[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]

57 "No pueden quitárnoslo"

Vicenta

Me rio. ¡Qué formas tan chistosas y creativas tiene este gringo de proponérmelo! Me hace cara de perrito con un puchero. Yo le doy una mirada pícara y me le abrazo entre carcajadas.

—Te amo, mi gringo-Le digo juntando mi nariz a la suya.

—Yo más, baby, sabes he estado escuchando música más latina- Dice con su típica sonrisa

—¿En serio? Vaya no me habías dicho, ¿tienes alguna favorita ?-Le pregunto.

-Actualmente, si,Me recuerda mucho a nosotros-Dice y me mira con especial cariño.

-Me gustaría escucharla, le digo acariciando su hombro de arriba hacia abajo.

Daniel coge su celular de la mesita de noche y entra a youtube, en el buscador pone:

"Las cosas de la vida".

Estoy sentada a lado de él,pero Daniel me envuelve en un abrazo, mientras pego mi rostro a su pecho y quedo hipnotozada con el latido de su corazón.

Mientras escucho la canción mis ojos se humedecen.

"Que morí mil veces cada vez Que pagué con llanto tus heridas"
"Cuando ama un corazón No hay conciemcia ni razón, No hay verdades escondidas"

Cuando se termina la canción solo me quedo aferrada a su pecho y sintiendo esa canción muy nuestra.

-¿Por qué siempre me haces llorar Phillips?-Le pregunto en voz baja.

-Hey!, no, no , no querías que te pongas así baby, yo solo quería que conozcas la canción que tanto me gusta amor-Dice acariciando mis mejillas.

-Te mo mucho Daniel-Le digo y junto sus labios a los míos.

Un beso tranquilo al inicio, pero luego empieza a subir de tono, a ser uno necesitado, uno que quiere decir y enseñar como se ama, sin medidas sin dudar. Lo empiezo a besar cada vez más y más rápido. Me quita la blusa y me carga. Me pone contra la pared mientras acaricia mis piernas. Besa mi cuello y mi pecho mientras yo me aferro a su espaldoa, sirnto como mi pecho empieza a latir desenfrenadamente como una taquicardia,como lo que es capaz de despertar Daniel Phillips. Luego me lleva a la cama y se pone encima de mí. Besa mis labios y luego va bajando por mi cuello y mi pecho hasta llegar a mi vientre.

Nos terminamos de desnudar y nos entregamos como nunca, pienso que cada encuentro es distintk cada uno tiene su magia,pero no es lo mismo, cada vez descubro más emociones que despiertan con cada roce. Él rota sus besos entre mi cuello, mi pecho y mi boca. Siento que no me deja respirar pero me gusta estar así.

Me aprieta fuerte contra su cuerpo y siento su respiración agitada en mis hombros. Sus manos acarician mis piernas pero más, mi rostro. Pasamos la noche amándonos y esta vez, sin dudas, sin desconfianza, tal como lo hacíamos antes, cuando aún no vivíamos juntos; cuando teníamos que aprovechar cada segundo de las pocas veces que podíamos vernos. Una frontera nos ha querido separar siempre pero nuestras almas siempre estuvieron y estarán unidas por este incomparable sentimiento que nos tenemos. Amanece y estoy enredada entre las sábanas y su cuerpo. Lo veo despertar y abrir esos ojitos chulos que tanto amo.

—Buenos días, baby—me dice sonriente.

—Buenos días, mi amor.-Le digo mientras paso mis manos por su rostro , peino sus cejas y él cierra sus ojos y sonríe.