02. Más alfa

716 38 7
                                    

Realmente le hubiera gustado decirle a Nam que lo que decía era realmente imposible, pero sinceramente no pudo, al cabo de un par de meses si enamoramiento por el capitán del equipo de baloncesto era algo que ni siquiera podía disimular, tenerlo cerca, con esa actitud tan coqueta, desvergonzada y dominante, le impedía ser capaz de pensar en algo que no fuera lo bien que la hacía sentir consigo misma, sin embargo, Lian tenía la capacidad de hacerla sentir lo más importante de su vida para luego desconcertar la por completo con su actitud indiferente.

Besarlo estaba bien, pero Lian parecía no conformarse con eso, a pesar de que no era demasiado grave que la tocara, ella no se sentía cómoda con eso y realmente detestaba sentirse en la obligación de permitírselo, las cosas no funcionaban así y ella no estaba dispuesta a ir más allá con él, no tan pronto.

—¿Tienes miedo? —Quiero saber él apartándose levemente de ella mientras acariciaba su mejilla, deslizando la yema de sus dedos hasta la clavícula de la menor, corriendo levemente el cuello de la blusa oscura que llevaba puesta—. No voy a hacer nada que tu no quieras...

—Me da vergüenza —Murmuró ella algo avergonzada mientras acomodaba su cabeza sobre la almohada—. No quiero hacerlo...

El pelinegro asintió suavemente mientras rozaba la mejilla ajena con la punta de su nariz, dejando un pequeño beso en aquella zona antes de acomodar su cabeza sobre el pequeño de la menor, provocando que esta sonriera levemente mientras levantaba su mano para acariciar el oscuro cabello del alfa, quien deslizaba la yema de sus dedos por la cintura de la chica.

—¿Cómo han estado las cosas en tu casa? —Preguntó Lian soltando un suspiro mientras cerraba sus ojos.

—Igual que siempre, pero estoy acostumbrada a escuchar los comentarios crueles de mi mamá... —Murmuró ella haciendo una mueca con sus labios, de repente viendo al mayor incorporar su cuerpo para observarla con atención.

—Eso no es algo a lo que debas acostumbrarte —Aclaró él negando mientras fruncía su ceño, sin apartar su mirada de la menor—. ¿Qué hay de tu papá? ¿No es mejor irte con él?

—Mi papá, ni siquiera recuerdo su rostro, Lian, desde que tengo cinco años que no se nada de él, tampoco parece importarle mi vida —Comentó ella tomando asiento sobre la cama, apartando su mirada del mayor cuando este tomo su mano—. Aparte, creo que con todo lo que ha hecho mi mamá en todos estos años no sería justo, él jamás estuvo presente y a pesar de lo cruel e injusta que es conmigo la mayoría de las veces, no hay manera de que la deje.

Lian asintió levemente mientras hacía una mueca con sus labios, pues entendía a la menor, la relación que él mantenía con su padre no era mucho mejor, pero a diferencia de ella que tenía a su madre sobreprotectora, su padre ni siquiera le prestaba atención la mayoría de las veces, aquel enigma no tenía consciencia más que de sí mismo, era agresivo, mordaz y realmente despectivo a la hora de hablar de otras personas, ni siquiera él lograba salvarse la mayoría de las veces, pero a pesar de que él al ser un alfa estaba por debajo de la jerarquía de su padre, su instinto dominante los llevaba a tener enfrentamientos que gracias a dios no habían terminado con él dentro de un ataúd, su padre parecía controlar demasiado bien su instinto salvaje cuando se trataba de él, porque sí, puede que él fuese un enigma, pero el instinto paternal no se lo quitaba nadie.

A pesar de todo lo que decían de aquel alfa, ella simplemente se dedicaba a disfrutar de su compañía, porque a pesar de lo pesado que podía resultar en algunas ocasiones con sus cambios de actitud, ella había caído enamorada de él, Lian era consciente de aquello desde incluso antes que ella se atreviera a mencionarlo, y a pesar de que él no se había atrevido a decir nada al respecto, su actitud no había cambiado en absoluto, seguía siendo igual de atento y cariñoso con ella, era algo muy lindo que a pesar de todo a ambos les gustaba.

Arleth #Depredadores1 [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora