O c e a n s i d e

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ALEX
—¿Has visto a Daryl?.—le pregunté a Morgan.
—No.
—¿Qué te pasó?.—le pregunté viendo sangre seca en su oreja. Llevó su mano hacia su oído.
—Nada.
—Hace un rato que salieron, fueron con los Salvadores, ¿verdad?.—él asintió—¿Por qué crees que la vida de ellos significa algo?.
—La vida de todos significa algo.
—¿En el maldito fin del mundo?.—rodeé los ojos—Habla con Ezequiel, él te escuchará. No hay nada por lo cual detenerse Morgan.

Estuve practicando con las flechas un rato, fui con el niño rubio; que como ya dije por alguna extraña razón me llamó la atención. Su nombre era Henry, era hermano del otro chico ayudante de Ezequiel y su padre había muerto en una guerra. Le gusta que Morgan le enseñé a practicar lo que sea que hacen con ese bastón y es agradable.

Cuando cayó la noche estuve inspeccionando el lugar y fui a dar con la jaula de Shiva, el tigre de Ezequiel.
—Eres inofensiva.—le dije como si ella fuera a entenderme. Dejo que la acariciara un poco.
—Cualquier hombre que tenga un tigre por mascota, es inofensivo.—llegó papá.
—Apareciste.—no me respondió.
—No me has contado lo qué pasó.—hablaba de los Salvadores.
—¿Tengo que hacerlo?.
—Si quieres.—me estremecí de solo pensarlo.
—Aparte de los golpes no hubo nada más.—no tenía que saber todo, no tenia porque cargar con más sufrimiento.
—Ella me preguntó por ti.—me dijo.
—Así que Morgan te dijo dónde estaba y corriste a ella.—nos referíamos a Carol.
—Eso no es verdad. Ella es parte de la familia.
—¡Ella nos abandonó!.—mi padre me conocía lo suficiente como para saber que eso era de las cosas que más me afectaban cuando le tomaba cariño a alguien.
—No se te olvide todo lo que ha hecho por nosotros...por ti.
—No lo hago, yo nunca olvido. Pero la necesitábamos y no estuvo.
—Ella lo hizo por algo.—trataba de explicarme pero al ver que no dije nada empezó a ir hacia la salida.
—¿No le dijiste verdad?. ¿Sobre Glenn y Abraham?.—lo detuve y él me miró—De haberlo hecho ella estaría aquí.
—Era lo mejor.
—Quizá si, así es mejor.
—Voy a prepararme. Nos vamos mañana a primera hora a Hilltop.—fue lo último que dijo.

Habían pasado varios días desde que llegamos a Hilltop. Maggie, Sasha, Enid, Jesus y yo nos encargábamos de tener todo bajo control preparando todo para la guerra.
—Alex, ¿me acompañas?.—me dijo Maggie, no sabía a dónde pero aún así acepté.
Estábamos en el consultorio, le estaban haciendo un ultrasonido, fue imposible no pensar en Glenn, me volteé para que ella no notara mis lágrimas y luego me giré hacia ella de nuevo y la vi con una sonrisa en su rostro, eso me reconfortó un poco. El sentimiento de culpa volvía a mi, Glenn debería estar en mi lugar y yo en el de él. Lo único que quedaba hacer era cuidar de Maggie y de su bebé y era justo lo que haría.

—Lo que me pides...—le dije a Sasha—Entiendo porque lo haces.—ella pensó que le reclamaría—No puedo detenerte.—le extendí un pequeño mapa que había hecho sobre el Santuario con ayuda de Jesús.
—Gracias.—yo le moví la cabeza en forma de asentimiento.
—Siempre hay gente vigilando, quizá si van de noche logren sacar a Eugene y...matarlo.—le dije, Rosita también iría con ella.
—¿No le dirás a Maggie?.—di un suspiró.
—5 minutos antes de que te marches voy a contárselo.—ella me sonrió.

Estaba sentada en una esquina con las piernas abrazadas, vi como Maggie tenía la mirada puesta en papá quién se encontraba lejos de los demás haciendo flechas nuevas, ella tomo un plato con comida y se lo llevó. Antes de entrar de nuevo con el resto se limpió las lágrimas para que nadie la viera pero yo la noté. Quería abrazarla y hacerle sentir que no estaba sola pero yo me sentía tan mal como ella.

—Sasha, aún puedes quedarte.—le decía Jesús.
—Ya sé lo que piensas, pero no lo haré, Rosita tampoco.
—Maggie te necesita.
—Ya no más, los tienes a ustedes.—dijo mirándonos a todos.
—Aún...
—Jesús, es su decisión. No puedes hacer nada al respecto.—le dije interviniendo.
—No si se trata de su vida.—Sasha lo miró dándole a entender que no cambiaría de opinión, después de unos minutos mas él se resignó—Por lo menos díselo, se lo merece.—y se fue del cuarto.
—Sasha.—la llamé.
—¿Si?.
—No fallen.—la abracé fugazmente y me fui dejándola con Enid.

