E l i n i c i o q u e d e s a t o el c a o s

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ALEX
—Debemos pelear contra ellos, como siempre lo hemos hecho, tarde o temprano nos encontrarían, como lo hicieron los lobos, como lo hizo Jesús. Los salvadores nos matarán si nosotros no atacamos primero...—decía Rick.
Su visita a Hilltop había conseguido un trato, ellos nos darían provisiones; ya que no teníamos nada y nosotros mataríamos a los salvadores; gente que se apodera de los grupos y toma todo lo que se le antoja, según lo que decía Rick—...ellos no se darán por vencidos, pero los acabaremos como hemos hecho con todos.—yo escuchaba atenta a lado de mi padre—Si alguien no está de acuerdo que lo diga.
—¿Estas seguro que lo lograremos?.—preguntó Morgan, quién se encontraba en la parte de atrás.
—Siempre lo hacemos.—dijo Rick—Ellos vendrán.
—Incluso si están muertos.—seguía insistiendo Morgan.
—Los detendremos.
—Donde hay vida, hay...
—Una oportunidad de que nos maten.—lo interrumpió el ojiazul—Casi lo hacen con Daryl, Abraham y Sasha, no se van a detener. Bien, Morgan quiere que hablemos primero con ellos, si alguien más no está de acuerdo que hable ahora.—nadie dijo nada hasta que Aarón se levantó.
—Yo no cometeré el mismo error otra vez.
—Bien, entonces está decidido.—y salió a avisarle a los demás.

Íbamos saliendo de la iglesia cuando mi padre me llamo.
—Alex, ven.
—¿Si?.—le dije incómoda.
—¿Tu y Carl?.—me dijo—¿Están juntos?.
—Si, como siempre lo hemos estado.—solté un suspiro—Escucha papá, entre Carl y yo no hay nada, solo estamos juntos porque siempre es así, no hay nada de lo que tengas que preocuparte así que no hagas esto mas difícil ni para ti ni para mi de acuerdo.—le mentí porque era más fácil así.
—Bien.—dijo un tanto aliviado—Ya me voy.
—Espera.—le dije—¿Crees que esto es una buena idea?.
—Solo hay que acabarlos, tarde o temprano lo haríamos.—yo asentí y él se alejó. Amaba las charlas con mi padre, eran taaaan interesantes.

—¡CHICOS!.—nos gritó Rick—¿Dónde estaban?.—Carl y yo nos miramos sin saber que responder y titubeamos—Bueno como sea, necesito que me hagan un favor. Ya no tenemos medicamentos y en realidad no tenemos nada y la farmacia está a unos 15 minutos de aquí, ¿podrían ir allá?. Solo ir y venir, nada de distracciones, ¿de acuerdo?. Tu padre ira a otro lado también—me dijo—Con Denisse y Rosita y Eugene.
—Relájate sheriff, yo lo cuido.—le dije mientas me daba la lista.
Fuimos por unas mochilas y salimos hacia la farmacia.

—Es gracioso, ¿no?.—dijo tomando mi mano y entrelazándola con la suya.
—¿Qué cosa?—pregunte confundida.
—Tu padre y mi padre, tú y yo. Dixon y Grimes.—me decía tratando de darle lógica a su explicación
—Si bueno, yo creo que ellos no tienen este tipo de relación.
—Si tienes razón.—me dijo riendo—Pero sabes a lo que me refiero tonta.
—Si ya lo sé.—y reí.
—Me gusta cuando ríes. Te ves menos...amargada.
—Eres un idiota, mini Grimes.
—Me amas.
—Suéñalo.
—Oye.—lo jalé y seguimos caminando, amaba estas charlas, las que no eran de cuánto más lograríamos sobrevivir o las tragedias por las que pasábamos simplemente hablábamos y nos divertíamos como dos personas normales.
—Mini Grimes.—le dije vacilante.
—¿Si?.
—¿Realmente que somos?.
—Pues...bueno.—dijo acomodándose el sombrero—Realmente no lo sé, ¿novios?Supongo que es un buen término, ¿o no?.—dijo al ver que yo no hablé.
—Si, si claro que es un buen término.
—¿Debemos decírselo a alguien?.—me preguntó.
—Mientras tú y yo estemos bien, no hay necesidad que otros se enteren. Imagina lo difícil que sería decirle a nuestros padres.—sacudí la cabeza de solo pensarlo.
—Tienes razón.—imito mi acción—Te amo, Alex.
—Y yo a ti, Carl.

—Bien yo iré aquí y tú ve de aquel lado.—me dijo.
—Bien.—estaba metiendo en la mochila todo lo que según yo veía útil porque Carl se había llevado la listas. Vendas, alcohol, jeringas, medicamentos, condones...espera ¿que?. Me le quede mirando a Carl quien tenía la caja de condones enfrente de mi cara para que me explicara para que carajos quería unos condones.
—¿Los llevamos?.—y yo torpemente abrí la mochila para que los echara.
Yo nunca iba a tener mi primera vez como una chica normal, no sabría si sería espantoso o como lo pintan en las películas y eso me enojaba bastante. Sin darme cuenta ya estaba saliendo de la farmacia sin esperar a Carl.
—¡Alex!. Espera.—y me tomó del brazo—Oye lamen...— una voz nos interrumpió.
—Vaya, vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí?.—inmediatamente sacamos las armas. Dos hombres con un aspecto desagradable se acercaron a nosotros—Un sheriff y una preciosa chica.—dijo mientras se acercaba amenazante y a mí se me revolvía el estómago.
—No queremos problemas.—dije.
—No los tendrán en cuanto hagan lo que les diga. Así que bajen sus armas.—pero no lo hicimos.
—Haz lo que te dice, linda.—apareció otro hombre apuntándole en la cabeza a Carl y sin más remedio bajo el arma y el primer tipo la quito de mis manos y luego la de Carl.
—Bien.—decía mientras tocaba mi mejilla—Ahora tú y yo nos divertiremos un rato.—podía ver cómo Carl estaba furioso pero no podía hacer nada, el tipo seguía apuntándole.
—No me toques.—le dije quitando su mano pero él me pegó contra la pared inmovilizándome por completo.
—Suéltala.—dijo Carl con enojo.
—Ay no, son novios.—dijo el tipo que le apuntaba—Pues espero que lo hayan hecho antes que mi amigo.—el tipo me empezó a tocar.
—¡No!. ¡Déjenla ir!.—decía Carl desesperado—¡No la toquen!.—él idiota lo tenía inmovilizado contra el suelo.
Voltee a ver a Carl y lo miré para que entendiera que nada malo iba a pasar.
De un cabezazo hice que el estupido que estaba detrás de mí me soltara, le di un codazo haciendo sangrar su nariz y rápidamente lo patee entre la pierna quitándole su arma. Mientras Carl, logró escapar, no sé cómo, del agarre del tipo hizo lo mismo con él disparandole en la cabeza al que anteriormente le apuntaba. Estaba apunto de dispararle yo al otro pero Carl me hizo a un lado.
—Yo lo hago.—y vacío el arma contra él.
—Ya basta.—le dije y me abrazó pidiéndome disculpas.
Tomamos las mochilas y volvimos sin decirle a nadie lo ocurrido.

—Alex.—me llamó Carl, yo estaba sentada en mi cama.
—Vete Carl, déjame en paz.
—Lo siento mucho.—me pidió—Yo...
—Solo quiero estar sola.—le dije algo molesta.
—Escucha, yo.—sus puños se cerraron con furia.
—Carl...—le dije poniendo mis manos sobre las suyas, tratando de tranquilizarlo—Lo qué pasó no es tu culpa. Es solo que...se me revuelve el estómago pensando en eso y tu disculpándote todo el tiempo no ayuda en nada, solo quiero olvidarlo ¿es mucho pedir?.
—No, tienes razón. Soy un egoísta, se lo que se siente.—me dijo avergonzado.
—¿Que?.—le dije abriendo los ojos.
—Aquella vez, cuando pasó lo de la prisión, cuando todos nos separamos, unos hombres nos atacaron.—pasó saliva recordando el momento—Un tipo quiso abusar de mi.—yo cerré mis ojos—Pero tu papá llegó y los detuvo, al final pudimos salvarnos de esos imbeciles.
—Cariño, ven aquí.—le dije haciendo espacio en mi cama—Lo siento Carl, ¿por que no lo dijiste antes?.
—¿Tu lo hubieras hecho?.—yo negué. Estuvimos un buen rato así—¿Supiste lo qué pasó?.
—Si, cuando Tara se entere será horrible.
—Lo se.

Luego de la lucha con los salvadores, tomaron por rehén a Maggie y a Carol, las rescataron enterándose que el lugar que habían atacado no era el único donde radicaban los salvadores. Antes de volver a Alexandria, un grupo se separo para ir a buscar cosas que nos sirvieran, Tara, Heath y no sé quién mas conformaban ese grupo. Denisse había muerto a causa de un salvador, al que papá ya conocía, el grupo tardó una semana más en llegar y en ese entonces no lo sabíamos, pero no tardaría en comenzar nuestro verdadero infierno.

TWD-Carl Grimes.Where stories live. Discover now