R e e n c u e n t r o

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ALEX
Después de que Negan se llevara a Carl yo volví a mi celda, me sentía terrible por todo lo que estaba pasando. Tenía miedo de lo que le pudiera hacer a Carl, me enojaba lo que le hacía a mi padre.
—Alex.—era la voz de Sherry.
—Sherry, ¿qué sucede?.—le pregunté, parecía nerviosa.
—Tienes que salir de aquí, ahora. Es tu oportunidad.—hablaba rápido—Negan y los demás han salido con el muchacho. Es ahora o nunca Alex, esta es la llave de la puerta de tu padre, solo ve por el pasillo a la derecha y lo encontrarás. Buena suerte.—me tendió mi cuchillo y me abrazo fugazmente.
—Sherry, espera.—la detuve antes de que se fuera—¿Qué pasará contigo?.
—Yo estaré bien, ya tengo un plan. Ten cuidado.
—Sherry...gracias.—ella me sonrió y rápidamente nos separamos para continuar con nuestros planes.

Encontré la puerta donde estaba papá, la abrí y en cuanto lo vi me lancé a llorar a sus brazos.
—Tenemos que salir de aquí.—le dije secándome las lágrimas.
—¿Qué fue lo que te hicieron?.—preguntó furioso.
—Eso no importa ahora, debemos escapar. Negan no está, es nuestra oportunidad. Vamos.—se levantó y empezamos a correr por los pasillos.

Iba corriendo pero sentí como mi padre me jalo antes de que pudiéramos ser vistos. Rápidamente entramos a un cuarto, esperamos a que los que estaban afuera se largaran mientras mi padre se devoraba una crema de maní. Se quitó la playera sucia que tenía, pude ver sus cicatrices de antes y los golpes que recién tenía, se colocó otra camisa encima. Salimos de ahí tratando de que no nos vieran. Tomamos un pedazo de metal que estaba por ahí para defendernos y salimos esperando que nadie nos viera, había varias motos ahí, estábamos apunto de subirnos a una cuando el gordo Joey apareció, yo comencé a temblar y las lágrimas volvieron a caer por mis mejillas. Al parecer papá lo notó porque caminó hacia él furioso.
—Oye, tranquilo. Yo sólo trato de sobrevivir igual que tú. No dire nada. La puerta está por allá...—antes de que pudiera terminar papá lo golpeó hasta matarlo.
—Daryl. Alex.—volteamos al lugar de dónde provenía la voz, era Jesús.—Debemos irnos, tengo las llaves.—se refería a la moto—Andando.—y partimos camino a Hilltop.

Cuando llegamos a Hilltop vi a Maggie, sinceramente no podía verla a los ojos, no quería ni imaginar cómo se sentía mi padre.
—ALEX. DARYL.—corrió hacia nosotros y nos abrazó, no podíamos dejar de llorar. Jesús solo veía la escena conmovido.
Cuando vi a Sasha igual la abracé, me sentía muy mal por ellas, el solo hecho de pensar que podía perder a Carl me afectaba demasiado, ellas lo estaban pasando fatal. Alejé los malos pensamientos de mi cabeza.

Ya había tomado una ducha y me había puesto ropa limpia. Estaba con Sasha, Maggie e Enid. A decir verdad, estaba bastante incómoda, en especial cuando Sasha e Enid salieron dejándonos solas a Maggie y a mi.
—¿Qué fue lo que te hicieron, Alex?.—me preguntó tomando un mechón de mi cabello poniéndolo detrás de mi oreja.
—Nada que importe ya. Ya he soportado violencia antes.—tomó mi cara e hizo que la mirara, las lágrimas amenazaron con salir.
—Lo que sea que les hayan hecho, van a pagar, por eso, por Glenn, por Abraham y por todo.—bajé la mirada y salí de ahí.

Fui a las tumbas de Abraham y Glenn y comencé a llorar. Ambos se habían ganando un lugar en mi corazón. Me arrodillé frente a una de las tumbas—Cabeza de zanahoria.—no pude contener mi llanto—Lamento tanto tanto lo que te pasó. Eres...eres el mejor puto soldado que conocí y él peor haciendo chistes, como sea, se que no me escuchas pero solo quería decirte que voy a extrañarte mucho. No pienses que tú muerte no dolió, duele como la mierda, pero haremos que valga la pena.—solté un suspiro. Volteé a la tumba que tenía los globos verdes, supuse que era la de Glenn—Lo siento mucho, Glenn.—comencé a decirle con la voz entrecortada debido al llanto—No puedo mirar a Maggie a los ojos, papá se siente terriblemente culpable y yo también. No te he hablado en todo este tiempo porque hay una vocecita; no muy lejos de la realidad, que me dice que tu no vas a escucharme.—le decía a la tumba—Sé que aunque pida que regreses, no lo harás. Sé que aunque quiera escuchar tu risa una vez más, no la escucharé.—a este punto ya no podía controlar mi llanto—También que si deseo ver tu sonrisa una vez más mientras me dices que todo estará bien, no la veré. Sé muy bien que tú te has ido y no regresarás. Así es la muerte, ¿no?.—hice una pausa—Tú sigues aquí conmigo, igual que Merle, Andrea, Hershel y ahora Abraham.—volteé hacia su tumba—Supongo que eso está bien. Eres el coreano más terco que he conocido, pero gracias a ti no me di por vencida. Cuando estábamos perdidos, en las vías.—sonreí recordando ese momento—Me diste esperanza, incluso cuando encontramos a Maggie no me hiciste aún lado, como lo habría hecho cualquiera, cuidaste de mi. Pero tú no eras cualquiera.—comencé a llorar de nuevo—Juro que voy a vengar tu muerte, todos lo haremos, Glenn. Voy a extrañarte tanto, tu me salvaste, y no solo a mi, a todos nosotros, perdóname por no poder haber hecho lo mismo. Tú me dijiste una vez que sobrevivir no lo es todo si no tienes un motivo, y tu eres mi motivo Glenn, sigo viva y tu sigues aquí, en mi corazón. ¡Gracias!.—lloré al saber que jamás volvería a verlos.

Escuché unos pasos y levanté mi vista era Maggie, rápidamente bajé mi mirada al suelo—Se supone que debí haber sido yo.—le dije. Ella se acercó y me abrazo.
—No digas eso.—dijo molesta.
—Es la verdad. Lo siento tanto Maggie—dije llorando en su pecho, jamás me había mostrado tan débil ante alguien que no fuera Carl o mi padre—¿Puedes perdonarme?.
—Alex.—hizo que la mirara, ella también lloraba—No hay nada que perdonar.

—¿Se puede saber que carajo hacías allá?.—le pregunté a Jesús quien se acercó a mi.
—Tenía un plan, ver cómo era el Santuario.—me explicó y yo vacilé por unos instantes.
—Eres lo único bueno de este lugar.—le dije y me alejé de ahí dejándolo con la palabra en la boca.

Estaba sentada debajo de un árbol viendo Hilltop. Enid se sentó junto a mí.
—Carl...—empezó.
—Si, ya supe lo que hizo. Lo vi pero Negan se lo llevo, no sé qué más pasó.—le dije.
—Intenté detenerlo, pero él estaba decidido a ir a salvarte.
—No hay problema.
—Me alegra que estes aquí, que ambos estén aquí.—y yo solo moví mi cabeza en forma de agradecimiento.
—¡Sasha!. ¡Enid!.—escuché a Maggie gritar, ella sin pensarlo se levantó y yo iba detrás de ella, luego aprecio papá y Jesús detrás de mi. Vimos a Rick, Michonne, Carl, Rosita y Tara que abrazaban a Maggie y se decían unas cosas. Papá salió sigilosamente y yo hice lo mismo detrás de él. Rick sin pensarlo corrió a mi padre y lo abrazó. Carl hizo lo mismo conmigo, solo que yo lo detuve y lo besé tomando su rostro con mis manos, pegué su frente a la mía y él me tomó de la cintura. Lo abracé llorando en su pecho, entonces pensé, mierda, besé a Carl enfrente de todos.
Él se separó de mi y Michonne se acercó para dejar besos por toda mi cara y abrazarme fuertemente. Parecía una jodida escena de película, todos llorábamos. Tara me abrazó también diciendo que le alegraba tenerme de vuelta y por último Rick me miró pidiendo disculpas, dejo un beso en mi cabeza y me dio un fuerte abrazo.
Papá le tendió una arma, la misma que le había quitado a Joseph y él lo miró agradecido.
No sé si no vieron o prefirieron ignorar el beso entre Carl y yo, pero no dijeron nada. Nos mirábamos unos a los otros, estábamos jodidos, pero estábamos juntos y nada nos detendría.
Nos adentramos a la oficina, había que hablar con Gregory y llegar a un acuerdo, teníamos mucho por resolver. Carl y yo entrelazamos nuestras manos y caminamos detrás de ellos. Me sentía aliviada al saber que no le pasó nada malo y que lo podía tener de nuevo, junto a mi.

TWD-Carl Grimes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora