Arleth #Depredadores1 [En Edición]

03. Felino de rayas

Luego de un par de días en los que ambos habían estado tratando de hablar sin llegar a discutir sobre lo sucedido, Lian había terminado convencerla de pasar tiempo juntos en un intento de olvidar el mal rato que habían tenido, en aquello no había nada de raro, pues el mayor se encontraba solo en casa la mayoría de los días debido a que su padre se encontraba más pendiente de su empresa de seguridad la ciudad que de su propio hijo, en parte aquello le quitaba un peso de encima a Lian, tener que soportar la presencia de su padre en casa era terrible.

La joven no se había sentido bien durante el día aún así había decidido ir con él y pasar la tarde juntos como muchas otras veces lo habían hecho, pero aquella fue arruinada cuando su celo llego de un momento al otro, inundando la casa con su aroma a cítricos, el cual cegó sus sentidos y atrajo al alfa como un montón de caramelos a un niño, Lian la había tomado como su omega sin que alguno de los dos pudiese ser consciente de aquello, pues la actitud dócil y sumisa de Arleth no había hecho más que atraerlo.

La marca que había hecho al morder la parte baja de su cuello, cerca de su clavícula no había hecho más que terminar metiéndolos en un problema, pero ninguno de los dos se había atrevido a decir nada al respecto, no hasta que finalmente había recobrado sus sentidos, Lian se había encargado de darle un supresos con toda la fuerza de voluntad que tenia en aquel momento, y apenas minutos después la joven fue capaz de darse cuenta de todo lo que había sucedido en menos de una hora.

—No me dijiste que estabas en celo... —Murmuró Lian mientras pasaba ambas manos por su cabello, tratando de pensar en que hacer

—No lo estaba, no se supone que debería estarlo —Dijo ella con voz débil, cubriendo su cuerpo con la manta que el mayor le había puesto alrededor, sus ojos no se apartaban de las marcas de garras que el azabache tenia en sus brazos—. No entiendo, no debería...

—Pero paso, Arleth. —Intervino él levantándose de la cama para poder tomar una camiseta de su closet, volteando a ver a la menor con nerviosismo—. Tengo que llevarte a casa antes de que oscurezca, te espero abajo...

La castaña parpadeo con nerviosismo mientras veía al mayor salir de la habitación, permitiéndole que se levantara para poder ir al baño y asear su cuerpo, pero a pesar de eso, el aroma del alfa no se iba de su cuerpo, y una vez frente al espejo pudo ver la marca en su cuello, provocando que sus ojos se abrieran de golpe mientras sostenía con fuerza la toalla para cubrir su cuerpo, no podía permitirse romper en llanto allí, por lo que a pesar de lo horrible que se sentía, termino por vestirse y salir de allí con su cabello húmedo en busca del alfa que se encontraba en la sala de estar.

—¿Yo hice eso? —Preguntó con nerviosismo al ver al mayor revisando las heridas en su ante brazo.

Lian la observo por unos segundos para luego simplemente asentir, porque a pesar de que todo aquello le había encantado, no se sentía orgulloso de en lo que había terminado, Arleth no era alguien con quien hubiese querido enlazarse, aquello solo iba a perjudicarlos porque a pesar de que su instinto no iba a hacer más que cuidarla y querer tenerla cerca, ambos tenían demasiados problemas como para poder tener algo bueno; un par de segundos habían terminado condenándolos con aquel enlace. 

Arleth parpadeaba con nerviosismo mientras observaba el camino, cubriendo con su mano la zona mordida por el alfa que estaba a su lado, el cual al igual que ella lucía extremadamente nervioso, pero a pesar de eso, se había encargado de acompañarla hasta su casa, aunque sin llegar a su hogar, no podían permitirse el que sus padres la vieran con él, pero la marca no ayudaba para nada, el aroma del alfa empezaría a ser más notorio en ella y a pesar de que no era desagradable, aquello no podía traer más que problemas, ni siquiera habían logrado ser conscientes de lo que hacían en aquel momento, el calor les había ganado y los había cegado casi por completo.