XXX. ☆ Corazón correspondido ☆

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—La percepción es mutua.

Ray me observó.

—Quedo pendiente de qué deducen. Te veo en la tarde, Karma.

—Sí, gracias por venir.

Me sonrió, dejando un beso en mi mejilla y colocándose el casco de nuevo. Giré hacia la parejita —de momento no tan feliz— pero dediqué mi atención solo a Gris.

—¿Y?, ¿qué sentiste?

Diego soltó un resoplido fastidiado, de seguro porque su novia me hubiera contado sobre su don. Omití su estúpida actitud porque para mí Diego valía menos que nada y no me interesaba si se llevaba o no bien conmigo.

—Es curioso —dijo Gris luego de una pausa en que miró a su novio pidiéndole decencia—. Tiene un aura pesada, pero no es mala. Es como el de una persona normal solo que más intensa. Estaba algo tenso, obviamente, pero no era negativo.

—Eso nos deja que el problema soy yo —musité.

—¿Por qué? Me dijiste ayer que luego de que te dijera me explicarías. ¿Qué tiene Raymond que define si el problema eres tú o no?

—Él es... en teoría igual que yo. —Miré intencionadamente a Diego—. Yo soy diferente y él lo es también.

—¿Qué tienen de diferentes? —espetó Diego.

—Para ser alguien que busca respuestas, eres muy desagradable para conseguirlas.

Nos retamos con la mirada, era un desagrado tan mutuo que casi llegaba a ser divertido. Pero no era momento de reír, era momento de descubrir por qué mi aura era tan oscura y para eso necesitaba la ayuda de ambos, o al menos de Gris, quería llegar hasta el fondo del asunto solo por Marco, porque la cuestión de que yo pudría su aura era ahora una preocupación más sobre mi espalda y no la quería lacerándome más. Necesitaba saber más sobre su don, sobre energías en las personas, sobre si había otras oscuras —aunque no tanto como la mía— y cuáles eran los motivos.

Necesitaba saber y para saber necesitaba hablar.

—¿Tienes alguna idea en mente? —preguntó Gris, más conciliadora—. Dijiste que podíamos barajar teorías, ¿tienes alguna?

—Creo que debemos charlarlo con calma. Obviamente no ahora, pero podremos cuadrar un día de estos. Que tu novio se bañe con amabilidad un poco o si no charlamos solo las dos, ¿te parece?

Gris no parecía muy contenta de tener que esperar, pero estaba presionada porque no tenía más opciones y su novio no colaboraba.

—De acuerdo.

Diego tomó eso como que no había nada más que decir y se alejó, llevándose a Gris con él. Era tan posesivo e idiota que me sentí incluso mal por Gris, estuve a nada de gritarle que se alejara de ese imbécil, pero me ceñí a las palabras que Marco me dijo en algún momento de que él era bueno con ella. Solo con ella, al parecer, porque era una mierda con el resto del mundo. 

☆☆☆☆☆

El rostro de Marco a la luz de la bombilla amarillenta del ático lucía un poco más pálido de lo normal. Estaba a un par de metros de mí, con las piernas cruzadas y el cuaderno sobre su rodilla, leyendo con detenimiento el texto que la maestra de inglés nos había dejado para mejorar comprensión lectora acompañado de una actividad llena de preguntas al respecto. Mi cuaderno también estaba sobre mi rodilla, mi bolígrafo en la mano, pero mi atención estaba lejos del texto.

Se suponía que había ido a su casa para hacer el taller de la señora Brown juntos, mas una vez nos acomodamos supe que mi concentración si lo tenía cerca era igual de nula que en el aula de clases, quizás más nula porque ahí no había diez latidos más en otras mesas. Solo estaba él.

Karma de Estrellas  •TERMINADA•Where stories live. Discover now