XXIX. ☆ El energía de Karma ☆

Start from the beginning
                                    

—De acuerdo...

—No me crees —dijo, no era pregunta—. Sé que es algo raro, ¿sí? Ni siquiera Marco lo sabe, pero es cierto. Las energías de las personas son como voces que solo nosotros podemos escuchar, si alguien está muy feliz, o muy triste, esa sensación nos invade. No lo podemos evitar y a veces es tedioso... No es...

—Para, Gris. Te creo, no necesitas explicarme con lujo de detalles. Son empáticos, comprendo. No soy escéptica. Dime eso qué tiene que ver conmigo.

Grishaild pareció realmente sorprendida de que le creyera, más aún de que usara un tono firme y amistoso. Admito que el conocer su secreto sí hizo que mermara mi desconfianza; ahora, si bien Diego me había dicho antes que lo que le molestaba era mi mala energía, quería saber más al respecto porque... bueno, yo no creía ser de las que tienen mala energía, yo soy dentro de lo que cabe buena persona.

—Tu energía es extraña, Karma. Y es extraña de forma negativa. Haz de cuenta que cada persona tiene una energía de un color vivo, todos son distintos, sí, pero la tuya... es negra, muy oscura. Y nos pesa. Físicamente nosotros sentimos lo que sienten los que nos rodean, pero cuando tú llegas nos sentimos cansados, frustrados, enojados, como si tu energía no solo nos invadiera, sino que nos aplastara el pecho.

—¿La sientes así ahora?

Asintió, puliendo por primera vez una mueca de disgusto.

—Me duele. No siento dolor físico, sino dolor emocional. Estás cerca y ese peso de tu energía me consume, más porque vine sola, cuando estoy con Diego es menos incómodo. Entonces el problema es que no sabemos si tus sentimientos son así de oscuros, o si completa eres así.

Reflexioné eso y me pregunté si mi oscuridad se debía a los miles de inconvenientes que me provocaban frustración en la vida, o si mi magia era algo que personas como ella sentían oscuro y pesado. Ambas posibilidades parecían viables.

—No sabía que mi energía era así...

—He discutido con Diego —soltó, tomándome desprevenida—. Él sigue viéndote con los peores ojos, sigue convencido de que eres algo malo.

—¿Y tú no?, ¿ahora seremos amigas? —ironicé.

—Puede que amigas no, pero no enemigas; sé que soy prejuiciosa, pero también me dejo llevar mucho por acciones. Llevas acá ya un buen tiempo y no has hecho nada malo. Discutí con Diego porque le dije que quizás te estábamos juzgando mal, que podríamos darte el beneficio de la duda, intentar resolver el misterio y ya... y él no está de acuerdo. De hecho, si no está conmigo ahora es porque se puso furioso y se fue.

No lo dudé, eso sonaba muy Diego.

—Vale, en pro de mantener la banderita blanca, te confieso que no sé a qué se deba, aunque puedo pensarlo y podemos barajar teorías. Solo tengo seguro que no soy malvada ni cualquier cosa que Diego imagine, así que, partiendo de ahí, es posible investigar juntas. 

—Eso quiero creer, Karma. Diego me dijo que soy tonta por venir a, y cito, "meterme en la boca del lobo esperando que él me confiese que me va a comer". —Ambas soltamos una risa ante el comentario—. Es decir, tiene razón, si tuvieras malas intenciones no me las dirías, es obvio. Pero suelo ser transparente y quería que me escucharas.

—Asegúrale a tu novio que no muerdo.

—No me creerá. Pero en fin... ahora el tema por el que vine: Marco. Te lo dije la vez pasada, es mi mejor amigo y lo amo mucho... y por eso me preocupa.

La semi amabilidad que ya había cultivado en esa conversación se me disipó y de nuevo mi mente estuvo en alerta desconfiada.

—¿Qué te preocupa?

Karma de Estrellas  •TERMINADA•Where stories live. Discover now