¿Los que cosa?

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Pov Miguel
Sólo quería llegar a casa, ir a dormir, tomar una ducha, comer arroz con plátano, pero no, eso no podía ser, ya que al parecer era el día de "Salvar a Marco de las mujeres locas de la ciudad".

—Neta cabrón, no sé cómo vergas sigues vivo si todas las viejas que conoces te quieren, uno o de novio o dos matar —susurré suspirando cansado—, además ¿Dónde fregados estamos?—murmuré viendo los callejones.

—Ni puta idea —murmuró caminando aún—, y eso responde a las dos preguntas.

—Chingada madre —susurré caminando ahora en silencio con él, no iba a mentir que me sentía alerta. Sentía que en cualquier momento nos asaltarían—, ¿Ya me vas a decir que hiciste?—su suspiro me hizo arrepentirme de inmediato en volver a preguntar.

—Esa chica se llama Karmi, hace unos días junto a unos compañeros fuimos a conocer ya sabes... universidades cercanas y así. Tú estabas practicando así que no preguntes por qué no te llevé—su voz se volvió indignada y luego regresó a seria—. Ese día iba yo tranquilo cuando ellos empezaron a molestar a ella y a un chico, creo que era de la Universidad de ciencias o no sé, ya sabes los típicos insultos a los nerds, el chico golpeó a uno de mis compañeros, pero yo estaba como pendejo sin hacer nada y ahora esa chica nos quiere madrear a todos y pues hoy fue a mí al que me vio, aunque insisto yo no hacía nada, está vez no hice nada.

—En verdad no sé cómo sigues vivo — solté un suspiro cansado y seguir caminando, aunque nos detuvimos cuando las luces empezaron a parpadear, las máquinas expendedoras empezaron a hacer ruidos raros e incluso mi celular empezó a fallar—. Ora, ora ¿qué pedo? —dije asustado viendo a Marco en las mismas que yo.

—¡Ay virgencita!— escuché el grito de mi amigo quien se puso pálido, giré mi cabeza hacia donde el veía y me quedé en las mismas, ¿Qué no en esta ciudad todos los robots son buenos?, entonces, ¿Por qué un robot volador con aura tenebrosa y con lo que parece ser una mano nada amigable que giraba a gran velocidad, se acercaba tan amenazante a nosotros?, y otra duda también se me vino a la cabeza ¿POR QUÉ AHORA SI SOMOS LAS ÚNICAS PINCHES PERSONAS FUERA CUANDO NORMALMENTE HAY UN MAR DE GENTE?

—Mamá Imelda....me vas a putear cuando te vea—susurré tomando el brazo de Marco y correr, era la idea más pendeja que se me pudo ocurrir, pero tristemente fue la única.

Ambos terminamos corriendo entre los callejones llegando a otra calle principal ¿Seguíamos siendo perseguidos?, no lo sabía, pero no iba a detenerme a averiguarlo.

Cruzamos la avenida como imbéciles llegando a mi hermoso trabajo, por fin, un lugar conocido, ahí me acerqué mirando a la señorita Cass quién cerraba el café.

—¿Miguel?—su voz me hizo acercarme aún agitado y sonreír— ¡Wow!, ¿Qué te pasó? —murmuró preocupada y yo sólo me deje caer al suelo buscando recuperar mi respiración, mirando a mi amigo quien estaba en las mismas.

—Un robot..., vimos un robot, nada agradable con un aura bastante mala y que creo hacía que las cosas no funcionaran ya que empezaron a hacer ruidos extraños y a parpadear y así— Marco explicó señalando, y haciendo gestos raros con las manos—. Así que sólo pudimos correr.

—¡Oh...!, chicos pasen—murmuró dejándonos entrar y ahí prendió la televisión, más específico, el canal de noticias donde un grupo raro con trajes de colores peleaban con el robot—. Otra vez —susurró bajito, pero yo logré escucharla.

—¿Quiénes son?—murmuré curioso acariciando al lindo gatito Mochi, quién ahora estaba en mis piernas.

—Son los grandes héroes, son los héroes de esta ciudad —murmuró, aunque su mirada era de duda de si continuar o no—. Surgieron hace cinco años, cuando un profesor iba a destruir con una máquina las industrias krei y al mismo—continuó sentándose frente a nosotros—, luego hubieron más accidentes con robots, un tipo loco tratando de recrear una explosión que destruyera la ciudad, villanos locos, una mujer que creaba monstruos y el más peligroso fue un grupo de androides quienes casi destruyen toda la ciudad y ellos casi pierden la vida por nosotros, para salvarnos y todo por un proyecto de ciencias, luego de eso ellos desaparecieron y cuando había algo demasiado fuerte como un tren descontrolado, ataques demasiado fuertes o algo parecido ellos aparecían pero ya no como antes, ahora nuevamente están aquí—  su voz mostraba una enorme preocupación—. Significa que realmente estamos en peligro.

—Eso..., suena increíble—ambos miramos con duda a Marco—, bueno, hablo de la parte de héroes, la parte de morir y el peligro quisiera evitarla, pero superhéroes, eso es increíble.

—Lo es, pero es..., ya saben, alarmante que nuevamente esto pase, cierto, le hablaré a Hiro, necesito saber si está bien—ambos vimos como mi jefa entró al mostrador por su celular y empezó a marcar.

—¡Hey!, ¿Quién es Hiro? -miré a Marco encogiéndome de hombros—, que bueno que trabajas aquí wey, imagina si no.

Fin pov Miguel

....

En otra parte de la ciudad no muy lejos, un azabache de cabello desordenado se encontraba luchando cuerpo a cuerpo con el robot, aunque más bien intentaba esquivar aquella arma que en cualquier momento iba a destruir la armadura.

—Chicos, necesito ayuda—habló por el comunicador intentando que sus amigos salieran del pequeño trance—, bien, hagamos esto —susurró logrando detener con toda su fuerza el "brazo" robótico y mandar ondas magnéticas, debía intentar averiarlo, si no funcionaba no tenía ideas de respaldo.

—Hiro—la coreana fue la primera en reaccionar corriendo a ayudar a su amigo logrando el objetivo número uno, segundo paso, atrapar a los responsables, con el robot averiado las ondas que mantenían al resto del equipo en pausa se detuvieron.

—Quiero saber que pasó, pero antes debemos atrapar al responsable, no quiero volver a sentir que hay alguien en mi mente—habló una alarmada Honey, todo el equipo terminó partiendo en busca de alguna señal.

El equipo se había dividido, Gogo, Fred y minimax irían al norte, Wasabi y Honey irían al este y Baymax junto a Hiro abarcarían desde el oeste al sur de la ciudad.

—¿Hay algo raro Baymax?—el azabache habló a su amigo quien se encargaba de escanear, aunque la respuesta negativa de este logro sacar un suspiro, que buena pijamada estaban teniendo—. oh no...—la voz del menor hizo poner a todos alerta—, chicos...—la voz del menor fue dudosa y un poco de repulsión—. Tenemos un gran problema.

Después de mandar su ubicación descendió con Baymax acercándose a aquel cuerpo que sí, no era de genios notar que estaba sin vida, ¿Qué rayos había pasado?, no tenían ni idea, pero era algo seguro, eso no dejaría dormir al joven Hamada en un buen tiempo.

Cuando la policía y el resto del equipo llegó encontraron la misma escena que el capitán del grupo quien sólo se había dado vuelta para no ver esa escena, ¿A qué loco se estaban enfrentando esta vez?, en esta ocasión si tenía miedo, el temor era casi tan fuerte como el coraje de hacer justicia, e iba a cumplirla.

¡Que no soy chino! (Higuel)Where stories live. Discover now