E l n u e v o c o m i e n z o

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ALEX
—Mirate, eres popular.—le dije a mi papá, pues todos lo saludaban alegremente.
—¿Qué puedo decir?.—yo rodeé los ojos.
—Están ricas.—le dijo a Carol comiendo algo que ella había preparado.
—Para que lo sepas ya me caías bien.—le dijo ella bromeando. El chasqueó los labios.
—Hola, señor Dixon.—se acercó Patrick—Sólo quería agradecerle por todo lo que ha hecho por nosotros. Ese ciervo que trajo fue algo muy amable. Quisiera estrechar su mano.—papá lo miró extraño, se lamió todos los dedos y le dio la mano yo solo los miraba con asco; si yo fuera él jamás lo habría hecho—Oye, Alex.—se dirigió a mi—¿Qué harás por la tarde?.
—Seguro estaré ocupada.—sentía las miradas de Carol y papá sobre mi. Que incomodidad.
—Ah.—se rascó la nuca—Pensaba que podíamos...
—No, no puede.—dijo papá interrumpiéndolo—Ahora sigue haciendo lo tuyo niño.—Carol veía la escena divertida.
—Alex cariño, cuida esto. Tengo que enseñarle algo a tu padre.—se refería a la "cocina", asentí con la cabeza.

—¿Cómo haces todo esto a la vez?.—le pregunté luego de que regresó.
—No lo sé, solo me sale.—me dijo alabándose.
—Hola, Alex.—me saludó Carl.
—Hola, Carl.—le dije alegre.
—En la tarde podemos ir a leer las nuevas historietas que me trajo Michonne.
—¿Ya regresó?.—él asintió—¡Genial!. Por supuesto, mini Grimes.—se alejó luego de mi respuesta—¿Qué?.—le dije a Carol quien me miraba con una expresión rara.
—Oh no, nada solo creí que ibas a estar muy ocupada.—me dijo sarcástica, rodeé los ojos y me fui. Que pesados todos.

—Hey.—salúde a Michonne—¿Qué tal te fue?.—me refería más a la búsqueda del gobernador; ella y papá solían hacer salidas de varios días para ver si lo encontraban y matarlo pero hasta el momento no habían dado con su paradero.
—Nada.—me dijo—pero traje tus golosinas.
—¡Eres la mejor!.—dije tomando mis golosinas.
—Ya lo sé.—me dijo riendo.

—¿Vas a salir de nuevo?.—le pregunté a papá.
—Si, tengo que.—no me hacía nada de gracia que saliera todo el tiempo. Es decir, algunas veces él y yo salíamos a cazar pero era cerca. Ahora era mucho más lejos, pues ya no teníamos ni medicamentos ni nada.
—Bien, cuídate.—me asintió.
—¿Te irás otra vez?.—oí que le dijo Carl a Michonne.
—Si.—dijo ella.
—Pero acabas de llegar.—le dije yo metiéndome en su conversación.
—Y volveré.—nos dijo.

CARL
La prisión se había convertido en un lugar relativamente seguro. Habíamos reforzado la seguridad, teníamos un par de doctores, gente que se encargaba de mantener el lugar funcionable y habitable. Carol, que se encargaba de la cocina. Beth, que cuidaba de Judith. Daryl y Michonne, que salían de expedición con otros. Por último yo y papá, que trabajamos en la tierra y la engorda de los cerdos.
Me había quitado mi arma desde aquel día y no sabía hasta cuando me la iba a dar. Realmente me estaba esforzando por ser mejor persona; como se lo había prometido a mamá. Mi relación con Alex era cada vez más fuerte. Era algo así como mi mejor amiga, le había contando lo de Shane, el día que murió mamá la promesa que le hice y la que me hice a mi. Ella también me contaba de cosas de su pasado y ahora entendía mejor su forma de ser y la relación extraña que llevaba con su padre.
Las cosas habían cambiado, nosotros habíamos cambiado y la prisión se había convertido en nuestro hogar.

—¿Que tiene Viollete?.—le pregunté a papá por la cerdita que se veía enferma.
—Carl, ya te dije que no les pongas nombres. Ya no son cochinitos, son comida.
—Pensaba que hasta que...
—No sé que tiene, seguro está enferma.—me dijo—Oye, ¿por qué no vas con Patrick o Alex?. Ve a leer tus historietas y lee algún libro. O ve a escuchar cuentos.
—Papá, eso es para niños.—lo miré ofendido, por lo último que dijo.
—Si.—me dijo como si fuera obvio.

Alex había salido con mi papá, así que no tuve otra opción que estar con Patrick, pero luego se fue a leer y me quedé solo. Me escabullí en la biblioteca, la verdad era que me causaba un poco de curiosidad ver qué era lo que hacían, pero Carol solo les leía libros infantiles o eso era lo que yo creía.
—Hoy toca hablar de cuchillos.—les dijo.
—¿Puedo hacer la guardia señora?.—le preguntó un niño. Pero para ese momento yo ya me encontraba detrás de los estantes.
—Si, por favor.—le dijo ella—Les enseñaré cómo utilizarlos, como sostenerlos, como...—se quedó callada en cuanto me vio. Yo salí de ahí, tenía que contárselo a papá.

