Epílogo

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Camila POV

-¡Lauren! - Grité furiosa.

Se lo había dicho, se lo había advertido, pero a veces resultaba ser incluso peor que Ryan. Mis dos personas favoritas se habían puesto a jugar en el sofá del comedor de la casa de Isla Mauricio, ya le había advertido a ella que tuviese cuidado, pero no me había hecho caso y el mantel que estaba puesto sobre la mesa de centro se había llevado consigo al suelo todos los objetos que tenía encima.

-¿Qué te he dicho? ¡A veces me da la impresión de que hablo con la nada! - La regañe mientras recogía los objetos que se habían salvado y los trozos de cristales de uno que no había acabado con la misma suerte. Miré a Lauren quien me miraba apenada.

-Lo siento… Tienes razón. - Se levantó para ayudarme.

-¡Lo sientes, lo sientes…! - Bufé de la rabia. - Ryan a dormir, ya es hora.

-Pero…

-A dormir. - Insistí mirándolo seria.

-Mami… - Escuché la voz de Sophie y me giré, estaba refregándose un ojo con su manita.

-¿Qué haces aquí, cariño? Ya te había dejado dormida… - Después me giré hacia Lauren con una mirada de reproche. Ella suspiró.

-Ven aquí, princesa. - Dijo dirigiéndose a ella para tomarla en brazos. - Vamos, Ryan. - Le tendió la mano al mayor de mis hijos.

-Pero… yo quiero pelear. - Puse los ojos en blanco cuando vi como Ryan le daba puñetazos a las piernas de Lauren. Nunca se cansaba.

-Tu madre tiene razón, es hora de dormir. - Repitió con voz solemne, ahí sí que Ryan no tenía opción.

No escuché nada más, solo los pasos de Ryan y de ella alejarse, subiendo las escaleras hacia las habitaciones. Tome la escoba para asegurarme de que no quedaba ningún cristal y después también pasé un trapo, no quería dejar ningún cristal por muy pequeño que fuese, Ryan y Sophie andaban todo el día descalzos, de arriba abajo y hacia la playa.

Sonreí al colocar mejor el marco con una foto de mi pequeña. La habíamos llevado a un estudio para que le hicieran unas fotos cuando tenía dos años, igual que hicimos con Ryan. Sophie había sido buscada al 100% cuando Ryan tenía dos años. Si Ryan era bastante más tranquilo con dos años que con cinco y medio que tenía ahora, ella no paraba quieta y tampoco veía el peligro por ningún sitio con tres años y medio que tenía, era terrible, nos tenía a Lauren y a mi todo el día de vigilantes.

¡Era una revolucionaria que había revolucionado a mi Ryan tranquilo! Mi pequeño príncipe en miniatura cada día se parecía más a su madre físicamente. Volví a reír un poco más, aunque seguía enfadada con mi esposa. Siempre me hacía lo mismo, es que no se tomaba nada en serio de lo que le decía cuando estaba con alguno de sus dos hijos. Y eso demostraba cuánto amor les tenía, se le caía la baba por los dos, y claro… yo siempre quedaba como la mala. Aunque tenía que admitir que cuando Lauren se ponía seria con ellos era muy efectiva.

Tomé la escoba y el trapo y me encaminé a dejarlas en su lugar, viendo a lo lejos, en medio de la arena una toalla grande, la que utilizábamos todos cuando estábamos en la playa. La noche era tan cálida como cualquier otra y el cielo estaba despejado dejando ver todo el manto de estrellas que lo adornaban, era realmente una estampa preciosa.

Codicia Marcada (Adaptación Camren) G!POnde histórias criam vida. Descubra agora