—Bueno, es que me da vergüenza que lleguen visitas y siempre encuentren todo sucio —dijo encogiéndose en su sitio. Le llevó cuatro noches y mañanas enteras conseguir que la casa estuviera habitable otra vez.

Su rutina de la semana había sido prácticamente limpiar, ir al trabajo, regresar, limpiar y caer exhausto. Aquella rutina le daba una pequeña satisfacción y además le ayudaba a distraerse del asunto de Harry. Al final terminaba tan cansado que no tenía ganas de pensar en nada.

Sus esfuerzos parecieron ser recompensados cuando Mars se apareció el día anterior y mencionó que todo estaba muy bonito. Ahora Nara también parecía impresionada.

—Pues está bien ¿Tienes algo que hacer ahora? —preguntó, dándose cuenta que el chico ya tenía puesto el uniforme del trabajo.

—¡Oh! —él sacó el celular de su bolso para fijarse en la hora y luego la miró con los ojos muy abiertos—. Tengo que ir al trabajo —espetó, recogiendo su mochila. Todavía tenía una media hora de ventaja, pero como no se preparase enseguida terminaría llegando tarde por quedarse hablando con su amiga.

—Oh, entonces te robaré tu cama y me dormiré un rato —dijo sonriendo. Parecía que estaba realmente cansada, había ojeras debajo de sus ojos, pero como siempre, lucía una piel muy bonita.

—Lo siento en serio, pero hoy es viernes, mañana podremos pasar todo el día juntos —se disculpó, apesumbrado, mientras guardaba su celular, su cartera y se aseguraba de traer un poco de efectivo.

—No te preocupes, me iré el lunes por la mañana, así que el fin de semana es nuestro —comentó, levantando el dedo pulgar.

Mikoto estaba a punto de decir algo más, cuando su teléfono sonó con un timbre inusual que no había escuchado en varios meses. Un poco asustado por ello miró la pantalla del aparato para comprobar que se tratara de la persona que sospechaba. No se equivocó.

Nara, quien lo conocía bastante bien, abrió los ojos de par en par, sorprendida por lo que estaba aconteciendo a menos de una hora de su llegada.

Sin darse cuenta ella también se tensó.

—¿Mikoto? —una voz suave y con un timbre sereno se escuchó al otro lado de la línea, era una mujer mayor a la que conocía muy bien.

—¿Mamá? —Mikoto sonó un poco tembloroso al responder, la mujer al otro lado sonaba molesta, aunque tratara de ocultarlo.

—Niño, hace tiempo que no hablamos, pero tuve que llamarte porque escuché un rumor extraño de mis amigas —como siempre, ella iba al grano. Era parte de su carácter, ella no se distraía con formalidades, algunas personas decían que era grosera, pero en general, todos le tenían demasiado miedo como para contrariarla.

El estómago se le encogió, Mikoto sintió de inmediato que habría problemas y se encogió en su sitio, esperando que un golpe invisible apareciera de la nada.

—¿Que clase de rumores? —preguntó, bastante temeroso.

—Me dijeron que terminaste con Harry —casi pudo verla frunciendo el ceño—. Que ya no están juntos desde hace mucho tiempo ¿Eso es cierto? —parecía que estaba advirtiéndole algo, pero por mucho que lo amenazara, Mikoto sabía que aquella verdad no podía seguir ocultándose más.

—Bueno... —no pudo seguir hablando, quería, pero no lo consiguió.

Su madre soltó un resoplido. Ella ya sabía la verdad, pero se había negado a creerla hasta el último momento.

—¿Cómo puedes ser tan tonto? —la voz de la mujer se levantó una nota más alta de lo usual, estaba muy enojada. Mikoto se sobresaltó por el arrebato de la mujer, aquello era algo que llevaba temiendo desde hacía bastante tiempo. Su madre adoraba a Harry—. Mi pobre Harry ¿Qué hiciste para ahuyentarlo? Con lo caballero que es debió ser algo muy malo —ella tenía propia manera de perder los estribos y esta incluía el comenzar a lamentarse sin parar. Mikoto siempre se sentía muy culpable cuando ella lo regañaba porque sentía que había fallado como hijo.

—Lo siento —se disculpó—. No sé que hice, de verdad —a Mikoto le costaba articular las palabras. Nara se incorporó, su rostro mostró una expresión confusa, no tenía idea de que hacer para ayudarlo.

—Voy a ser sincera, vi la foto de su nuevo novio —ella suspiró, como si estuviera harta de su hijo—. Es solo un vulgar diseñador de medio pelo, tú puedes con él, llevas mi sangre.

Mikoto tenía ganas de decirle que estaba seguro de que no tenía oportunidad alguna contra Chris, pero se guardó sus palabras porque estaba aterrado de que su madre estallara contra él.

—No creo que puedas conseguir un chico asiático de buena familia, considerando lo que eres —y su madre se refería a un montón de cosas cuando dijo "lo que eres". Torpe, lento, aburrido y, además, un hombre—. Al menos deberías esforzarte un poco por mantener a un hombre tan bueno como Harry. No puedo creer que te dieras el lujo de perderlo ante ese extranjero sin clase.

De repente todo le daba vueltas. Su pecho se sentía pesado y el aire que entraba por sus pulmones lo lastimaba.

—Lo siento —no sabía que otra cosa decir. Tenía ganas de llorar otra vez, pero ahora no había un ápice de felicidad en su cuerpo.

—Está bien —ella suspiró—. Llámalo ¿Quieres? Y recupéralo, porque si lo dejas ir, vas a arrepentirte el resto de tu vida.

Su madre colgó sin despedirse y Mikoto sintió que la efímera felicidad que había sentido los últimos días se le escapaba de las manos. 

Me detuve para ver una serie, así que las actualizaciones están con un rato de diferencia xD

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me detuve para ver una serie, así que las actualizaciones están con un rato de diferencia xD.

El instante más hermoso de la vidaWhere stories live. Discover now