"Amajiki-senpai" una lágrima salió al recordar a esa persona preciada, desearía haberle demostrado más cuanto lo quería. Unos brazos la envolvieron y sintió como era elevada, abrió los ojos al notar que su caída había sido interrumpida por lo que decidió detallar a la persona que la había salvado.

-¿Te encuentras bien?- no sabía si el hecho de tenerla en sus brazos era real o se trataba de una mala broma que le jugaba su mente- No pensé encontrarte tan pronto- descendió con ella y la ayudó a colocarse de pie.

-Suneater, eres tú- puso ambas manos en las mejillas del héroe- ¿qué haces aquí?

-Mi jefe me envió, un niño llegó pidiendo ayuda por sus hermanos que se encontraban aquí.

"Suzuki... está vivo, que alivio"

-Espera... niños, menores, ¡oh, espero que la explosión no les haya hecho daño!- olvidándose de su dolor se apresuró nuevamente a los camiones y los abrió con ayuda del recién llegado.

En cada vehículo se hallaban diez jóvenes, haciendo un total de cincuenta. Todos salieron llorando porque sabían el destino que les deparaba a cada uno, alzaron y aclamaron a la heroína, estaban muy agradecidos con ella por haberlos salvado de una horrible muerte.

Kurumi estaba al límite, en cualquier momento se desmayaría por lo débil que se encontraba, afortunadamente los chicos la bajaron y fueron su soporte. Usui y Matsuri salieron de su escondite para abrazarla, ella los recibió con todo el amor del mundo, los tres lloraron porque ese infierno había llegado a su fin. Con emoción tomó al héroe que la acompañaba y le pidió que le contara a esos niños que su hermano se encontraba bien, esta noticia los había tranquilizado en gran manera.

-Bueno, pronto vendrán más héroes, todos los villanos están atados- comenzó a explicarle a Suneater- era una organización que se dedicaba al tráfico de órganos, estos cincuenta eran sus víctimas. Y los tres niños son hijos de los líderes, pero son totalmente inocentes.

-Entendido- asintió luego de captar la situación- supongo que este es el adiós- le extendió su mano.

-Más bien un hasta luego- lo abrazó con energía- gracias por evitar que me cayera, eres mi héroe.

El chico empezó a temblar y con timidez correspondió el abrazo, al deshacer su unión los demás se encontraban viendo a los héroes con un aura de felicidad y aplaudían deseándoles lo mejor. La pelimagenta se hallaba apenada por el espectáculo que acaba de dar, se despidió de todos y con sus rayos logro saltar hasta quedar en un muro.

-Hey, heroína misteriosa, ¿cuál es tu nombre?- preguntó Usui, no tenía intenciones de revelar la verdadera identidad de la adolescente, debía cumplir con su promesa- Queremos saber el nombre de nuestra salvadora- eso provocó una risita de ella.

-Gamma Heroine: Ray Villard, o pueden decirme Ray Vi- escuchó como repetían su nombre y les dedicó una sonrisa radiante a todos- llegó la hora de irme, ¡cuídense mucho!

Como era costumbre, esa joven siempre desaparecía entre la más profunda oscuridad que podía brindar la noche.



Había guardado su traje con sumo cuidado, pero de igual manera no pudo ocultar el deplorable estado en el que se encontraba, las quemaduras, los moretones por los golpes, la sangre seca y la tierra adornaban cada rincón visible de su cuerpo. Aún se encontraba a unas cuantas calles de su hogar y definitivamente sentía que esta vez no aguantaría más.

-¡Por última vez! ¡Le juro que no he visto a esa chica!- apuntó con su dedo el volante que cargaba el ser imponente que se encontraba delante de él- Déjeme ir, se lo suplico.

-¿Qué no entiendes que estoy desesperado por encontrarla? ¿Qué te cuesta comprender?- acercó su presencia con un aura amenazadora pero una voz agonizante lo detuvo.

-¡Jefe! Que sorpresa encontrarlo por aquí- hablaba con un hilo de voz mientras se aferraba a un poste para no caer- ¿a quién busca? Lo puedo ayudar.

El mayor quedó sin palabras, observó las heridas que tenía esa joven, evidentemente se mostraba débil. Dejó de lado al ciudadano con el que estaba dialogando y fue hasta donde estaba ella. Como si fuera una niña, Kurumi extendió sus brazos para que su jefe la ayudara, este respondió de la mejor manera y la cargó con delicadeza.

-Jefe, ¿la persona a la que buscaba era a mí?

-Sí, tenías días desaparecida.

-Jefe, ¿eso quiere decir que estaba preocupado?

-Sí y deja de decirme así. No sé cuantas veces tengo que recordártelo- vio como intentó juntar fuerzas para sonreír- llámame de otra forma.

-¿Puedo llamarlo Enji-sama?- cerró sus ojos apenas se puso más cómoda.

-Bueno, es mejor que "jefe". Suena muy irritante cuando lo dices tú.

-Enji-sama, ¿puedo comer mochis con usted?

-Los que quieras, ahora deja de hablar y duérmete- se sintió más satisfecho cuando un apenas audible "gracias" salió de los labios de aquella mocosa.

Kurumi finalmente se dejó llevar por el cansancio y quedó profundamente dormida en los brazos de la última persona que había visto en el día. 

夜空の下の夢 - My Hero AcademiaWhere stories live. Discover now