-Mejor que nunca, Kurumi-san- se acurrucó más a la vez que ocultaba su rostro en el cuello de la chica, no duró mucho en esa posición ya que reaccionó, la tomó por los hombros para alejarla un poco y entró en pánico- K-K-KURUMI-SAN, D-DISCÚLPAME, N-N-NO QUISE INCOMODARTE.

-No se preocupe, nunca podría incomodarme- desvió la mirada al suelo y trataba de relajarse hasta que se le pasen los mareos- ¿ya no queda nadie en la academia? Justamente iba para allá, se me hizo algo tarde y...- de la nada empujó a Tamaki con todas sus fuerzas para alejarlo totalmente de ella, su estómago se revolvió y empezó a vomitar en plena calle.

El azabache se asustó con lo que estaba presenciando, buscó acercarse pero ella le huía. 

-Por favor, v-ven aquí- sacó un pañuelo y nuevamente intentó acortar la distancia entre ellos- no tengas p-pena, eso le puede suceder a cualquiera- vio que finalmente la convenció de quedarse quieta y aprovechó para limpiarle la comisura de sus labios.

-C-Creo que comí demasiado, debí ser más prudente- cerró los ojos cuando sintió el tacto gentil de ese chico, sus mejillas se enrojecieron al instante- no me siento muy bien- regresaron los mareos y esta vez eran más intensos, rodeó el cuello de él con sus brazos- quiero dormir, estoy muy cansada.

A pesar de ser una adolescente, en ese momento Tamaki veía a Kurumi como a una niña, le entraron unas ganas inmensas de protegerla, no dudó más y decidió cargarla para llevarla a casa.



Nadie había previsto que esa noche llovería, afortunadamente muchos lograron llegar a sus hogares antes de ser alcanzados por esa tormenta, pero no era el caso de Tamaki que en ese momento se encontraba en un gran dilema y dando vueltas en su habitación luego de haberse cambiado el uniforme.

-C-Contesta, contesta, contesta- como si fuera un milagro, su petición fue concedida por obra del universo- M-Mirio, por fin a-atiendes.

-¿Qué ocurre Tamaki? Te oigo nervioso- preguntó el rubio algo preocupado, su amigo no era de los que acostumbraba a llamar sin un motivo importante de por medio- ¿Pasó algo con Fat Gum?- miró fijamente al chico, estaban en una videollamada y eso le daba más razones para pensar que era algo urgente.

-V-Velo por ti mismo- giró el teléfono para que enfocara su cama o más bien a la persona que la estaba ocupando.

-¡¿E-EH, QUÉ HACE TSUKI-CHAN AHÍ?! ¡Pensé que la habías llevado a su casa!- la sorpresa fue demasiado, se esperaba de todo menos que Kurumi estuviera en la habitación de Tamaki- No me digas que...

-¡M-MIRIO!- se quejó pero enseguida tapó su boca, no quería que la chica despertara por culpa de él- No es lo que p-piensas, la había llevado a su casa pero... Aizawa-sensei estaba esperando en la entrada, logré verlo desde lejos- palideció de solo recordar su rostro.

-Ya veo, aún le sigues teniendo miedo- asintió varias veces, no era un secreto que conocer la parte violenta del héroe profesional le dejó secuelas- bueno ya lo hecho, hecho está. Esta lluvia parece no detenerse, espero que a Hado no la haya atrapado antes de llegar a su casa, ¿cómo te fue a ti?

-No muy bien, en el camino nos empapamos demasiado. Tuve suerte de que mis padres no hayan llegado aún, me daría pena tener que responder a las preguntas que me harían sobre ella- sus mejillas estaban levemente enrojecidas al imaginarse el interrogatorio y las ganas inmensas de que lo trague la tierra.

-Dime que pusiste a secar el uniforme de Tsuki-chan antes de dejarla ahí- desafortunadamente el azabache negó con la cabeza- ¡por todos los cielos! Tamaki, si no haces que se bañe y se cambie de ropa se va a resfriar, despiértala.

Ahora el rojo de sus mejillas se extendió por todo el rostro, estaba a punto de desmayarse por la idea.

-Si no haces algo, Eraser Head te va a hacer responsable en cuanto sepa que fuiste la última persona con la que estuvo- volvió a palidecer al escuchar ese nombre- solo debes despertarla y que ella haga el resto, mientras tanto préstale una camisa o algo en lo que se seca su ropa.

-E-Es más fácil d-decirlo que hacerlo.

-Tienes razón, hasta yo estaría nervioso. Pero siendo sincero, prefiero eso a tener que lidiar con "él"- le daba escalofríos de solo pensar en lo que sería capaz Aizawa- por favor, hazlo ya. Voy a prestarle ayuda a mi papá con la cena, suerte amigo- dio fin a la videollamada dejando a un Tamaki de todos los colores.

Tragó saliva al darse cuenta de que Mirio tenía razón, esos momentos vergonzosos no iban a ser nada comparados al infierno que sufrirá a manos del profesor. Respiró profundamente para infundirse valor y se acercó a la cama.

-Kurumi-san, d-despierta- la movió un poco pero no tuvo éxito- t-te lo ruego, despierta.

-Micchan, ya te dije que el helado de menta era mío- hablaba dormida, acto seguido tomó la almohada del chico y se acurrucó contra ella- lindo mochi, pronto te comeré.

No tuvo más remedio que cargar a la chica y llevarla hasta la bañera, conforme iba avanzando su corazón se aceleraba más, definitivamente creía que no estaba teniendo la mejor de las suertes. Cuando llegó procedió a sentarla en su interior, con cuidado retiró el pasador que sostenía su flequillo y luego de desabrocharle la chaqueta gris le quitó la corbata.

Ahora debía quitarle la camisa blanca, quería abandonar la idea pero el rostro de su verdugo regresó a su mente y reunió fuerzas para avanzar nuevamente a donde estaba Kurumi. No contaba con que aún seguían pequeños residuos de agua en el suelo, al pisarlos hicieron que resbalara y cayera a la bañera, estaba muy asustado por el golpe que iba a sufrir pero el golpe nunca llegó, algo amortiguó su caída.

Tamaki se encontraba con el rostro entre los pechos de la pelimagenta, más se alarmó cuando la misma se andaba moviendo ya que eso indicaba que se estaba despertando por lo que actuó con rapidez y como pudo retiró su cara de esos grandes bultos.

-Hm, ¿donde estoy?- estiró los brazos mientras bostezaba- ¿Amajiki-senpai? ¿Qué hace aquí?- tallaba uno de sus ojos.

-Ho-hola Kurumi-san, yo solo e-estaba... quiero decir- se sentía muy nervioso, solo atinó a arrodillarse- ¡perdóname! Te traje a mi casa sin tu consentimiento, es que te aferraste a mí y decías querer dormir, decidí llevarte a tu hogar pero vi a Aizawa-sensei en la entrada. Contigo dormida y Present Mic ausente, entré en pánico y bueno aquí estamos.

-¿Por qué no tengo mi corbata ni mi chaqueta?- en su pecho puso una de sus manos que por primera vez podían ser apreciadas sin la manga cubriéndola totalmente- ¿Y mi pasador?

-Bueno, pasa que llo-llovió y nos empapamos antes de llegar, te ayudaba para que pudieras bañarte y a-así no pescaras un resfriado- sin previo aviso fue abrazado por ella.

-Usted es tan atento Amajiki-senpai, gracias por ayudarme- se pegó más a él sin intenciones de soltarlo.

Nuevamente sintió un par de cosas que momentos antes se encontraban en su cara y se alejó inmediatamente con la excusa de que debía ir a buscar toallas.

El resto de la noche transcurrió con normalidad, Kurumi al terminar de bañarse fue a vestirse con una ropa que Tamaki le había ofrecido en lo que se secaba completamente el uniforme. Mientras cenaban se contaban una que otra anécdota de la infancia para así volver el ambiente un poco más entretenido.

Para fortuna del adolescente, apenas su amiga se colocó su uniforme cesó la lluvia, sus padres habían llegado pero ella ya estaba de salida por lo que la presentación fue demasiado breve. Naturalmente se había ofrecido a acompañarla hasta el metro pero Kurumi rechazó la propuesta alegando que estaría bien por su cuenta.

Luego de despedirse y asegurarse de que había desaparecido totalmente del campo de visión de él, se fue a un callejón para colocarse su traje y trabajar en su patrullaje como lo hacía casi todas las noches.

夜空の下の夢 - My Hero AcademiaWhere stories live. Discover now