66 "Nada es igual"

71 10 0
                                    

Daniel

-Entonces él sobrevivió pero estuvo dormido por mucho tiempo y cuando despertó tuvo ciertos problemas pero él los superó y regresó con ella. Con el paso del tiempo, se volvieron a enamorar.

-¿Y quedaron juntos para siempre?-Pregunta y siento un pinchazo en el pecho ¿Será que no es un para siempre?

-No se sabe aún pero digamos que sí. -Digo en voz baja y sonrío, al fin tengo a mi niño conmigo.

-Pero yo quiero que queden juntos.-Dice cruzandose de brazos.

-Esperemos que sí. Como le digo a tu mamá, tiempo al tiempo, mi vida.-Le digo y le doy otro beso en la cabeza.

-Bueno, papi.-Dice y me regala una pequeña sonrisa.

Pasan unos 15 minutos cuando llegamos al rancho y no sé si estoy listo para volver a ver a Vicenta.

Vicenta
Cuando estoy más tranquila, miro por la ventana pero no dejo de sentir esa angustia de no saber que pasará con mi niño,cuando veo llegar las trokas y corro a recibirlos con la ilusión de ver a mi hijo. Veo salir de una camioneta negra a Daniel cogido de la mano con Danielito pero mi niño tiene gafas puestas, al verlo mi corazón se encoge y puedo sentir un alivia incalculable, mi gringo se agacha y le retira sus gafas; veo que tiene los ojitos muy rojos, seguro la cosa se puso difícil, pero sé que él es muy fuerte y saldremos adelante juntos. Al verme, mi pequeño me regala una sonrisa que hace que mi alma se estruje. Así que corro hacia él y me agacho para abrazarlo. Al hacerlo siento una paz inigualable en mi corazón que hace que las lágrimas empiecen a correr por mis mejillas.

-Te amo, Danielito, te amo y te extrañé mucho. Mi vida, perdóname, no volverá a pasar.-Le digo con lavoz quebrada y aferrandome a su cuerpo.

-No llores, mami, estoy bien.-Dice en boz baja, calmado.

Me separo de mi niño y me levanto. Miro a Daniel, le doy una pequeña sonrisa y le doy un abrazo corto diciéndole:

-Gracias.-Lo miro con cariño, y él me regala una pequeña mueca, un atisbo de sonrisa .

Volteo a ver a mi niño y me vuelvo a agachar.

-¿Qué te pasó, mi niño bonito?-Le pregunto preocupada mientras le acaricio el pelo, veo en sus ojos tristeza.

-Un gas, mami, me pican los ojos, aunque en la camioneta, el doctor me puso unas gotas y me están calmando.-Dice mientras se pasa una mano por sus ojos, yo se la agarro y la bajo.

-No te rasques, después se te inflaman -Le digo-Pues vamos a que el doctor te revise más.

Le agarro la mano y voy hacia la pequeña enfermería que tenemos en el rancho, en dónde el doctor lo atiende y le da unos remedios, junto con unas gotas para la irritación de sus ojitos. Luego, lo llevo hasta su cuarto y lo acuesto en su camita. Pasó sobándole su cabecita hasta que se duerme, me lo quedo mirando y lo apego más a mi, queriendolo proteger de todo enemigo, cuando me calmo más, me paro para ir a mi cuarto, doy unnlatgo respiro cuando está Daniel. Está mirando a la ventana, así que entro y él percibe mis pasos.

-Vicenta, ¿Sabes? Me duele que desconfíes de mí después de todo lo que hemos pasado.-Dice sin mirarme, aún dolido.

-¿Qué quieres que te diga? Yo estaba nerviosa y asustada. Solo pensé en salvarlo.-Le digo muy cansada, he vivido demasiadas emociones en este día.

-Siempre lo mismo: "es que no pensé", "¡no pensé!"-Dice con la voz contenida pero noto su expresión seria.

-Ya me conoces y hay cosas que no cambian.-Digo respondiendo molesta, no entiemdo porque no lo comprende.

-Ese es el problema, no vas a cambiar. No me dices todo lo que te pasa y me ocultas cosas.-Dice rápido para luego hacer un largo silencio en el que me lo quedo viendo,esperando que termine-Ya no sé qué hacer para que confíes en mí.-Dice al final cansada.

-¡Sí confió en ti!-Le digo en voz alta y acercandome pero sin tocarlo, siento dolor, no puedo permitir que las cosas sigan así.

-Te ibas a ir con el Teca sin decirme nada.-Doce en voz baja y dolido.

-Yo...yo... te lo iba a decir.-Digo dolida.

-¿En serio? -Pregunta y su mirada se clava en la mía.

-S...si.-Le digo nerviosa, aunque yo si soy capaz de cambiar mi vida por la de mi niño lindo.

-No te creo, ¡me estás mintiendo! ¿Te olvidas de que soy policía?- Pregunta y se para del asiento, para girar su cuerpo totalmente hacia mi- UNO: no me miras a los ojos, DOS: estás moviendo mucho tus manos, Cosa qué haces cuando estás nerviosa, TRES: él titubeo de tu voz.

-Tienes razón, peor te ibas a enterar cuando Danielito estuviera a salvo.-Digo intentando razonar con él.

-¿Y tú pensaste que el Teca tenía palabra?-Pregunta y debo admitir que es una duda que si tenía.

-Sí, dicen que para ellos la palabra es sagrada .-Digo algo calmada, es decir palabra es palabra...

-Con nosotros no es asi, ¡Canijo, Vicenta!-Dice y toma mis manos- Matamos a sus dos hijos. Fue con justificación, pero por igual, para el no valemos nada. No tendrá piedad ni palabra.-Dice y a mi se me corata un poco la respiración, él tenía en parte razón pero yo solo quería salvarlo, lo quedo viendo y el me suelta las manos.

-Pero me había dicho Chava que el respetaba a los hijos.-Le digo con voz más baja, él tenía razón, pero no del toda.

-Lo dejó de hacer desde que se fueron Romero y Álvaro. A veces te pasas de...-Dice en voz bajo.

Ah no no,no, él no me va a insultar.

-¿De que?-Pregunto molesta

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Where stories live. Discover now