E l s a n t u a r i o

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ALEX
—Voy a matarte.—le dijo Rick.
—Lo siento que dijiste, debes hablar más fuerte.—le dijo Negan.
—Tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero voy a hacerlo.—Negan sonrió al escucharlo.
—Simón, ¿cuál era su arma?. ¿Un cuchillo?.
—Un hacha.—le dijo el maldito de Simón.
—¿Un hacha?. Simón es mi mano derecha, es muy importante tener una. Porque de lo contrario tendrías demasiaaaado trabajo. Dime Rick, ¿tú tienes una?. O acaso yo la...—e hizo un sonido con su boca. Se llevó a rastras a Rick—Ya vuelvo. Que no se muevan si no obliguen a la niña a sacarle el otro ojo a su novio.—se marcharon de ahí.

No sé cuánto tiempo pasó, pero ya había amanecido, todo estaba en silencio, estábamos recuperándonos o tratando de asimilar todo lo que había pasado. Volteé a Carl y él me miraba fijamente. Mierda, era un año más chico y era más fuerte que yo en todos los aspectos. Quería ir a abrazarlo y que me dijera que todo saldría bien, pero no podía.

Rick y Negan llegaron, este último arrastrando a nuestro líder.
—¿Por qué fuimos a dar un paseo, Rick?.—habló Negan, pero Rick permaneció callado—¡Respóndeme cuando te hablo!.—le gritó.
—Si.—apenas y se escuchó la respuesta.
—Bien.—dijo más calmado—Fuimos a dar un paseo porque no me gustaba la manera en que me mirabas y...¡me sigues viendo de la misma maldita manera!. Así que va la prueba de fuego. Apúntenle a todos con un arma.—y sus hombres obedecieron su orden—Justo a la altura de la nariz para que si disparan sea todo un verdadero desaste. Ahora Rick, este momento es determinante porque así sabrás si este mal día será el último mal día para todos o si solo será otro maldito día más.—dijo alzando la voz—Niño, ven aquí.—yo me tensé inmediatamente—Niño, ahora.—la mirada de Carl y la mía se cruzaron y Negan solo sonrió con cinismo—¿Eres zurdo?.—le preguntó a Carl cuando estaba de pie junto a él.
—¿Que?.—preguntó confundido, al igual que todos nosotros.
—¿Que si eres zurdo?.
—No.
—Bien.—le amarró su cinturón alrededor de su brazo—Ni lo pienses.—me señaló con su dedo al notar que quería levantarme de mi lugar—¿Te duele?
—No.—le contestó Carl.
—¿No?. Pues debería.—y seguía con su maldita sonrisa cínica—Acuéstate, al lado de tu papi. Simón, ¿tienes un marcador?
—Claro.—le contestó el otro sujeto y le lanzó el marcador, a esas altura yo ya sabía lo que estaba planeando. Y cómo lo pensé, trazó una línea en su brazo.
—NO.—le dije y él me sonrió cínicamente.—Tranquila niña, no se va a morir.
—No, por favor.—suplicaba Rick—Llévame a mi.—decía llorando.
—Lo siento Rick, pero es la única manera o si no todos morirán, Carl morirá, los de Alexandria morirán y a ti te dejaré un par de años vivo para que reflexiones.
—No.—seguía diciendo Rick—No lo hagas.
—Oh no, yo no haré nada, tú lo harás.—maldito Negan—No tomar una decisión, es tomar una gran decisión—dijo gritándolo.
—No tienes que hacerlo, por favor. Ya entendimos.—habló Michonne.
—Oh si, ustedes entendieron pero no estoy seguro si Rick también.—odiaba a este tipo más que a cualquiera en la vida—Date prisa Rick, no se desangrara, tenemos un buen doctor, sobrevivirá. Probablemente.—y volteó a verme mi cuando dijo lo último.
—Nooo.—Rick entro en una crisis, solo negaba y lloraba.
Me empezó a faltar el aire cuando tomó el brazo de Carl, estaba a punto de hacerlo cuando Negan dijo que parara.
—Bien, esa es la mirada que quería ver.—dijo satisfecho—Ahora tú me perteneces. Tu trabajas para mi.—sentía demasiado coraje al ver la forma en que humillaba a Rick—¡Respóndeme cuando te hablo!.
—S...si.—decía él.
—Bien, eso es. Bueno, fue un placer, nos vemos cuando vaya por mis cosas, les dejaré una camioneta, no la pierdan.—dijo—Dwight, trae a la Niña.—yo abrí mis ojos y el cara quemada me tomo de la cintura mientras yo intentaba safarme pero me aventó a una camioneta.
—Nooo.—oí a Carl.
—Déjala.—habló mi papá con un tono que hasta a mi me espantó.
—También a Daryl.—dijo Negan—Ellos me caen bien sabes, los llevare conmigo. No son unas gallinas, como a alguien que conozco.—escuche lo que le decía a Rick.
—No tienes...
—Shhh, ellos son míos, igual que tu.
Vi a Carl, probablemente por última vez y él me miró triste sin saber que era lo que nos esperaba.

Cuando llegamos al Santuario, así era como los salvadores lo llamaban, nos separaron a mi padre y a mi. Lo único que podía hacer era llorar por todo lo que había pasado y por lo que estaba apunto de pasar.
Estaba en un cuarto, estaba oscuro y estaba atada a una silla de la cual estaba intentando safarme. Se escuchó que abrieron la puerta y Negan apareció con un hombre detrás de él.
—Hola, mi pequeña psicopata.—dijo él pero yo permanecí callada—¿Sabes por que estás aquí?.—seguía sin responder—Odio que me ignoren.—yo solo podía mirarlo con odio, el sonrió—Ven, quiero que veas algo.—me desató de la silla y me llevo a otra parte del Santuario.

Había una docena de mujeres, con vestidos cortos y con miedo en sus rostros, algunas no todas.
—Todas ellas son mías.—me susurró Negan—¿No es genial?.—yo lo miré con miedo—No, no, no. Tampoco soy un degenerado Alex, solo quería que las vieras para que notases que no eres la única mujer y te sintieras más cómoda. A ti te quiero más como Arat.—yo me quedé con cara de confusión—Mas tarde la conocerás.—no dejaba de sonreír.
Fuimos a recorrer el Santuario y me enseñó la forma en la que trabajaba, fuimos a ver su habitación la cual estaba perfecta.
—Todo esto puede ser tuyo, Alex. Tu y tu novio tienen un gran potencial.
—¿Por qué?.—hablé por primera vez—¿Por qué haces esto?.
—Alex, tú y Carl son el futuro del mundo. Imagina todo lo que podríamos hacer juntos. El mundo sería nuestro. Negan con el asesino serial y la pequeña psicopata, la pareja perfecta.—dijo esto alzando sus manos como si dijera un título de película, a veces este hombre volaba muy alto. Yo lo miraba como si estuviera loco—Es la verdad y lo sabes, solo tienes que convencerlo. Y contestar a mi pregunta. ¿Quién eres?.
—No voy a arrodillarme, no voy a trabajar para ti, no voy a ser una estupida lambe botas más. Púdrete.—y le escupí en la cara. Levantó la mano y yo me hice hacia atrás esperando su golpe.
—Dios, ¿que clase de hombre crees que soy?. Yo no golpeo mujeres. Pero Arat si.—una mujer apareció, era alta, tenía aspecto rudo.
—Arat, dale una lección.

TWD-Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora