Sol y Arena

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_Hoy tengo muchas ganas de ir a playa.-les dije a todos mientras desayunabamos en el comedor-.

_¿No crees que tenemos cosas mas importantes que hacer?.-contestó Ros-.

_Y vamos a tener tiempo para eso, no sé si voy a morir en Baj Terra, déjenme disfrutar esta vida simple que tanto extraño.

_Déjala.-interfirió Rodwell-.de igual manera tenemos que pensar mucho los pasos que daremos de ahora en más.

_¿Quién viene?

Todos se miraron arrojandose la piedra entre si, al parecer nadie queria acompañarme.

_¿Donde esta Dani?

_No se ha levantado, parece que no quedó muy bien de lo que hicieron ayer.-dijo Rian sin mirarme, con un pequeño tono de insinuación-.

_Si tienes algo que decirme, puedes hacerlo sin miedo.-dije sarcástica-.

Todos nos miraron y luego devolvieron la vista a sus platos.

_Que bien, nadie quiere acompañarme, iré sola.

Realmente no podría dar una razón que justifique mis ganas de ir a la playa, creo qué en realidad solo quería saber si aquel chico, Khristian, frecuentaba mucho el mar...

_¿Que hay en la playa que es tan interesante?.-preguntó Rian-.

_No creo que sea de tu incumbencia.

Me levanté, fui a mi habitación y comencé a probarme las bikinis de mi armario, nunca me llevaba nada, así que todas mis bikinis seguían allí. Me probé primero una negra, me pareció que era muy básica, yo quería algo que resalte, después una roja, pero con mi pelo colorado no resaltaba mucho, finalmente me probé una color amarillo, simple, pero que resaltaba las partes que más me gustaban de mi cuerpo.

_Esta se ve muy bien...

De repente la puerta se abrió. Era Rian, se quedó helado mirándome de arriba a  abajo.

_¡¿Qué haces imbécil?!

_Perdón, no quise, te ves muy bonita.

_Salí, ¿No ves que me estoy cambiando? ¡Golpea la puerta!

_Si, perdón, en serio solo quería saber si podía acompañarte.

Lo miré, lo pensé y decidí que no quería ir con él, no quería lidiar, ya no lo veía como antes.

_Creo que, quiero pasear sola, perdón.

Su cara se puso seria, apretó la mandíbula y podría jurar que alguna vena en su frente creció.

_Está bien.-dijo golpeando la puerta y saliendo rápidamente-.

Su temperamento últimamente no me estaba gustando nada. Lo ignoré, me puse un cubridor de red negro, unas chanclas negras y salí de la casa.

Caminando hacia la costa, me sentía libre, me sentía normal y única al mismo tiempo, la brisa de aire y el sol me llenaban de energía, estaba feliz, caminaba dando saltitos y cantando aprovechando que no había nadie más, no era época de vacaciones, si que las calles estaban casi vacías.

Al llegar en la playa solo había unas pocas personas, me senté en la arena y cerré los ojos, disfrutando de la brisa.

_Volviste, te estaba esperando.

Al voltear vi a Khristian, sentándose a mi lado, solo traía puesto un short de baño negro. Su torso desnudo era algo que no podía pasar por alto mi vista, cuando noté que lo estaba mirando demasiado me recompuse y miré hacia el mar.

_¿Sabías que iba a venir?

_Fue un presentimiento, hay algo en ti que no puedo descifrar ¿Quién eres?

_Mia.

_No te pregunté cómo te llamabas, te pregunté quién eres.

_No lo sé, ¿Tú sabes quién eres?

_No lo sé, pero puedo decirte lo que no soy.

_¿Qué no eres?

_Igual que el resto.

_¿El resto de hombres?

_No, el resto de personas.

_Entonces ¿No eres una persona? Digo, si dices que no eres como ellos.

Mi miró sin saber qué responder.

_Podría decirse, quizá soy de otro planeta.

_¿Eres un extraterrestre?

_Podría serlo si eso es lo que quieres que sea.

Sentí mi rostro entrar en calor, me estaba sonrojando, lo notó y sonrió, con una cautivadora sonrisa de dientes filosos con colmillos puntiagudos.

_Tranquila Mia, no te pongas nerviosa.

_No... no estoy nerviosa, no sé de qué hablas. ¿Por qué crees que puedes provocar eso en mi?

_No puedo dudar de algo que puedo ver, claramente.

Lo miré, tenía un rostro adulto, pero una mirada inocente, sonreía con satisfacción.

_¿Te gusta venir seguido aquí?.-pregunté-.

_Se podría decir que sí, pero ahora me gusta más que antes.

_¿Por qué?

_Por qué ahora se que a ti también te gusta venir aquí.

_A mi también me gusta venir más que antes.

_¿Por qué? ¿Por que yo estoy aquí?.-dijo con una gran sonrisa-.

_Porque estuve mucho tiempo sintiéndome presa, no recordaba lo que se sentía esta paz, esta libertad camuflada de simpleza, no te das cuenta que la tienes hasta que un día la pierdes.-lo miré, se le había borrado la sonrisa y ahora su rostro reflejaba confusión-.

_¿Acaso estuviste mucho tiempo en una relación tóxica, o presa?

_No, ninguna.-me reí-. no importa.

_A mi me importa.

_¿Y por qué te interesa tanto lo que me sucede?

_Siento que hay algo especial en ti, tienes una energía muy fuerte, se siente hasta aquí, a parte, podría jurar que alguna vez te vi, te conozco.

_¿Sientes energías? De hecho, yo también siento algo especial en ti, pero no puedo decir que yo también te conozco, nunca había visto a alguien rubio con la barba roja.

Sonrió tocándose la barba.

_¿Te gusta mucho sonreir no?

_Siempre fui así.

_Me gusta.-dije mirando el mar-.

_¿Mi sonrisa o yo?

_Creo que tu sonrisa es parte de ti ¿No es cierto?

_Lo és...

Nos quedamos unos segundos en silencio mirando al horizonte.

_¿Quieres ir a tomar un helado?

_Quiero.

Eternal Fire [Completa/En Corrección]Where stories live. Discover now