ALEX
—Voy contigo.—le dije a Rick.
—Tu padre no está.—rodeé los ojos, pues obvio que no está, ya lo sé—Le pregunté antes de marcharse si podía salir contigo y él me dijo que si.
—Bueno vamos, ¿traes tu arma?.—asentí.
—¿Y tu?.
—Tengo mi cuchillo.
—¿Aún sigues desarmado?. Bien por suerte iré yo contigo hoy.—él río.

Íbamos caminando por el bosque y él me contaba de su cerdo enfermo. Estábamos viendo si podíamos encontrar algunos animales o cazar algunas ardillas. Vimos un jabalí que al parecer estaba enfermo y unos pasos sé escucharon, Rick llevó su dedo a sus labios indicándome silencio y cada uno se escondió detrás de un árbol, vimos que era un caminante y seguimos.
—Esperen.—me quedé helada, al igual que él—Por favor, esperen. Por favor.—volteamos con el arma en mano, con que si traía su arma—Se que no me conocen.—nos relajamos al ver que era una persona, aunque realmente no lo parecía—Pero podrían ayudarme a llevar este jabalí, mi esposo y yo llevábamos días sin comer.—Rick le dio algo que sacó de su bolso y se lo entregó—Gracias. ¿Tienen un campamento?.—Rick me miró y yo negué con la cabeza.
—Si.—lo miré con reprobación.
—¿Creen que Eddie y yo podríamos ser parte de el?.
—Primero tengo que conocerlo y hacerles unas preguntas, a ambos.—ella asintió—¿Estas armada?.—y ella negó. Él me hizo una seña para que la revisara.
Eso estaba haciendo cuando llegue a su cintura y le saqué un cuchillo volteé a ver a Rick, seguí revisando pero ya no había nada, le entregué el cuchillo a él.
—Escucha, si intentas algo, lo que sea, te irá muy mal.—le dijo entregándole su cuchillo de vuelta.
—Ya no tengo nada que perder.
Llegamos al lugar donde estaban pero no veía a su esposo por ningún lado.
—Tranquiló cariño, ya llegue.—decía.
Me dediqué a observar la casa de campaña y no me di cuenta que Rick se descuidó.
—¡Rick, cuidado!.—la loca intentó atacarlo con el cuchillo pero él se dio cuenta gracias a mi grito y la aventó.
—Lo siento, es que él está tan débil, lleva días sin comer. Yo no habría sobrevivido sin él. Sabía que si les decía eso, los traería más fácil.—comenzó a llorar—Déjenme estar con él, no lo terminen.—se clavó el cuchillo.
—¡No!.—gritó Rick y se llevó los dedos a su cabeza. Yo puse el seguro de mi arma y la guardé y luego él hizo lo mismo.
—¿Cu-cuáles eran las...—tosía—las preguntas?.
—¿Cuantos caminantes has matado?.
—Eddie los ma..mató a to...dos.
—¿Cuantas personas has matado?.
—So...solo a...mi.
—¿Por qué?.
—Porque no puedes re...recuperarte de...estas cosas.
—Vámonos.—me dijo luego de que ella murió y nos alejamos con su brazo en mis hombros.

—Alex, ven aquí.—me habló mi padre.
—¿Sucede algo?.—le pregunté saliendo de mi celda.
—Así que yo te di permiso de salir con Rick.—mierda.
—Es que yo...
—¡Pudo haberte pasado algo!.—me gritó.
—¡Pero no pasó!.
—Estas castigada.—dijo serio.
—Ja, no puedes castigarme.—le dije sin creerle.
—¿Ah no?. No más salidas ni a cazar ni a lo que sea, vas a ayudar a Rick y a Carol y me darás tu arma, con el cuchillo es suficiente.
—¡No puedes!.—le grité.
—Esto lo hago por tu bien, debes de crecer como una niña normal, solo tienes 13 jodidos años.—me dijo, tratando según él, de hacerme entender que se preocupaba por mi.
—¿En serio?. Una niña normal, dime ¿cuando mi vida fue normal?. Yo tenía que cuidarme sola porqué tu estabas ebrio y no podías ni cuidar de ti. Estamos en un maldito Apocalipsis y que crees papá, ¡ahora puedo cuidarme sola, no necesito de ti!.—me alejé de ahí lanzando el arma a una de las mesas. Me arrepentí de decírselo en cuento vi su cara, realmente no quería hacerlo pero me había enojado tanto que lo dije sin pensar. Últimamente me pasaba lo mismo, hacia las cosas sin pensar. Es la adolescencia, fueran las palabras de Maggie cuando le conté como me sentía, pero no me ayudó mucho a solucionar mi problema.
Me fui a dormir y no supe nada más.

TWD-Carl Grimes.Where stories live. Discover now