me encontraba en un túnel extraño, pequeño y oscuro. No se parecía a el gran túnel del pequeño lago. Y estaba sola en él.

—Se ve que el resto no tuvo tanto éxito.

Tan sólo un instante después, Rían cayó detrás de mi.

—¿Estás bien?—le pregunté—.

—Si lo estoy.

—¿Por qué hemos llegado tan rápido?—pregunté—.

—Yo siempre llego rápido, tú lo hiciste porque la madre naturaleza aceptó ayudarnos, se supone que el resto también lo haga.

—Y lo harán—dijo una única y conocida voz, profunda y mosteriosa.—Pero primero debo decirles algo—.

—¿Qué quiere decirnos?—pregunté—.

—Les deseo mucha suerte, y espero que logren salvarme, a mi y a mi planeta—.respondió—. confío en ustedes.

—Lo haremos—respondí—.

A nuestras espaldas oímos caer al resto,  volteamos y los vimos a todos, retocerse en el suelo.

—Por qué no tomé la poción del dolor—dijo alguien entre la multitud de caídos—.

La madre tierra me hizo una señal mostrándome la pared de rosales que tenía detrás, ésta comenzó a abrirse despacio, cada empezó desprenderse y apartarse. Un túnel largo e iluminado por muchas luciérnagas se podía ver del otro lado.

Caminé hacia él, con el corazón a punto de escaparse de mi pecho, caminé por el túnel escuchando los pasos de el resto detrás de mi, el túnel era largo, así que comencé a apurar el paso hasta que logré ver el final.

—Es el final del túnel—dije—¿Dónde debemos ir?

—Hacia arriba Mia—dijo Rian—. Se abrirá un agujero que saldrá detrás del trono ¿Estás lista? Están encima nuestro.

—Todos prepárense, preparen las armas, las bombas, todo; vamos a subir.