La armadura

143 24 9
                                    

Tarde más de lo que debía en escapacar, mientras Damir corría en la otra dirección, yo miraba la cacerola con la mente en blanco y veía como explotaba.

¡Mamá!!

Rubí se lanzó sobre mi, y para mi sorpresa pesaba más de lo que aparentaba. Luego de arrojarme al suelo su cuerpo expulsó unos brillos anaranjados que se convirtieron en un especie de escudo que nos protegió de la explosión. En ese momento pude sentir, como si nuestros corazones fueran uno; el miedo y la angustia de Rubí.

La verdad es que Damir nos tendría que haber dicho algo como; "Cuando arroje el agua va a explotar, así que prepárense para correr".

Luego de la explosión, la cacerola se mantuvo intacta y todo volvió a la normalidad, ni siquiera se había volteado.

-Lo siento por eso Mia.-dijo como un perro mojado que baja las orejas-.

Rubí lo miró enfadada.

-Oye, a Rubí no le gustó que hayas puesto mi vida en peligro.

-Lo siento Felino, pero me agradecerás cuando mi creación la ayude en los bosques.

Dijo esto un tanto emocionado y corrió hacia la cacerola, que como dije antes, ni se había inmutado. Metió las manos en ella y comenzó a sacar algo celeste lentamente, lo extendió ante nosotras; resultó ser un hermoso vestido medieval.

-Me encanta...

-A mi también... Debo admitir que se lució.

Pero eso no es todo... Metió la mano de nuevo en la cacerola y sacó un precioso anillo, que en su centro traía un Rubí.

-Un vestido-dijo entregándomelo- Y un amuleto.

-¿Para que el anillo?

-Te protegerá, trae magia, no me preguntes como funciona, nadie lo sabe.

-De acuerdo...

-Combina con tus ojos Madamme.-dijo Rubí-.

-Combina con tus ojos.-dijo Damir al mismo tiempo-.

-Plageo-se quejó lanzándole una mirada de desprecio-.

-Ya, Rubí.

-Gracias Damir.

-Bueno, es hora de entrenar.

-Ya vamos, se hace tarde y la batalla es mañana.

-Ponte el vestido, debes aprender a manejarte con él.

Me enseñó algunas llaves y técnicas para desarmar o dormir a los adversarios, a lanzar bien un golpe para no herirme la muñeca y a cubrirme de muchas formas diferentes. También practicamos arco y flecha y un poco de duelo de espadas. El vestido no era lo más cómodo para esto, pero me hacia sentir libre y era muy femenino.

-Bien, casi ninguna mujer compite en los juegos, así que tendrás que luchar con hombres, escapa, no podrás ganarles, ya no tengo más que decirte.

-No sabe lo que dice.

-¿Que no puedo ganarles? Vas a ver mujercita, los llevarán a un hospital en estado vegetativo a todos.

-Así se habla.

Damir se fue y yo fui a dormir, necesitaba estar llena de energía y dispuesta a todo. Nos encontrábamos acostadas cuándo noté en mi corazón la sensación de presión que se siente cuando uno está triste y angustiado, pero no era mía esa tristeza, no me pertenecía.

-Madamme...

-Dime.

-Si algo llegara a pasarle yo...

Eternal Fire [Completa/En Corrección]Onde histórias criam vida. Descubra agora