Una campana empezó a sonar, haciéndome poner en alerta.
—¡Vienen los Salvadores!.—gritaron, mierda.
—¡Por aquí!.—me encontré a papá y a Enid y nos metimos dentro de un ático porqué no había tiempo de salir por el atajo. Era como un almacén de frutas. Yo me fui a una esquina y Daryl y Maggie a otra. Un sujeto entró y estuvo mirando el lugar pero no nos descubrió. Papá se iba a acercar a él para matarlo pero Maggie lo detuvo. Cuando el sujeto salió nosotros nos a acercamos a la puerta para poder ver por los pequeños agujeros de esta.
—Daryl...—le habló ella—...ibas a matar a ese tipo.
—Él merecía morir.
—¿Por qué desde que llegaste no me diriges la palabra?. ¿Podrías mirarme?.—yo me puse incómoda.
—Lo siento.—dijo mi papá—Perdón.—se le quebró la voz.
—No fue tu culpa.—le dijo.
—Lo fue.
—No. Tu eres de las cosas buenas de este mundo. Eso era lo que Glenn pensaba, y el sabía lo que decía..—odiaba ponerme sentimental cada que tocábamos ese tema—Porque el también era de las cosas buenas. Yo también quiero acabarlos y colgar sus cabezas, pero quiero ganar.—y lo abrazó—Ayúdame a ganar.

Después de que los Salvadores se fueron y se llevaran al doctor, cosa que me preocupo por Maggie, seguimos con nuestro trabajo.
—¿Qué pasa?.—le dije a mi papá quien entró preocupado.
—¿Dónde están Sasha y Rosita?.
—Salieron...a matar a Negan.—me dirigió una mirada de negación.

Tara nos hablo sobre un lugar, Oceanside. Lo descubrió aquella vez que se perdió junto con Heath, la salvaron y no había dicho nada porque...no se muy bien porqué. El lugar estaba lleno de mujeres los Salvadores se encargaron de matar a todos los hombres. Tenían armas, bastantes armas y eso era justo lo que necesitábamos. Así que Rick propuso ir a saquear el lugar y cómo era de esperarse eso era justamente lo que haríamos.
Por fin había visto a Carl, pero no es necesario mencionar lo qué pasó.

—¡Todas de rodillas y con las manos en la cabeza!.—les dije al grupo de chicas que se encontraban ahí mientras las apuntaba con mi arma.
—No queremos hacerles daño, solo no se muevan.—dijo Carl con un tono calmado, tan amable como siempre.
—De acuerdo. Tomaremos sus armas y nos iremos.—llegó Rick—Nadie saldrá herido.
—Váyanse o ella muere.—llegó una mujer apuntándole en la cabeza a Tara, genial.

—Natania, no tienes porque hacer esto. Solo queremos tus armas y nos iremos.—le dijo el sereno Rick.
—Ellos enfrentarán a los Salvadores.—les dijo una chica morena a las demás.
—Morirás si me disparas. Nos llevaremos tu armas y nada va a cambiar.—dijo Tara.
—¡Rick!. ¡Caminantes!.—gritó Michonne quien se encontraba vigilando desde un árbol. Todos alzamos nuestras armas.
—¡Todos haciendo una barrera, pongan a las niñas detrás nuestro!.—decía Rick—Cuando yo diga empiezan a disparar.—algunas mujeres se nos unieron—¡Ahora!.
Todos disparamos hasta acabar con los caminantes. Algunas de ellas querían unirse a la guerra pero su líder no las dejo. Después de eso tomamos las armas y nos fuimos.

Cuando llegamos a Alexandria vi a Rosita, pero Sasha no estaba con ella.
—¿Donde está Sasha?.—ella no respondió, no era necesario.
—Tenemos visitas.—dijo y nos llevó a las celdas.
—¿Qué haces aquí, Dwight?.—dije yo bastante sorprendida y papá se lanzó sobre él pero Rick lo impidió. Cuando se calmaron Rosita explicó que hacía aquí.
—Dice que quiere ayudarnos.
—¿Es cierto?.—preguntó Rick.
—Si.
—Bien.—dijo él—De rodillas.—levanto el arma—¿Por qué?.
—Porque quiero a Negan muerto.
—¿Y por qué no lo matas tú?.
—No podría, todos son Negan. Pero piénsalo, estoy dentro puedo hacer como si nada hubiese pasado. Mañana ellos vendrán a atacarlos, camiones y más de 20 Salvadores.
—La chica que mataste.—dijo Tara con odio—Tenía nombre, era Denisse. Era doctora, ayudaba gente.
—No le apuntaba a ella.—dijo Dwight y papá lo lanzó contra la pared reteniéndolo y poniendo un cuchillo sobre su cara.
—¡Hazlo!.—le gritó Tara.
—Antes le pertenecía a Negan, pero por otra persona. Ahora ella ya no está, ella me ayudo a salir de ahí y a ustedes también.—dijo él mirándome, era obvio que hablaba de Sherry.
—¡Tu la conociste Daryl!. Hazlo.—seguía insistiendo Tara.
—Si quieres hacerlo, adelante.—algo de mi sabía que Dwight no mentía aunque el odio que sentía hacia él no cambiaba.
—O podemos utilizarlo para acabar con Negan.—dijo Jesús, por poco olvidaba que él estaba aquí.
—Dinos el plan.—dijo Rick.

—Si nos esta engañando es el fin.—le dije a Carl viendo a Dwight salir.
—O el comienzo.

TWD-Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora