04. Corazón herido

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≪•◦ 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐭𝐡 𝐊𝐢𝐧𝐧 ◦•≫

Respira...

Su respiración estaba agitada aún, pero no tanto cómo minutos antes en el salón de clases, el lobo tenía razón, tal vez por eso había tenido problemas desde que había empezado a convivir con estudiantes, desde siempre, producto de su falta de control ella había causado miedo en las especies más pequeñas, al ser la especie más grande de entre todos los felinos, siempre había sido temida, a pesar de ser omega.

El tigre siberiano era el más grande de los tigres y como todos estos era conocido por ser solitario, ella nunca había logrado tener el control completo de su animal, siempre le habían recalcado lo bien que tenía que cuidarse porque era una de las pocas de su especie que era de sangre pura en esos tiempos, su madre al igual que ella era tigresa siberiana y su padre también, pero como era de esperar el hombre nunca había estado presente en su vida, él solo había embarazado a su madre y luego se había marchado, como todos los tigres luego del celo.

Ella no lo conocía y nunca le había hecho falta, no lo necesitaba o quizá solo había dejado de pensar en eso.

Arleth se alarmó cuando la puerta del almacén fue abierta, ella oculto su rostro y se alejó de la entrada, los dos chicos en la entrada la observaban atentos, confundidos y algo curiosos, el primero en hablar fue Kris, quien se acercó a ella hasta mantener una distancia moderada.

—Arleth... ¿Éstas bien? —Preguntó el coyote cauteloso mientras se colocaba de cuclillas frente a ella.

—Kris... déjala —Dijo el mayor manteniendo la distancia, pues no quería acercarse, a pesar de que su alfa le gritaba que lo hiciera.

—Lian cierra la boca —Reclamó el más bajo mirándolo—. Mejor ve por Nam

—N-no, él no... —Intervino ella mientras se levantaba algo alarmada—. Puedo irme sola

Algo dudosa dio unos pasos atenta ante los movimientos de ambos chicos, bajo su cabeza un poco al pasar cerca del mayor quien solo la miro de reojo, soltó un suspiro mientras se cruzaba de brazos, miro al más bajo que se encontraba a unos pasos de él y negó levemente.

—¿Qué crees que haces? —Cuestionó él mientras se acercaba al más bajo.

—Arleth no sabe controlarse, necesita ayuda y tú lo sabes, no entiendo que paso entre ustedes para que actuaras así después de lo interesado que estabas de ella —Reclamó el menor alzando levemente su voz.

—No es algo que te importe... mejor apurémonos

Ella se reprochó por verse inferior ante él zorro una vez más y simplemente salió del lugar, encontraba encontrándose a algunos estudiantes en el gimnasio, algo distraída y alterada comenzó a observar a su alrededor, cubriendo sus oídos con ambas manos al sentir como los decibeles de las voces al unísono comenzaban a molestarle, mientras salía del gimnasio cuando su cuerpo fue golpeado por uno ajeno, ella levanto su mirada encontrándose con Yuan quien sonrió al verla por primera vez en el día.

—Hola —Dijo el sonriendo ampliamente mientras levantaba su mano para acomodar un mechón de cabello de la mayor—. ¿Estas bien?

—Estoy bien —Respondió al león quien la miraba con curiosidad mientras intentaba sonreír.

—No suenas muy sincera —Comentó el haciendo una pequeña mueca mientras la abrazaba con cariño—. ¿Quieres hablar?

La mayor asintió un poco mientras tomaba la mano que el chico le había extendido, ella y Yuan no eran mejores amigos aunque lo parecían, pero él siempre la escuchaba y acompañaba cuando ella lo necesitaba y Arleth se encontraba completamente agradecida de aquel león que tenía por amigo, era tan diferente a Nam, siendo ambos la misma especia, tenían tantas diferentes como personas.

Ambos se sentaron en una banca bajo la sombra de un árbol, el menor sonreía levemente mientras miraba a la mayor, ella mantenía su sonrisa en sus manos mientras jugaba con ellas.

—¿Qué sucede? —Preguntó el haciendo una mueca con sus labios.

—Casi cambio otra vez en clases —Murmuró ella tomando la mano del menor para tranquilizarse.

—¿Por qué fue esta vez? —Quiso saber él acariciando la mano de la mayor mientras la observaba atento.

—Me sentaron junto a un lobo —Contó ella mirándolo unos segundos, viéndolo asentir levemente—. Es tan molesto... de la nada comencé a alterarme y no podía controlarlo

—No es solo eso lo que te tiene mal —Dijo Yuan con una voz suave, tratando de que la felina se desahogara con él—. ¿Qué es?

—Me encerré en el almacén del gimnasio, traté de calmarme, pero no podía hasta que... Lian apareció —Dijo ella mirando al frente mientras apretaba un poco la mano del menor.

Yuan hizo una mueca por unos segundos para luego asentir levemente, con su mano libre acarició el cabello de la chica y lo movió levemente, ella se mantuvo quieta, no le molestaba que él hiciera esas cosas, el león movió un poco a playera oscura de la joven y observo la casi inexistente marca que aquel zorro había dejado meses atrás.

—Sigue sin desaparecer completamente —Afirmó ella conteniendo sus ganas de llorar—. ¿Qué puedo hacer si sigo reaccionando de esa manera con él?

—No pienses tanto en eso —Animó él abrazándola mientras suspiraba—. Hey, ya tienes dieciocho años, lo más probable es que pronto vas a conocer a tu pareja y te olvidarás completamente de Lian

—No es tan fácil, ¿Quién va a querer a alguien que ya fue marcada antes? —Cuestionó ella abrazando con fuerza al castaño, quien ni siquiera dudo en corresponderle.

—Yo... —Dijo él cerrando sus ojos mientras apoyaba su mentón en el hombro de la joven, soltando un suspiro pesado—. Eso no es nada malo Arleth

—Te quiero mucho, ojalá todos pensaran como tú Yuan —Dijo ella acariciando el cabello del menor mientras hacia una pequeña mueca—. Pero no todos son como tú

Lian quien salía junto a sus amigos con un balón de baloncesto, detuvo su andar cuando vio aquella escena, no quería admitirlo, pero muy dentro de él algo se movió, tal vez no le importaba a él, pero a su alfa si, estaban enlazados, aunque ya estuviera desapareciendo la marca en ella, ellos seguían unidos y quisiera o no le dolía verla entre los brazos de otro.

—Lian... —Dijo Nam golpeando el pecho del mayor para llamar su atención.

—¿Qué? —Murmuró él sin despegar sus ojos de los dos menores que se encontraban alejados de donde él se encontraba—. Yuan y ella son muy unidos ¿cierto?

—¿Quién? —Preguntó Nam mirando en la misma dirección que el mayor, frunciendo levemente su ceño, algo molesto—. Oh, Yuan y Arleth, si ellos son muy cercanos, a Yuan le gusta ella pero no se lo ha dicho...

—Estás acabado ¿No eres tú el mejor amigo de ella? —Cuestionó el frunciendo el ceño, molesto con el desinterés que expresaba el chico en sus palabras—. ¿Por qué no eres tú el que esta allá? Ella estuvo a punto de perder el control en el almacén

—Otra vez... ¿Cuando? —Quiso saber el menor, abriendo levemente sus ojos mientras volteaba a verlo.

—Ve con ella, Yuan no tiene nada que hacer ahí —Exigió él para luego darle la espalda a la escena.

Nam asintió un poco y se alejó de ellos y con un suave trote se acercó a ellos mientras fruncía el ceño, Lian sonrió levemente al ver a Yuan alejarse de ambos cuando Nam se sentó junto a la castaña, se cruzó de brazos cuando el menor paso cerca de él, Yuan metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y soltó un leve gruñido al pasar junto al mayor.

Arleth #Depredadores1 [En Edición]Where stories live. Discover now