Mi vida es de UNNIE 🔪❤️ (Lesbianas, Stalker)

CAPÍTULO 18 - ¿Por qué...?

Inmediatamente salí corriendo, ¿cómo Min-Jee podía estar ahí?

—¿¡Min-Jee!? —Le grité exaltada, tomé sus manos. —¿Qué haces aquí? Hace tanto frío... ¿necesitas algo? —Le dije preocupada.

Ella tenía su mirada perdida, me miró y me encontré con su tierno rostro, sus pigmentaciones de su piel estaban muy enrojecidas por el frío. Sin pensarlo la arrastré cuidadosamente hasta mi casa, ella me siguió los pasos.

—¿Quién es ella? —Me preguntó mi madre preocupada al ver la condición en la que se encontraba Min-Jee.
—Ella es de mi Academia... ha venido hasta acá madre, pero no sé por qué... ¿puedes prepararle algo caliente? —Le expliqué la situación.

Miré preocupada a Min-Jee, ésta seguía con esa distante expresión que me hacía sentir confundida.

La subí como pude hacía arriba, tomándola de sus manos la guíe hasta arriba, hasta mi habitación. Hice que se sentase en mi cama, frente a mi estufa.

Envolví su húmedo cabello en una tibia toalla, me senté a su lado, y me decidí a interrogarla.

—Min-Jee... ¿por qué estabas allí fuera?

Ella me miró unos segundos... con una mirada profunda.

Pero no me respondió.

Pasó un rato, en donde estuvimos en absoluto silencio... mi madre subió con unas bandejas, con dos tazas de café. Luego se retiró de mi habitación muy preocupada. Supongo que por la situación prefirió dejarnos a solas.

Min-Jee bebió la taza rápidamente, yo también lo hice de esa forma. Supongo que ella tenía mucho frío.

Se veía algo más repuesta.

—Min-Jee... estoy preocupada, por favor, explícame... ¿por qué estabas ahí? —Le dije, necesitaba saber.

De vuelta el silencio reinó, pensé que ya no me respondería, pero...

—Unnie... —Su voz estaba quebrada, estaba a punto de llorar —Yo... tuve problemas en mi casa, fue una discusión muy grave, no sabía a dónde ir, a dónde huir... entonces mis pies me trajeron hasta acá... —Terminó su frase y explotó en lágrimas.

Me sentí mal por ella y le acaricié su cabeza, estaba dispuesta a prestarle toda la ayuda que ella necesitase.

[...]

Obviamente mentí. Me escapé de casa, quería vigilar a unnie como todos los días, pero... en esta ocasión, no pude resistirme a pararme frente a la puerta, quería entrar... y entonces fui descubierta por unnie... ¿qué podía hacer? Solamente tenía que actuar.

Estaba dispuesta a hacer todo lo posible por excusarme y todo surgió de forma tan natural... ¡ahora mismo estaba en la casa de unnie! ¡en su habitación! Si puedo manejar las cosas... incluso podría dormir junto a ella esta noche... estoy tan feliz... sí... por fin... lo he conseguido, necesito hacer esto bien, no puedo fallar... ¡de eso depende permanecer ahora mismo junto a unnie...!

[...]

Comprendí su situación, bajé inmediatamente a hablar con mi madre, le comenté el tema... el problema de Min-Jee, mi madre me apoyó con el hecho de que Min-Jee se quedase en casa, después de todo, ella había casi sido golpeada, imposible que regresase a su casa con una amenaza así.

No tenemos otras habitaciones vacías en casa, Min-Jee no iba a dormir con mi madre, así que decidimos que dormiría en mi habitación, en mi cama. No me agrada la idea de compartir una cama con Min-Jee... he hablado con ella y le tengo confianza, somos amigas y confío en que no es una mala persona, pero tengo inseguridad de dormir junto a ella... soy muy reservada con mi espacio personal. Aun así, me gustaría conocerla más a fondo...

La hora de dormir llegó, mi madre fue a acostarse y la casa estaba en silencio, seguramente ya estaba dormida. Mi padre llegaría en días más ahora sólo estaba mi madre de vacaciones.

Le presté un pijama de los míos a Min-Jee... ella ya estaba más recuperada, estaba más feliz, se le veía animada, más viva. Nos recostamos, ella se recostó a mi lado... me sentí en un principio incomoda, pero pensé en simplemente no mirarla mientras intentaba dormir.

[...]

Unnie finalmente se había dormido... ¡estamos compartiendo una cama! Soy la persona más feliz en este mundo, no puedo evitar sonreír... mi sonrisa es enorme ahora mismo, tengo el cuerpo de unnie Ha-neul cerca de mí... podría tocarlo, tocarlo como siempre he soñado... pero entonces, sólo arruinaría las cosas. Aún así, no puedo creer que mis mentiras me hayan traído tan lejos, que me hayan dado tantas oportunidades... ahora estoy un paso por encima de esa perra. Tengo que conquistar a unnie.

Me paré lentamente, intentando no hacer mucha presión sobre la cama, ella ya estaba dormida, fui consciente del pijama de unnie... lo tenía sobre mí, estaba vestida con su pijama... todo era como un sueño, es como si tuviese a unnie sobre mí, la miré fijamente, podría haber estado toda una eternidad mirando su hermoso rostro dormido... parecía una bella celebridad, su perfecto cabello negro, su atrayente piel blanca... unnie, eres tan hermosa.

Pero no puedo seguirte viendo, aunque lo deseo demasiado, ahora necesito aprovechar esta perfecta oportunidad.

Me acerqué con pasos silenciosos y delicados hacia su clóset, abrí cuidadosamente el cajón de más arriba y me pude encontrar con la bella ropa interior de unnie.

Era el momento de seleccionar un par al menos... esconderlo en algún lugar y en la mañana retirarlo del escondite para llevármelo. Sí, era necesario... mi felicidad, mi tranquilidad y sobretodo mi cordura, depende de ello.

Si no logro controlarme... ¿quién sabe a quién podría despedazar? Podría matarlos a todos, podría destruir a todos los seres humanos de este planeta para sólo quedarme yo y unnie, juntas.

Saqué la ropa interior, cerré el cajón y observé a mi alrededor algún lugar en donde pudiese esconder su ropa y en donde unnie no suela hurgar.

Observé un rincón detrás de su escritorio, que estaba lleno de polvo, no hay problema, dicen que el polvo está en gran parte constituido de células muertas de la piel. El polvo de esta habitación es parte de unnie... ¿por qué me molestaría? Sentía una satisfacción indescriptible, me regresé a la cama.

Observé a unnie, ella estaba acostada de espaldas, durmiendo tan profundamente... parecía un ángel. Entonces la melancolía interrumpió mi comodidad. Y me pregunté a mi misma, algo que estaba ahí... pero que jamás había analizado correctamente.

"¿Por qué ella no puede amarme tanto como yo la amo...?"