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-Buenos días, ¿se encuentra Amajiki-senpai?- con un poco de esmero se aferró al bento que tenía entre sus manos y en eso negó varias veces con la cabeza- No, no, no, ¡una vez más!

El día de hoy, Kurumi se había levantado más temprano para prepararle el almuerzo al chico con el que debía disculparse, acudió al salón de tercer año, clase A si no mal recordaba. Los nervios la consumían y sentía la mirada de todos los estudiantes en su dirección, eso hizo que abrazara más la caja que tenía. En lo que esperaba señales de que andaban cerca decidió ensayar una vez más.

-B-Bue...

-¡Buenos días Kuru-mint-chan!- la voz de una chica hizo que casi perdiera el equilibrio y cayera delante de la puerta.

-Ho-hola Hado-senpai, ¿como está el día de hoy?- inclinó su mirada ya que Nejire era un poco más baja.

Kurumi pensaba que su senpai era una chica adorable, algo curiosa para su gusto pero es parte del encanto que demostraba. Envidiaba un poco a las chicas con estaturas como la de ella, deseaba ser más pequeña y tierna. 

-¿Buscas a Amajiki?- una expresión pícara se asomó en su rostro cuando turnaba su mirada entre la pelimagenta y el bento- ¿quieres almorzar a solas con él? Puedo llevarme a Togata lejos si quieres.

-¡N-No, claro q-que no! Esto es...- sintió como sus mejillas ardían, estaba segura de que se había sonrojado hasta las orejas- es para d-disculparme con Amajiki-senpai, eso es todo. N-No hay segundas intenciones.

-Hado, ¿pasa algo?- el chico que había estado buscando se apareció repentinamente, intercambiaron miradas y en cuestión de segundos las desviaron.

Se armó de valor y reunió todas sus fuerzas para poder extender la caja a la que se aferraba momentos atrás.

-Sé que un acto sincero puede decir mucho más que mil palabras, por eso reciba esto como muestra de mi arrepentimiento por haberle incomodado ayer- lo miró a los ojos y como respuesta a su acto, una vez más el chico se había refugiado en la alternativa de apoyar su frente en una pared.

Por otra parte, la peliazul que presenció todo estaba saltando de alegría. Mirio al parecer la escuchó y acudió al pasillo donde se encontraban los tres, la más joven solo quería que se la tragara la tierra.

-Hola Tsukimori, me alegra ver que estás bien el día de hoy- Nejire se colocó de puntillas y le andaba susurrando algo a lo que él empezó a reír- oh, es un gesto muy lindo de tu parte, no pienses que le disgusta solo es que...

-No está acostumbrado a estas cosas- completó la frase que ya se sabía de memoria- lo entiendo, no se preocupe. Entonces me iré, tanto ustedes como yo tenemos cosas que hacer.

Se disponía a entregarle el bento a Mirio para que luego se lo entregara a su amigo, pero unas manos diferentes se atravesaron en su camino tomándola antes de que ella pudiera avanzar más.

-M-Muchas gracias, por tomarse la molestia de venir hasta acá- no la miró a los ojos pero esas palabras hicieron que desde el interior de esa chica todo se sintiera más cálido.

-Fue un placer, espero que le guste.

Kurumi no recordaba mucho desde ese momento, por alguna razón se sentía en las nubes

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Kurumi no recordaba mucho desde ese momento, por alguna razón se sentía en las nubes. 

"¿Así se siente recibir la gratitud de alguien? Creo que es algo diferente este sentimiento, pero no tengo idea de que sea".

-¡Amor!- sus pensamientos fueron interrumpidos y casi provoca que se cayera de la silla al escuchar a Recovery Girl- Eso es lo que motiva a los héroes, si te encaminas por esa profesión experimentarías lo que te estoy diciendo, podrías actuar por amor a la sociedad, a la idea de ganar poder, a proteger los ideales o también por...

-¡Amajiki-senpai!

-¡E-Emiko!- miró a su amiga de mala manera al ver que irrumpió en la enfermería, aunque Recovery Girl ya se acostumbró a que hiciera eso.

-¡Cuéntame! ¿Ya le entregaste el bento? ¿Cómo reaccionó? ¿Qué te dijo? ¡CUÉNTAMELO ABSOLUTAMENTE TODO!- como era de esperarse volvió a tomar sus hombros y a zarandearla en lo que esperaba una respuesta.

-Fujiwara-san, ¿no era el joven Grimm el que acabo de ver pasar con una chica agarrado de la mano?- en lo que la pelirroja escuchó a la mayor, se despidió y rápidamente salió al patio que es donde se supone que "estaba" Syrus.

En eso volvieron a sus labores, el silencio reinó entre ellas por un buen tiempo, aunque no era para nada incómodo el ambiente. Finalmente la ayudante decidió hablar.

-Chiyo-sama, probablemente aún no entienda lo que es el amor, pero algo si entiendo- tomó su manga y poco a poco la subió para dejar al descubierto un guante negro que estaba diseñado para un típico traje de héroe- quiero que mis manos sean capaces de trabajar para resguardar la vida de aquellos que si lo han experimentado y deseen seguir haciéndolo- en eso sintió una palmada en la espalda.

-Ya era hora de que te decidieras niña, tenía esto guardado para ti- le extendió unas llaves que conocía muy bien- esto no está del todo permitido, pero supongo que tratándose de ti, él no se opondrá a que lo uses.

Sin poder contenerse más la abrazó y lloró como hace años no lo hacía, realmente estaba agradecida con el apoyo que recibía en estos momentos, justamente el que necesitaba desde niña.

Después de terminar su labor del día en la enfermería se despidió de Recovery Girl, esta vez decidió quedarse un poco más en vez de ir a casa en compañía de sus amigos. 

Un poco más tarde, se dirigió a estrenar las llaves que recién le habían entregado, eran del Gimnasio Gamma. Normalmente estaban en el poder del profesor encargado de la clase 1-A, pero como recalcó antes la heroína, él no tendría problema con eso.

Ahora podía retomar su entrenamiento justo como quería para volverse más fuerte.

夜空の下の夢 - My Hero AcademiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora